Lauren tuvo un día perfectamente normal en el trabajo. Sirvió mesas, cantó canciones de feliz cumpleaños a un par de clientes, y bromeó en la parte de atrás con el resto del personal. Mi padre la miraba fijamente con una sonrisa. Según mi padre, ella le recordaba mucho a mí, pero no era el único que pensaba eso.
Kenneth Coleman, el chico con el que salía y terminé poco antes de mi muerte, se acercó a ella mientras intentaba recoger una bandeja de comida en la cocina.
Kenneth era un tipo muy, muy raro. Incluso me siguió durante mucho tiempo después de que terminamos hasta que le conté a mis padres y ellos hablaron con los suyos y con él. Finalmente se detuvo, pero yo sabía que seguía observándome cuando podía. No se veía tan diferente de la última vez que lo vi.
—Entonces, hoy hubiera sido el cumpleaños de Anne, ¿eh?—Preguntó él.
—Ajá. Su cumpleaños veintiuno. Jonah dijo que no se lo mencionáramos a James—Respondió Lauren amigablemente.
—¿Te han dicho que te pareces a ella?—Preguntó Kenneth. Lauren, que había oído ese comentario de mis padres, el staff, e incluso su madre suspiró. A nadie le gustaba que la compararan con la chica muerta.
—¿No tienes mesas que servir?—Preguntó Lauren en tono de broma. Kenneth se rió.
—Me preguntaba si tal vez querías ir a patinar conmigo esta noche—Dijo. Lauren y yo lo miramos sorprendidas.
—Viejo, eres literalmente cuatro años mayor que yo.
—Lo sé, lo sé, pero pronto cumplirás dieciocho...
—Estás haciendo esto incómodo. ¿Podemos por favor discutir esto más tarde? ¿Cuando no esté tratando de servir cinco mesas a la vez?—Preguntó ella visiblemente incómoda. Kenneth no pareció retroceder.
—Yo no lo estoy haciendo incómodo, tú lo estás haciendo difícil. Sólo di que sí y me voy.
—Mi madre es policía y mi padre está en el ejército. En serio viejo, no gracias.
—Anneliese también me rechazó, y tú sabes muy bien lo que le pasó.
Qué. Chin. Ga. Dos.
No fui la única que pensaba así. Kenneth dijo eso enfrente de todo el staff de cocina, y todos eran amigos cercanos de mi familia. Se hizo silencio absoluto en el cuarto, y todos los ojos se clavaron en Kenneth. Un grupo de meseros, incluso aunque no todos me conocieron, lo miraron con asco. El jefe de cocina y también mi padrino Jonah, caminó hacia él de la manera más amenazadora posible. Era como ver a un gigante contra un fideo.
—¿Qué demonios acabas de decir?—Preguntó Jonah. Kenneth finalmente se dio cuenta de su error y se retractó.
—No, no, no, nada. No dije nada.
—Déjame decirte algo. Esa niña que acabas de mencionar era como una hija para mí. ¿Estás sugiriendo que fuiste el que le hizo todas esas cosas? ¿Fue eso una confesión?—Preguntó Jonah agarrando a Kenneth por el cuello de su camisa.
—¡Era broma!
—Ah, era una broma. ¿Lo oyen, muchachos?—Preguntó Jonah al resto de los cocineros, quienes tronaron sus nudillos. Claramente Kenneth no había ayudado a su causa.
—¿Era broma? Así que el asesinato de mi adorada ahijada, que también es hija de tu maldito jefe, ¿es una broma para ti?
—¡Déjame ir, maldición!—Exclamó Kenneth. Jonah lo soltó y Kenneth inmediatamente intentó arreglar su uniforme. Jonah puso una mano en el hombro de Lauren.
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El Asesinato de Anneliese Trevin
Mystère / ThrillerPinard Hills es un pueblo tranquilo. O por lo menos lo fue, hasta que el cadáver de Anneliese Trevin fue arrastrado por un río tras una semana de estar desaparecida. Anneliese, incapaz de descansar en paz o recordar cómo murió, decide encontrar a su...