Esa noche me sentía rara, no podía dormir, estaba demasiado nerviosa y contenta al mismo tiempo, estaba en casa de Justin Bieber, aún no me lo creía. Miré el reloj, las 3 de la mañana, llevaba un rato dando vueltas en la cama, solo podía pensar en Justin. Desde que había llegado no me había parado a pensar en las consecuencias de este viaje, me estaba enamorando cada vez más de Justin. Además él se portaba de una forma, como si intentara ligar conmigo y yo la verdad es que estoy un poco confundida, no sé qué va a pasar.
Tenía un poco de sed así que me levanté y intenté no perderme buscando la cocina. La encontré y sigilosamente cogí un vaso y abrí la nevera.Oí un ruido, me parece que viene alguien.
- ¡AH! me asustaste- dijo Pattie entrando en la cocina y encendiendo la luz.
- Lo siento, no era mi intención.
- ¿No puedes dormir?- me preguntó.
- No.
- Yo tampoco, me suele costar un poco acostumbrarme, aunque sea mi casa.
- A mí también me cuesta, además no es mi casa, gracias por invitarme.
- No me las des, fue cosa de Justin.
- Bueno pero de todas formas-.
- Siento mucho haberte juzgado, supongo que me volví un poco loca con esto de que Justin te había conocido, pero también es la primera vez que hace algo así y me volví un poco paranoica. Me imagino que le debes importar para que te haya invitado porque aún no quería despedirse de ti.
- Supongo, yo también estoy sorprendida.
- Te pido perdón, me gustaría conocerte mejor, ¿empezamos de cero?- dijo extendiéndome la mano.
- Claro- contesté sonriendo y entrelazando su mano con la mía
- Bueno me voy a la cama y tú también deberías- dijo Pattie llevándose un vaso de leche
- Sí ya me voy.
Salí después de ella y me fui a mi habitación, creo que lo que me pasaba también era que me sentía incómoda por Pattie pero ahora, ya no tenía ese problema, ahora sí que iba a pasármelo genial sin estar incómoda.