027.

449 35 6
                                    

Pov Sam.

Bajo las escaleras seguido de alguien y entró a la cocina, no sin antes avisarle que espere donde esta.

Tomo aire y trato de disipar todo rastro de nervios pero por más que intente no se van.

–¿Sam crees que sea una buena idea?.

Me preguntó el rubio hace rato y No, no es una buena idea pero ya no puedo vivir así, no puedo vivir ocultandolo, debo ser sincero con mis padres y con migo mismo. Ya no podemos engañar a alguien, me gusta una persona y esa persona es John, el me hace sentir cientos de mariposas en el estómago, hace que vea fuegos artificiales cada que lo beso y con cada toque intenta que pierda la cordura.

No se compara con Samuel, si, samuel tiene sus virtudes y sus bajas, me hizo sentir cosas pero no se comparan con las sensaciones que me hace sentir John y aun no hemos probado lo carnal como tal, aunque ganas no me faltan pero debo controlar esos impulsos banales.

Suspiro por última vez y abro la boca–mamá, papá... Soy gay...

Todos en la mesa quedan en silencio, mi padre deja de leer el periódico, mi madre de servir el desayuno y Abby de hacer muecas raras y ambos niños me miran solo porque llegue.

Y como si fuera dicho algo sin importancia o poco relevante, siguen en lo suyo.

Está reacción obviamente me descoloca y mucho.

–¿cómo se llama y porque no lo invitas a pasar?–pregunta mi padre aún leyendo el periódico.

–tu como...–antes de poder decir otra cosa las palabras de mamá me llegan a la mente "ya lo sabemos, desde hace mucho".

–dile que entre rápido, que el desayuno se enfría–me apura mi madre colocando otro plato al lado de otro que ya está servido.

Nervioso le hago señas a John de que se acerque y esté tímidamente se acerca con la cabeza un poco gacha.

Al dejarse ver, Abby si se sorprende y nos señala a ambos efusivamente.

–¡pero que coño!–exclama y se levanta para ver a John a la cara–¡TU!, ¿¡como es esto posible!?, ¡no me lo creo!–se aleja sonriente y se sienta a darle el desayuno a David, mientras Dilan come el suyo muy sonriente y mi padre me mira con ternura.

–bueno, no preguntaré mucho, solo diré una sola cosa... Le haces algo a mi hijo y te juro por mi esposa y mi puesto de general que soy capaz de enterrarte 7 metros bajo tierra, así que cuidalo... Es el tesoro más preciado que tenemos su madre y yo–me sonrie mirándome a los ojos y yo le devuelvo la sonrisa–cuídalo mucho.

–aunque debería decir que te cuides tu más bien–habla mi madre sentándose a un lado de mi padre–ya que estuvo una temporada con su padre en el campo de entrenamiento y derribo a todos sus oponentes.

John me mira sin poder creer y yo le hago una seña de paz al estilo hippie.

–bueno, bueno siéntense a comer que se enfría.

Y así pasamos la mañana, la mañana más rara de mi vida y tal vez la última que pasaría entre mis padres.

–mamá, papá...–estos me miran y trago saliva–me voy a ir.

–¿porque?, aquí esta bien–habla mi padre quien coloca el periódico en la mesa.

–lo se pero... Recuerden de que también tengo una vida y por alguien por el que debo salir adelante, quisiera quedarme pero mis ahorros no durarán toda la vida y mi trabajo no se hará solo... Ya tengo un año y mas con ustedes, no puedo quedarme más tiempo y Abby tampoco puede estar de aquí y allá... Lo lamento.

–no te preocupes hijo... Es tu decisión y la respetamos.

–¿no tengo derecho de protestar?–mi madre le golpe y el asiente–bueno... Esta bien hijo... Cuidate y quiero que sepas que estamos para ti y mi nieto.

Si supieras que de verdad es tu nieto.

Asiento y termino mi desayuno, al momento de levantarme de la mesa veo el rostro de John quien me mira sin creer en lo que acabo de decir y con obvias intenciones de que le explique mi decisión.

Hago un movimiento con mi cabeza para que me siga y este lo hace.

Al momento de estar solos el se cruza de brazos y me mira expectante.

–bueno... Se que te agarro por sorpresa la decisión que he tomado pero... Ya no puedo quedaréme aquí y por muy egoísta que suene, no voy a dejar a David.

El rubio sigue mirándome pero no se como interpretar esa mirada, sus ojos se notan algo brillosos y sus brazos se contraen por la presión que hace en ellos, como si estuviera molesto o triste o ambas cosas.

–pero... Yo... Quisiera que...–mis palabras son interrumpidas por el rubio.

–no te voy a dejar a David, el es mío y por muy egoísta que suene, es mi hijo y no tuyo, así que si te vas a ir, te iras sin el.

Asiento.

–OK... Iba a proponer otra cosa antes de que me interrumpieras pero esta bien, tampoco quería alejarlo de ti al contrario, quería que te fueras con migo pero esta bien–sonrió y doy media vuelta para salir de la casa sintiéndome algo mal.

La verdad aquello a dolido y mucho.
Si, no es mi hijo pero lo quiero como si fuese mío, además yo he estado más tiempo que el y le eh dado una vida sana y no ha estado como la vez que lo encontré en mi puerta; empapado, con moretones, sucio y triste.

Sigo caminando por el camino de tierra que conduce al pueblo mientras escucho los gritos de John y no se en que momento he empezado a correr pero observo atrás y veo que he dejado al rubio botado.

Algo cansado de correr sin algún rumbo me detengo a tomar algo de aire y me percato que he estado siendo seguido por un auto, auto que conozco muy bien.

Suspiro entrecortado y veo como se aparca aún lado de donde estoy y baja la ventanilla.

–¿estas bien?.





































§×§×§×§×§×§×§×§×§×§×§

Hola mis postres de maracuyá, nuevo capitulo espero y les guste.
Sin más que decir me despido.



~SeokBinWoo.


You?✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora