Capitulo 7

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"Su sonrisa se había apagado, para jamás volver"

Fue lo último que se escuchó antes de que su padre lo arrastra de regreso a su casa, repasando lo que sus vecinas decían.

                                                                      
La mañana resplandecía en todo su esplendor, la ciudad se veía bellísima desde aquella altura; Un joven Alfa observaba como su sirvienta servían el desayuno.

– Señor William... ¿Desea que valla a despertar a su pareja? – hablo una Beta de avanzada edad, dedicándole una sonrisa a su jefe.

– Si... – respondió sin interés, mirando por el gran ventanal que daba una hermosa vista de la ciudad. – Señora Ferry, ¿le puso los medicamento y vitaminas a la comida como se lo pedí? – pregunto antes de que la Beta subiera por las escaleras, haciendo que voltearra a ver a el Alfa.

– Si señor, me asegure que le pusieran asta el doble de vitaminas y medicamento... – respondió confundida la mujer, levantando una ceja.

– Muy bien... Puede retirarse, gracias... – hablo sin interés nuevamente, levantándose de el sofá y tomando su periodico con sigo.

La Beta simplemente asintió y sin más que decir, subió las escaleras; camino por el pasillo, deteniéndose en la puerta que tiempo atrás le pertenecía a la pareja del señor William; suspiro en un intento de tranquilizar sus nervios, ya que era la primera vez que vería a la nueva pareja de el joven Roberzon, por lo que todavía no sabía cómo era; Suspiro nuevamente armandose de valor; tocó la puerta, escuchando de el otro lado un ligero "pase".
La Beta abrió lentamente la puerta dejando salir un ligero aroma a vainilla, sonrió al recordar a su joven señora y asomó la cabeza, viendo la silueta desgastada del joven albino, que se encontraba sentado en el piso, mientras en sus manos sostenía un viejo libro.

– Lo siento ¿joven?... – La mujer observo a el Omega con duda; quien la volteó a ver dejando a la vista sus grandes ojeras, pero mostrando una cálida sonrisa.

– Me llamo Marck... Marck Keiler... – sonrió con diversión, cerrando el libro y dejándolo sobre la cama.

– Perdone por interunpirlo joven Marck, pero el señor Roberzon me envió a decirle que el desayuno está listo y puede bajar... – dijo la mujer mirando de pies a cabeza al albino, que de alguna manera parecía más un cadáver andante que un joven chico.

– Gracias ¿señora?...– pregunto el Omega levantándose de el piso y encaminandose asia la puerta, sin dejar de sonreír falsamente.

– Me puede decir Señora Ferry, un gusto... – hablo la Beta haciéndose a un lado para que el Omega pudiera pasar.

– Gracias de todas formas señora Ferry, Ya voy a desayunar... – Sonrió nuevamente apoyándose en la pared para poder caminar de forma correcta y no disgustar a el Alfa.

– Veo que le gustan las cosas de la señorita, joven Marck – hablo la mujer caminando a un costado del chico.

– ¿Que?, ah~ eso, si todo la que había en habitación de la hermana de Alfa, me llamo la atención y no se empecé a explorar y revisar algunas de las cosas...– sonrió con nostalgia, mientras sus ojos revelaban un poco de tristeza. – Pero este es un secreto entre nosotros... – hablo dedicándole una sonrisa a la Beta para después fijar su vista en las escaleras y bajar una a una sin despegar sus mando de la pared.

Marcado A La FuerzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora