Entre quejas, reclamos y gruñido, las compras habían concluido con éxito y aun si en algún punto, tanto alfa como omega desearon arrancarse la cabeza y los ojos, se diría que todo termino con buenos termino; la puerta del departamento se abrió, dejando a la vista la imponente figura de aquel alfa de ceño fruncido y vibra dominante, cargando en brazos una exagerada cantidad de bolsas que en su interior albergaban la ropa nueva del joven omega.
— Muévete, estorbas trasero de alfa malhumorado — comento con notable agobió Marck, pellizcando el costado del cuerpo del mas alto para dar énfasis en sus palabras.
Soltando un resoplido, william se hizo a un lado, permitiéndole paso a el omega, de cuerpo pequeño y ojos azules, quien con orgullo cargaba solo una bolsa en su brazo y en su mano contaría, un pequeño envase de plástico con helado de zarzamora en si interior.
— Su alteza — formulo entre dientes él mayor de los dos, reverenciando con sarcasmo a el mas pequeño.
Una sonrisa ilumino su rostro y de forma arrogante, pero a su vez divertida, palmeo juguetón el pecho del pelinegro.
— Muchas gracias mi querido sirviente de alfa maloliente — Siguió el juego, incluso moviendo de forma sarcástica sus caderas mientras ingresaba a el lugar, logrando hacer que él contrarió soltara un bufido sintiéndose superado por el confuso comportamiento que solía tomar su omega.
Soltando un pesado suspiro, William, cerro la puerta detrás de él y con dificultad se adentro asta la sala, donde sin cuidado dejo caer las bolsas a el piso restando importancia cuando algunas prendas se llegaron a salir de las bolsas. Entumecido, coloco una de sus manos sobre sus brazos adoloridos, comenzando a masajear la zona en busca de alivio.
— Te dife que no comfraras tanto pero parefe que tu orgulloh fue mayort que fu cerebro y me ignoraste — hablo con la boca llena, dejando sobre la superficie plana de la mesa la única bolsa con la que él cargaba.
— Lo hice por decisión propia, para que no tengas que estar utilizando la ropa de mi hermana siempre, la estás desgastando y eso a ella no le gustaría — menciono con calma, dejando de lado su dolor para comenzar a avanzar en dirección a la cocina. - Ayúdame a colocar la mesa, es malo que este comiendo solo helado, te vas a irritar el estómago - enfoco su mirada nuevamente en la presencia del joven que desinteresado pasaba su lengua por todo aquel recipiente de plástico retirando el mas mínimo rastro de aquella esencia dulzona.
Arrugo el entrecejo, sintiendo una mezcla de emociones entre asqueado y horrorizado.
— ¡Marck no me ignores! — demando autoritario ganándose únicamente que el mencionado rodara los ojos en una clara muestra de fastidio.
— No te estoy ignorando, estoy comiendo así que eres totalmente capaz de esperar a que termine y después pondré la mesa — frunció el ceño deformando su rostro por unos instantes mientras llevaba sus dedos a la boca para quitar el rastro de dulce restante. — Aparte aun no has comenzado a preparaf nada — el sonido húmedo que produjo su dedo después de ser sacado de su cavidad bucal, causo una cara de notable asco en el mayor.
— Límpiate la mano, la baba se ve asquerosa deslizando por tus dedos — su cuerpo se movió de forma irregular cuando un escalofrió recorrió su espalda. — Y solo pon la mesa o me voy a arrepentir de ser yo quien prepara la comida cuando claramente tu puedes hacerlo para los dos —.
Marck, entrecerró los ojos en dirección a el contrario y de forma casi malévola estiro su mano, que aun mantenía sus dos dedos escurriendo de saliva, en dirección a el alfa "chillón" frente a el, quien casi de forma automática se echo hacia atrás en rechazo a aquel raro ataque.
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Marcado A La Fuerza
FanfictionMarck Keiler Pocket un Omega de 20 años de edad, destinado a una vida de maltratos y abusos. Después de su cumpleaños 20 su padre lo vendió a unos traficantes de omegas quienes vendieron a Keiler a un millonario de 23 años de edad llamado William Yo...