"Mientras mas te acercas a la luz... más grande se hace tu sombra."
No puedes escapar de lo que eres, todos tienen el destino escrito en el cuerpo y no importa que tanto le huyas, SIEMPRE vas a volver al mismo camino.
Porque el destino tiene un jueg...
Sorano se ocultaba detrás del auto junto a Eri mientras que Airi luchaba con Mirio. El brillante rubio y la loca mujer de cabello rosado que ella conoció en una remota heladería estaban peleando. El había acudido a la alarma que ellas habían activado cuando tomaron a Eri.
Mirio aún no había llegado a ella y Eri lo que significaba que Airi le estaba siguiendo el ritmo a las peleas, eso hizo que Sorano se preguntara quién podría ser aquella chica.
— ¡Mi ojo! - gritó Airi, Sorano sonrió al saber que el rubio había hecho su movimiento Estrella, el no era fanático de las luchas con mujeres.
— Sora-San, tengo miedo. - murmuró Eri abrazando a la de ojos marrones. No entendía la razón de que su hermana la sacara de U.A. ahí estaba segura. Tenía miedo de volver con los crimínales.
— No temas. Yo siempre voy a cuidarte.- la pequeña albina se aferró a la ropa de la chica, trataba de controlarse para no activar su particularidad.
Por otra parte Sorano quería ayudar a Airi, sabía que Mirio no era un oponente cualquiera y ahora menos que tenía su Kosei de regreso, pero desde que se había embarazado sus koseis se habían vuelto incontrolables, no podía ni sanarse a si misma y si se distraía hacía que su nube creciera demasiado.
Desde el suelo salieron raíces de color marrón que las envolvieron.
Mirio estaba confundido, conocía a Hayashi Airi. Una aspirante a heroina que se fue al otro bando gracias a un amorío con un villano, tenia dos dias sin ver a Sorano y ahora que la veía estaba con una criminal, no entendía.
Airi era formidable, con sus raíces podía seguirle el ritmo y evitaba que el llegara a la otra chica de pelo rosado. Los sollozos llegaron a los oídos de Mirio, Eri estaba llorando, la pequeña niña sufría de nuevo y eso era algo que el no podía permitir.
— ¡Airi! ¿Que es lo que quieres? - preguntó el ideando un plan para acercarse a sus amigas. La chica frente a él no le dejaba ninguna brecha y aunque ella no había podido tocarlo por obvias razones, el solo la había tocado un vez y porque ella se distrajo.
— ¡Que nos dejes en paz! Hazte aún más idiota de lo que ya eres y vete, deja que sigamos nuestro camino.
Mientras ella hablaba el se fue debajo del suelo, sabía bien que Mirio iría por las hermanas así que movió la coraza de raíces a su lado, luego la deshizo y tomó a Eri en brazos.
— No le hagas daño. - pidió él rubio mostrando sus manos y caminando de manera lenta.
— Tengo miedo... - murmuró la albina casi al borde de las lágrimas.
— Airi...
Sorano estaba nerviosa, si la atrapaban se darían cuenta de su embarazo y no quería eso, veía a su pequeña hermana en los brazos de Airi, no la tomaba de manera brusca pero aún así estaba aterrada.
— Déjanos ir antes de que lleguen los refuerzos... o te daré una razón para encerrarme en el tártaro.
Aquello fue una clara amenaza a la vida de la pequeña.
— Tranquila. Dejare que se vayan.
— Quiero quedarme con Lemillion-San. Déjame ir Sora-Chan.
Aquello hizo que Sorano se replanteara el plan, Eri tenía miedo, vivió con miedo toda su vida y ahora que estaba bien ella se lo estaba arrebatando.
— Hay que dejarla ir...
— ¿Que? Todo este drama para devolverla. - Airi empezaba a molestarse, el tomar a La Niña había hecho que el plan se complicara y ahora dejarla ir convertía todo lo anterior en algo inútil.
Sorano asintió. Airi dejó a La Niña en el suelo, corrió hasta el héroe pero antes de llegar a sus brazos fue levantada por raíces.
— Estará bien y eso nos dará tiempo de escapar. - Airi conducía lo más rápido que el auto le permitía.
— Este no es el camino al aeropuerto...
— tenemos que ocultarnos...
Aquello puso nerviosa a la de ojos marrones, la chica conocía bien esa calle y lo corroboró cuando Airi tocó la bocina en una casa, conocía también esa señal y la puerta se abrió permitiéndoles estacionar el auto.
— ¿Que hacemos aquí?
— Nos ocultaremos.
Airi bajo del auto y esperaba a Sorano, aquello sucedía en cámara lenta. Se suponía que debían huir, pero estaban ahí en la casa de los Yakuza.
— O sales o dejas que el idiota te atrape. - la de ojos marrones no reaccionó, esto provocó que la chica frente a ella la tomara del brazo y sacara del auto, guiándola dentro de la casa de la que ella quería huir.
— ¡Sorano, Hayashi! — dijo Hari sorprendido, Sorano escuchó el apellido de la chica junto a ella y todo en su mente hizo conexión. Conocía a Airi de antes
Hayashi Airi era novia de Dabi, aquel chico de la liga de villanos. Era demasiado para ella así que se fue a su habitación.
— ¿Kai está aquí? - preguntó Airi a Hari viendo como la de ojos marrones corría.
— ¿Que haces aquí?
— ¡No lo se! Estoy a medio colapso Hari. Necesito que Kai no esté aquí mientras controlo a Sorano y me la llevo.
— Ninguna se va a ningún lado.
Y esa era su sentencia de muerte, la voz de quien ella temia.
