017.

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Pov Sam.

No lo puedo creer... Después de todo este tiempo el... El sigue ahí.

Simplemente por el momento no logro asimilarlo, es tan repentino.

Siento los brazos de Samuel que me rodean y si firme pecho que me cobija.

–¿Qué pasa?, ¿Algún problema?–me pregunta susurrando en mi oído.

La piel se me erisa al sentir su respiración y sus labios en mi oído, tan cálida... ¿Como se sentirían los labios de John?.

¿Que? ¡No! Olvídalo Sam, ¿que te pasa?.

Sacudo la cabeza y me separo del cuerpo de Samuel.

–no hagas eso, no aquí, está mi madre y te puedo ver.

–¿y eso que?, ¿Te avergüenza que esté con tigo?–me pregunta mientras hace un puchero.

–no es vergüenza ni nada relacionado, solo que mi madre no sabe de esta faceta repentina de mi–ni yo sabía eso hasta que te conocí... Aunque pensándolo bien, ya estaba el loco de Elías pero no sentía nada y también estaba John... Con el.

–estas diciendo que tu madre ¿no sabe que te gustan los hombres?– me pregunta con una sonrisa burlesca.

–oye, no me gustan todos los hombres, solo... Me gustas tu–digo la última frase algo forzada.

El sonríe y yo igual.

En ese momento la puerta de la entrada se abre dejando a ver a una Abby agarrada de manos con nada más y nada menos que, si señoras y señores, Elías... ¿Elías?, ¡Verga si es Elías!.

En un movimiento rápido y obviamente nada disimulado, se sueltan las manos.

–¡SAM!, ¡COSITA BELLA, HERMOSA, PRECIOSA, DIVINA, ZUKULENTA, RICOLINA! ¡estás libre, libre al fin!–se dirige a toda prisa donde estoy y me aprieta entre sus brazos y me apachurra entre sus senos de plástico.

Si no fuera estado en la prisión la hubiera echado a un lado peeeero, como estuve en la prisión no lo voy hacer porque me hacían falta sus abrazos de mamá osa estranguladora.

–¿Porque no me llamaste? Así te fuera ido a recoger, pero eso no importa, lo que importa es que estás libre, libre al fin.

–si–correspondo el abrazo y siento como su cuerpo hacen pequeños espasmos–ay Abby, no llores que después me haces llorar y soy muy sensible y lo sabes–la consuelo y ella pega gritos exagerados como si de una novela dramática se tratase y en ese instante pienso en como callarla–Abby... Hay público.

Como si fuera dicho las palabras mágicas, Abby se despega de mi cuerpo y se seca las lágrimas más rápido que Forest Ghump en la carrera de su vida.

–si claro, hay público–tose para componer su voz y se coloca toda diva así mero LA DIVAZA, así toda perra e inalcanzable.

En eso, siento también los brazos de Elías que me abraza por la espalda.

–que bueno que estés libre–dice todo eso con su cara hundida en mi cuello.

Observo la cara de Samuel y es toda una parábola.

–si bueno, no es para tanto–palmeo sus, ahora más tonificados, brazos.

–¿¡Como que no es para tanto!? hoy celebramos con unos tequila y unas cuantas cervezas, así que ponte perra amigo que hoy salimos a bailar–grita Abby a todo pulmón y la callo de inmediato para que no despierte a David.

–bueno, primero: no quiero tomar Abby y tú lo sabes, que desde aquella borrachera no he vuelto a tomar.

–no pensé que lo dijeras enserio, porque todo aquel que dice eso vuelve a tomar–me dice Abby totalmente sorprendida y si señores/as tengo muuuuucho tiempo que no tomo hasta emborracharme, siempre sobrio nunca insobrio.

–bueno prosigo, segundo: tengo visita–señalo a Samuel y este cambia su semblante de amargado por uno que dice "soy todo un casanova".

–hola, soy Samuel soy el...–le abro los ojos con disimulo y este capta y suspira–... amigo de Sam–se presenta con "formalidad" y saluda a ambos con un apretón de manos a lo profesional.

–pero qué guapo estás Sami–¿me está halagando?.

–¿disculpa?–la observo indignado.

–tu no idiota, este Sami–en eso Elías aclara la garganta y mágicamente Abby pasa de ser sexi y coqueta a una santa. ¿Que carajos?.

–si bueno, es un placer conocerte Samuel pero está señorita y yo tenemos que arreglar algunas cosas, será para otro día lo de la salida.

Samuel asiente y yo los observó con los ojos achinados.

–ni crean que se salvan de contarme esto que está pasando–les señaló a ambos que están caminando rumbo a escaleras arriba y se detienen a mitad para voltear y mirarme como si no entendieran.

–¿que cosa? ¿Tu sabes de qué está hablando Elías?–le pregunta Abby a Elías y este niega.

Rio sin gracia alguna y los observó serio–no se hagan los idiotas que estos dientes no son de de leche.

Estos se miran entre sí y suben las escaleras, al parecer, resignados de que me van a tener que contar mucho.

Cuando veo que estos han desaparecido me acerco a Samuel y lo agarro de las manos.

–Samuel, vas a tener que disculparme pero tengo que buscar a alguien, ¿Si?.

–no te preocupes de todas maneras ya me iba–en eso el teléfono de él suena y alza las cejas queriendo me decir que tiene que irse–el deber llama, te vivito por la noche, tal vez y salgamos a cenar.

Asiento y este se despide con un beso rápido y sale de mi hogar despidiéndose–ya sabes, en la noche, yo te llamo para que te alistes.

Asiento y cierra la puerta.

Suspiro y observo el teléfono de la casa. Tragó saliva y marco el número de dónde me llamo John.

Algunos cuántos repiques y al final agarran la llamada.

–si buenas tardes, en que lo puedo ayudar.

–¿Alice?.

–¿Sam?.

Está aquí.




















.....

Hola mis postres de maracuyá, espero y tengan un maravilloso día.

Bueno mis postres de maracuyá nuevo capítulo espero y les guste, besos 😘😘😘😘







~SeokBinWoo





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