013.

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Pov Sam.

—¿Y este bebé tan hermoso?—pregunta Samuel mirando a David quién se aferra a mis piernas y observa a Samuel.

—es... Mi hijo—le sonrió a Samuel y cargo a David en mis brazos—no es así coshita beia—le hago pucheros graciosos y el se ríe.

Me hace recordar cuando lo encontré, cuando le hacía caras graciosas para qué dejará de llorar. Lindos recuerdos.

—¿Y cómo es eso?, No me dijiste que tenías hijo.

Observo a Samuel y este tiene como una especie de mueca en su rostro como tratando de asimilar lo que acabo de decir.

—no lo hice porque pensé que tal vez no te importaría.

—¡Y como!...—observa por dónde se fue mi madre y se acerca a mí—y como no me iba a importar, joder Sam, tienes un hijo y yo que pensé que era el primero.

Sonrió viendo el rostro de disgusto de Samuel.

—¿estas celoso?—le pregunto con gracia y observó su mirada seria—bien, no te enojes—enarca una ceja—vale, te presento a David—coloco en frente de el a David quién lo mira con su ceño fruncido—David, el es Samuel; Samuel, el es David ahora háganse amigos.

Samuel agarra a David entre sus brazos y lo observa y luego a mi—tiene un cierto parecido a ti.

Me aguanto las ganas de reírme—si... Qué triste que no sea mío.

Samuel deja de observar a David y me mira a la cara tratando de entender lo que acabo de decir—¿osea como? ¿No es tuyo?.

Niego.

—este pequeñín que se deja cargar de todo mundo era hijo de mi hermana.

Asiente—osea que es tu sobrino.

Asiento algo dudoso. Nunca había pensado en eso y es cierto, soy hermano de mi hermana fallecida y ella tuvo un hijo, que ahora es huérfano porque ella ya está muerta, entonces el viene siendo mi sobrino y no mi hijo ya que... Bueno, no deje mi semilla en ella y obvio que no quería eso, osea, que ascó.

—digamos que si... Pero yo lo acogí como mío el día que lo encontré en mi puerta bajo la lluvia.

—¿Lo encontraste afuera bajo la lluvia?—me pregunta algo sorprendido.

—si y no me arrepiento de haber abrido mi puerta y haberlo encontrado ahí.

—etonces sigo siendo el primero—sonrie orgulloso.

—si, si entonces... ¿Vas a irte?—le pregunto mirándolo con ojos de cachorro triste.

Suspira—bien, me quedo pero, no vuelvas a hacer eso.

—¿el qué?—me hago el desentendido.

—si, hazte el bobo—mi saca la lengua y David se ríe con aquella acción.

Samuel mira el rostro risueño de David y sonríe de igual manera y le vuelve a sacar la lengua y David vuelve otra vez a partir en carcajadas.

—santo cielo, ¿Qué son esas carcajadas?—pregunta mi madre saliendo de la cocina con un delantal cubriendo su cuerpo para no manchar su ropa—tenía tiempo que David no reía así—sonrie mi madre viendo a su nieto reír alegre con las mofas de Samuel.

Y no debo ver mi rostro para saber que estoy con una sonrisa de todo un idiota.

—bueno ya sabemos que volvió a reír—le digo a mi madre y ella asiente.

—hijo disculpa, ¿podrías cambiar a David?.

Asiento y tomo del brazo a Samuel para que me siga ya que el tiene a David en sus brazos.

—¡DAVID TIENE SU PROPIA HABITACIÓN AL FONDO!.

Escucho el grito de mi madre y voy a donde ella me indico.

Al entrar en aquel cuarto, que años antes era de mi hermana, me asombro al ver cómo está decorado; pintado de un gris cenizo y con turquesa, peluches, estanterías con cuentos infantiles, un guarda ropa con forma de oso gigante, una puerta misteriosa que llamó mi atención y su enorme cama.

¿Porque David tiene una cama más grande que la mía?.

—linda habitación—alude Samuel viendo todo el lugar y colocando a David en la cama.

—bien pequeña rata, vamos a cambiarte—me dirijo a su guarda ropa de oso gigante y veo ropa a cantidades todas clasificadas en tonos y listas para sacar en conjunto.

Observo cada una de las prendas perfectamente dobladas y achico los ojos pensando que todo esto es obra de mi madre, si vieran su guarda ropa, es así de minucioso y perfecto.

Agarro el primer conjunto que consistía en una camisa azul rey, bien fuerte ese tono, y una bermuda gris claro.

¿Qué le pasa a mamá y estos colores?.

Al voltear, veo como Samuel está arrullando y paseando de un lado a otro a David quién tiene sus ojos cerrados.

—oye, se supone que lo iba a cambiar y antes de eso, iba a darle una ducha caliente para que durmiera un buen rato, no dormirlo antes de todo lo anterior—reprendo a Samuel quién se encoge de hombros y acuesta a David en la cama.

—perdón, soy nuevo tratando niños y al ver que cerraba los ojos, le pasee y se quedó dormido...  ¿porque? ¿Estas enojado?—me pregunta acercándose y abrazandome por mi espalda baja.

—no, pero no debiste.

—vale, ahora regálame un beso, ¿Si?—Niego—¿Porque?.

—porque no y punto, y como no te vas ya, vamos a comer postre de maracuyá que me encanta como los hace mamá.

Asiente y bajamos a comer postre junto con mi madre quien hacia la cena en ese momento.

Es lindo estar de vuelta, pero esto no durará mucho.

...

Pov John.

Observo todo el paisaje verde lleno de árboles, la puesta de sol  y de igual manera a Dilan.

Pedí permiso hoy en el trabajo ya que no podía aguantarme las ganas de ver a David y a Sam nuevamente.

Aunque la duda y la preocupación se instalaba en mí al pensar si: ¿Todavía estarán ahí? ¿Sam se acordará de mi? ¿Qué pasará cuando lo encuentre?.

Suspiro y veo como Dilan camina algo cansado.

—¿estas cansado?—le pregunto y el niega—¿seguro?—asiente.

Levanto la vista y veo el cafe donde trabaja antes y me sorprendo al ver que está algo diferente.

—¿Quieres algo de tomar?—le pregunto a Dilan para ver si acepta y sonrío al ver cómo mueve la cabeza asintiendo—bien.

Antes de poder llegar al café veo como una cabellera castaña sale de este sonriendo al lado de un hombre pero me sorprendo al ver su cabello castaño y su piel blanca, esa sonrisa.

Veo como se aleja y entra a un auto junto con aquella persona y me deja atónito con su silueta sonriente y tan llena de vida.





























...

Hola!

Nuevo capítulo Espero y les guste mis postres de maracuyá.





~theKINGforever

~BinWoo






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