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Pov Sam.

Luego de esperar a mi padre, el cual nunca llegó, cenamos y limpiamos todo después de comer.

A escondidas traje un plato de comida de más para el rubio que creo que no ha comido nada.

Mama no preguntó nada al ver a Dilan quién jugaba con David y Abby en el mueble.

En silencio entro a mi habitación y encuentro a John dormido en mi cama. Sin camisa, tal cual y como lo dejé antes de irme.

Me adentro al cuarto y dejo el plato de comida en una mesa pequeña y me acercó a él en silencio, viendo su pecho desnudo, como subía y bajaba lentamente, observando su barba de días y las raíces en su cabello que ya se empezaban a notar dejando a la vista su cabellera rubia.

Lentamente me acerco a él colocandome de rodilla en frente de la cama y con mi dedo índice tocó su abdomen, sintiéndolo duro.

Me sobre salto al ver como John agarraba mi mana y la colocaba en su pecho aún con los ojos cerrados.

–y-yo... Te... Te traje algo de comida.

El siguió con los ojos cerrados y respirando tranquilamente.

–John... Levántate o se enfriara.

El se levanta de golpe y coloca su rostro a centímetros del mío, colocandome nervioso.

El me queda viendo a los ojos par luego sonreír y regalarme un delicado beso en los labios el cual me dejó totalmente sorprendido. Tanto que caigo sentado al suelo bajo su penetrante mirada.

–yo aún lo siento caliente, sería raro si se enfriaran.

Observo al rubio sin entender bien que trató de decir pero luego tocó mis labios y enseguida entiendo la referencia.

–idiota.

El se ríe y se levanta de la cama para extenderme la mano–vamos a comer.

Acepto su ayuda y al levantarme niego a su propuesta–no te preocupes, ya cene no hace mucho.

–¿de veraad?–me pregunta y asiento.

Mentira.

No pude cenar mucho, solo unas cuantas cucharadas y ya, no tenía mucho apetito. Me sentía tan mal que hasta presentía que lo que había ingerido hiba a salir por donde entró.

–mentira, tu cara lo delata eres muy expresivo, vamos a comer–me agarra de la mano y luego me sienta en el suelo para el dirigirse al plato de comida y sentarse en frente de donde estoy–abre grande.

¿Que? ¿Esto es en serio?.

–no voy hacer eso, no soy un niño.

Ignorando mis reclamos el siguió con la cuchara moviendola como si fuese un avión.

–abre grande que el tren ya va a llegar a la estación.

Algo molesto, le quito la cuchara y como de lo que contiene, con mis propias mano, yo solo.

Le entrego la cuchara pero el no la recibe, solo me extiende el plato.

–ahora tu a mi.

¿Que?.

–¿qué?, ¿estás de broma cierto?–el sonríe y niega–vamos John, esto es ridículo.

–ridículo pero divertido.

Suspiro resignado y agarro un poco de comida con la cuchara y la llevo a su boca.

El la abre y come del contenido.

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