SOSPECHAS

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Las grabaciones con Max a diario son una tortura, cada beso, cada toque, caricia, cada mirada en las escenas son como si apuñalaran mi corazón, mis labios lo extrañan, mi piel lo extraña, mis ojos lo extrañan, verlo cada mañana despertar, verlo como nadie más ha podido hacerlo, lo extraño y cada día me es más difícil mantenerme alejado de él, cada día me es más difícil mostrar lo que siento en las escenas, cada día es más difícil estar sin él, soy distraído por Meag quien ha sido mi ángel de la guarda en las grabaciones, siempre me distrae cuando me pierdo en mis pensamientos o cuando no puedo dejar de ver al moreno, es difícil para un hombre pero varias veces me he descubierto llorando mientras lo observo, los momentos más difíciles para mí son las entrevistas donde debemos aparentar seguir siendo tan unidos como antes, sin prestar mucha atención a la castaña me pongo de pie y salgo del set, las grabaciones terminaron y ya no tengo nada que hacer aquí, camino hacia la salida tomando mis cosas, camino hasta el estacionamiento, antes de llegar me detengo antes de salir del edifico al escuchar una voz muy conocida, no sé por qué me detengo pero sus palabras me hacen dudar.

— Ya te lo dije, no me llames más...... no te atreverías— habla Pan por teléfono— es su hijo, si vuelves a hablar del tema te cortare la lengua— la castaña hace una exclamación exagerada— escúchame bien Joy..... hola.... Hola..... desgraciado, te arrepentirás si te metes en medio de esto— dice dando un golpe de tacón antes de caminar hacia donde me encuentro.



Corro y me escondo tras una columna ¿Joy? ¿Quién puede ser? ¿Por qué hablaban de un hijo? Esa mujer no es tan inocente en este asunto, es tan astuta como su suegra, al ver que ya no hay peligro continuo mi camino hasta llegar a mi auto, las palabras de la castaña no salen de mi cabeza, conduzco hasta el hotel en el que me estoy quedando, saludo a la recepcionista que resultó ser una fan a muerte del Maxtul, al entrar a mi habitación me encuentro con la madre de Max sentada en la pequeña sala de la suite, justo en el momento que pienso hablar la puerta se abre dejándome ver a la chica de recepción.

— Lo siento, la señora... fue imposible no dejarla pasar— dice apenada, le sonrió.

— Está bien, no se preocupe— la chica sonríe y se retira.

— Bonito lugar— dice la mujer de cabello negro y largo hasta la cintura, sus ojos cafés se posan en mí y en sus labios una sonrisa ladina— hiciste bien....—

— ¿Qué quiere señora?— pregunto de mal humor, un mal humor que me invadió al entrar a la suite.

— Tranquilo — dice, camino hasta la mesa donde hay una jarra con agua, me sirvo un vaso— convence a Max de que se case— el vaso queda a medio camino hacia mi boca al escuchar sus palabras, dejo el vaso en la mesa y la miro sin poder creer lo que me pide— sé que él se está oponiendo solo por tu culpa— habla con la soberbia que la identifica, no sé si reír o lanzarla por la ventada desde el quinceavo piso del que estamos.

— ¿si quiera tiene idea de lo que me pide?— pregunto viendo a la mujer quien con elegancia se levanta del sofá.

— Te pido que dejes a mi hijo en paz de una vez por todas, te pido que te alejes de él y lo dejes ser normal te pido qu....—

— Me pide que haga algo que no puedo hacer o si no lo asesinaran— interrumpo sus palabras ya cansado de escucharla— entienda una cosa señora, ya no estoy con él, por su culpa y la de toda su familia he visto a Max sufrir como nunca en la vida, he sufrido por estar lejos de él pero por su bien así lo hago y me mantengo— trato de relajarme un poco— si él no se quiere casar es su problema no el mío, me pidió que me alejara y eso hice, ahora si decide matar a su propio hijo solo porque no le asegura poder meter mano en la gran fortuna de esa gente no es mi culpa, si él no se deja chantajear y manipular por ustedes no es mi culpa, entienda algo "señora" ya me tiene cansado, no pienso dejar que siga metiéndose en mi vida...—

MAS QUE A MOR  *Maxtul*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora