No había dormido en toda la noche, fue la peor de mi vida. Mire el despertador, eran las 11. No tenía ganas de levantarme, no podía mirar a Justin a la cara porque ya no sabía de donde sacar fuerzas para seguir resistiéndome a sus encantos. Me levanté para ir al baño y lavarme la cara. Me volví a la cama y me quedé un rato pensando; hasta que, se abrió la puerta de mi habitación y lo siguiente que vi fue a Justin con un secador en la mano y riéndose y sin ningún instrumento empezó a cantar a capella.
Era Never let you go, no me lo podía creer, ahora me venía con esta canción que lo decía todo, no me iba a dejar marchar así tan fácil. Me quedé mirándole mientras se iba acercando, una lágrima cayó por mi mejilla mientras Justin seguía cantando. ¿Qué iba a hacer yo ahora?Mañana me iba a España y no sé cuándo voy a volver a verlo, esto no podía ser, no por un día porque solo por un día vendrían muchos de sufrimiento.La canción se estaba acabando y Justin estaba sentado en el borde de la cama.
- Sabes a este paso, se me va a acabar el repertorio de canciones- Justin me miró y se rio haciendo su movimiento de pelo.
- Justin...
- No hables.
- No Justin, para- me alejé de él y me levanté de la cama.
- _________....- Justin hizo lo mismo y me agarró del brazo.
- Justin mejor lo dejamos- me puse seria.
- ¿Por qué?
- Creo que te lo expliqué ayer por la noche y no lo voy a repetir.
- ¿Por qué no lo admites?
- ¿El qué?
- Que te gusto.
- Mira Justin, puede que estés acostumbrado a que le gustes a todas las chicas pero a mí no- como no le iba a gustar a todas las chicas, normal.
- ______ no lo digo por eso, lo digo como amor real.
- En ese caso te equivocas, porque yo no siento nada "real", como dices tú, por ti-mentí
- Eso lo dices tú, pero no es lo que sientes.
- Tú eso no lo sabes.
- Sí lo sé, tus labios no opinan lo mismo que tú.
- Justin...... eso no es excusa- tenía razón pero no podía ser.
- No es una excusa, es la realidad que no quieres aceptar- Justin se empezaba a enfadar un poco pero nunca lo hacía de verdad.
- Bueno.... me voy a desayunar, luego te veo- Salí dejándolo allí y bajé las escaleras, cada hora que pasaba me lo ponía más difícil, pero no podía decirle la verdad, por nada del mundo.
