Capitulo 8

20.6K 1.5K 136
                                    

– amor~ estás bien – sonreía con añoranza, observando a su joven mate descansar tranquila sobre aquella cama de hospital; sintiendo como su lobo se tranquilizaba de igual forma al ver a su amada pareja mejor.

Yony~ – susurra apenas audible una joven Omega de ojos verdes tocando casi el menta, estirando su mano, tocando con cariño la mejilla de su Alfa, sintiendo su preocupación y felicidad, atravez de aquella marca que demostraba su amor. – Los doctores dicen que estoy bien~ – susurro, mostrando una sonrisa que tranquilizó un poco a su Alfa.

Con cariño el Alfa se dejó dominar por su amada Omega, restregando su mejilla en la palma de la mano de esta, mientras sentía un peso menos en su corazón al observar a su mate mejor que lo que estaba semanas atrás.
Su lobo aulló contento, mientras su cola se movía de forma frenética y daba ligeros saltitos en el interior del Alfa, una sonrisa al igual que una lágrima se asomaron en su rostro.

– Amor~, no llores~... – hablo de forma pasiva la Omega tomando con ambas manos el rostro de su amado, secando con sus pulgares las traviesas lágrimas que escapaban de sus ojos, dejando expuesto por su olor la preocupación que lo invadió.

– Estoy bien~, simplemente estoy contento de verte bien~...– susurro, entre sollozos tomando con sus manos las de su amada, y envolviendolas entre las suyas mientras besabas sus nudillos y frente.

Su corazón se sentía aliviado, su amada mate se encontraba mejor.
Sin embargo antes de poder siquiera levantar la vista, una fuerte punzada atacó su corazón nuevamente, el olor de su mate demostró dolor y preocupación, mientras su Aroma se amargaba y se volvía débil; con angustia levantó la vista notando cómo su mate empezaba a sufrir convulsiones y los aparatos que se encontraban conectados a ella se volvían locos causando un estrepitoso sonido, Su lobo rasco y aullo preocupado, en un impulso de intentar proteger a su mate, su cuerpo se remplazo por el de un lobo grisáceo oscuro; cuando los doctores entraron el joven lobo enceño sus comillas de forma amenazante, caminando tras de ellos, logrando que avanzarán a socorrer a la joven Omegas que llacia recostada en aquella camilla, uno de los médicos, hizo salir a el lobo de la habitación; Una fuerte punzada se instalo en su corazón dándole a entender que algo estaba mal, soltando un chillido angustiado y importando le poco si su orgullo se dañaba, al romper en llanto en medio pasillo del hospital.

"Su Omega, su mate estaba muriendo y él lo sentía"

                                                                           
– Señor Yonathan... Su padre llamo hace unas horas y me pidió decirle que su tiempo límite para conseguir un Omega se está terminando... – Informo la Beta asía su jefe quien sólo asintió, dedicándole un simple "Gracias" en respuesta, para después subir a su habitación.

– El Omega está casi recuperado, muy pronto tendré que presentarlo a mis padres... – hablo asia su lobo después de asegurarse de cerrar la puerta.

Con cansancio fue quitando una a una sus prendas, aventandola a el sesto de ropa sucia que tenía en su habitación, con cautela camino a su armario, tomando un pantalón deportivo y una camiseta de plomo casual.
Un suspiro cansado fue lo último que escuchó el joven Alfa dejándose dominar por el sueño.

[...]

Un fuerte estruendo provocó que William se levantará tan estrepitosamente.
Observo la puerta ladrando la cabeza con intriga; se levantó de la cama olvidándose por completo de ponerse sus charlas; Abrió la puesta lentamente asomando la cabeza por la misma y observando cómo la puerta de la habitación del Omega estaba abierta de par a par.
Un gruñido molesto escapó de su garganta, y a pasos firmes salió de la habitación, bajando las escaleras de forma silenciosa; cuando estuvo en el último escalón pudo divisar la silueta de un pequeño lobo blanco subido sobre el desayunador, buscando con el hocico entre las alacenas.

– ¿Que crea que haces? – pregunto William asustando a el pequeño lobo quien por acto reflejo escondió la cola entre sus patas y bajo las orejas, al escuchar la potente y profunda voz del Alfa. – Bajate de hay – demandó, con firmeza, mientras él o Ega sin chistar bajo acercándose con cautela asía el Alfa; cuando estuvo serca se sentó sobre sus patas traseras encontrándose un poco, mostrando su cuello, ya marcado. – ¿Que nunca te enseñaron a no subirte en las alacenas o que? – soltó de forma fría el Alfa mientras posteaba levemente a el pequeño lobo, provocando que este se echará patas arriba dejando expuestos su barriga. – Eres un Omega tonto, ¿dime porque estás aquí abajo?, ¿no te deje en claro que no tenías que bajar de tu habitación sin mi permiso? – le lobo simplemente se volvió a sentar en sus patas bajando la cabeza, para después escucharse como sus huesos empezaban a crujir, su cuerpo tomo un poco más de estatura y el pelo se fue, reemplazando el pequeño cuarpo del lobo por el ya un poco mejor y lleno de sicatrices cuerpo de aquel chico albino.

– Tenía hambre...– hablo el chico con la mirada gacha y dispuesto a afrontar la discusión y reclamos de su Alfa. – Perdon~ – Se disculpó todavía sentado en el piso mientras sus cabellos rubios tapaban sus ojos.

– Sube a tu habitación ya es tarde mañana come- – las palabras de William se cortaron abrutmanete al escuchar como el estómago del Omega soltaba un fuerte rugido, seguido de este abrazando su estómago avergonzado.

– P-perdon, creo que será mejor subir, buenas noches... – susurro avergonzado, levantándose de un salto para corres como si no ubise un mañana por las escaleras; Lo último que se escuchó fue la puerta de la habitación del Omega cerrarse con fuerza.

Otro gruñido escapó de la garganta de William sin embargo este fue de frustración, pasó una mano por sus oscuros cabellos y observo la cosina; camino asía está y abril el refrigerador, sacando de este un pedazo de carne.

Subió las escaleras y se paró frente a la puerta de Marck, la observo por unos minutos recordando a su mate, suspiro y tocó la puesta; sin embargo no resibio reapuesta alguna.

– Marck voy a entrar – aviso, abriendo la puerta encontrándose nuevamente con el cuerpo de el pequeño lobo olisqueando por toda la habitación, en busca de algo comestible. – Toma... – hablo el Alfa aventando el pedazo de carne a el piso, mientras el lobo corría apresurado a devorarlo. – Denada... Asta mañana – hablo por última vez cerrando la puerta, escuchando los obsenos sonidos de cómo el pedazo de carne era devorado. – Puedo hacer de todo menos matarlo de hambre – comento a la nada caminando de regreso a su habitación dispuesto a volver a dormir.



~♡♡🥞♡♡~

Faltas de ortografía, en la edición las editare.

Voten y comenten
(Entre más votos y comentarios allá más rápido actualizo)

(Perdón por el capítulo tan caca no tenía muchas ideas que digamos (•ө•)♡)

Los amo♡♡

Marcado A La FuerzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora