Capítulo 25: Frente a un monstruo

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Katia se estacionó de golpe frente a la casa de Jonah, frenando tan fuerte que yo salí volando por el frente del auto. Es extraño lo que puede pasarme, y lo que no, y las reglas que aplican para mí, y las que no. Al menos ya aprendí que hasta los fantasmas debemos usar cinturón de seguridad. 

La casa de Jonah estaba metida entre varios árboles en el bosque, y tenías que bajar un camino muy empinado en auto para poder llegar. Estaba tan escondida que era muy fácil no notarla, escondida entre el follaje. Si caminabas lo suficientemente lejos del jardín trasero, podías llegar al río en el que mi cuerpo había sido encontrado. Era impresionante cómo algunas cosas en las que nunca pensé, de pronto tenían sentido. Era como si de pronto todo apuntara a Jonah como mi asesino, finalmente lo estaba aceptando.

Katia bajó del auto con su pistola en la mano. Le quitó el seguro y la cargó en menos de un segundo, apretándola con demasiada fuerza. Y entonces, golpeó la puerta, aún sosteniendo la pistola.

-¡Jonah Flenderson! ¡Abre la puerta en este instante! ¡Tengo que entrar!-Gritó Katia furiosamente, dando puñetazo tras puñetazo contra la puerta. Dañó la madera, y se lastimó los nudillos, pero aún así seguía golpeando. Yo entré a la casa para averiguar qué sucedía en el interior.

Jonah estaba abandonando el cuarto del espejo con cara de molestia absoluta, como si Katia acabara de interrumpir algo que él estaba haciendo. Se estaba acomodando los pantalones mientras se alejaba. Lauren, herida y débil, reconoció la voz de su madre, y comenzó a tratar de gritar o hacer ruido, llorando lágrimas de emoción. Comenzó a tirar de su cadena con las pocas fuerzas que le quedaban en un desesperado intento de correr hacia su mamá.

-¡Jonah! ¡Abre ahora!-Gritó Katia desde el otro lado. Con cada golpe de Katia se sentía vibrar la casa. Había sacado fuerza de cada rincón de su cuerpo para poder traer a su hija a casa de vuelta.

-¡Un momento! ¡Iré en un momento!-Exclamó aquel monstruo, tratando de sonar calmado y contento.

Lauren comenzó a tratar de gritar a través de la cinta adhesiva en su boca, pero Jonah de inmediato la tomó por el cuello cortando aún más su flujo de aire. Por más que intenté hacer algo, por más que traté y traté de hacer que la soltara, no logré nada. Jonah la veía preocupado, pero seguía intentando parecer amenazador.

-Un ruido, un golpe, un movimiento...lo que sea que intentes, y mataré a tu madre frente a esta ventana para que tú puedas disfrutar el show, y después la lanzaré al río, ¿me entendiste? No quiero problemas, Anne. Quiero que te portes bien-Le dijo él mientras apretaba cada vez más su agarre contra su cuello. Yo seguí tratando de separar su brazo, pero no pude hacerlo.

Lauren no tuvo otra opción. Sólo asintió. Y Jonah la lanzó de vuelta a la cámara causando que se diera un fuerte golpe en la parte de atrás de la cabeza. Jonah cerró la cámara y finalmente se dirigió a la puerta, donde Katia no dejaba de golpear. No sabía si ir tras él, o quedarme junto a Lauren y asegurarme de que estuviera bien. Se veía mucho más herida y mucho más pálida que la última vez que la había visto. Probablemente no había comido prácticamente nada, y probablemente había perdido mucha sangre. Decidí quedarme con ella, escuchando todo lo que sucedía afuera de la cámara.

-¡Jonah! ¡Te dije que abrieras la puerta! ¡Que me abras maldito imbécil!-Exclamó Katia furiosa una última vez. Finalmente escuché la puerta abrirse, y corrí en dirección a la puerta para averiguar qué sucedería ahora. 

-Detective, con todo respeto, no la quiero cerca de mí o mi familia. Hablé con su supervisor de una orden...

Katia inmediatamente le dio un golpe en la cara con la pistola lanzando a Jonah al suelo. Katia no era muy alta y era muy delgada comparada con Jonah, que parecía un monstruo. Sin embargo el golpe de Katia fue suficiente para derrotarlo al menos un segundo. Katia entró a la casa y cerró la puerta. Esta no era la Katia de antes, pero tampoco era la Katia que había estado llorando en el rincón de un cuarto de motel. Esta Katia se veía agresiva, violenta...había fuego detrás de sus ojos.

El Asesinato de Anneliese TrevinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora