7- ¡Es alergia!

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Sorano se mordía las uñas mientras caminaba de un lado a otro por el gimnasio, entrenaban con Cementoss pero, ella no prestaba la más mínima atención. Las imágenes de lo ocurrido en el fin de semana con el jefe de los Yakuza era algo que no se iba de su mente; solo pensar en Chisaki hacia que se le erizara la piel. Debajo de ella el suelo se movía y a sus lados se creaban paredes y ella aún seguía encerrada en su mente.

El suelo se volvió irregular y al no prestar atención, Sorano calló.

— ¡Fairy, atenta! - Dijo Mirio ayudándola a ponerse de pie. Estaban ahí, espalda con espalda como en su examen final en el primer año. Debían salir de aquel laberinto antes de que acabara el tiempo.

Caminaron con sigilo cuidando de no toparse con un clon de ectoplasm-sensei. Se tomaban de la mano y esa sensación era agradable, porque a Sorano le gustaba Mirio, no Chisaki.

Mirio Si. El rubio y sonriente chico que se convertiría en un gran héroe a pesar de todo.

Kai no. El castaño chico que pocas veces sonreía y que ya era jefe de los Yakuza.

Sacudió su cabeza al pensar en el castaño y en aquella noche qué pasó con el chico, debía borrar todas esas imágenes de su cabeza. Trato de concentrarse en la práctica que hacían, soltaron sus manos y empezar la pelea con los clones que si golpeaban con la suficiente fuerza se deshacían. Aumentaron el ritmo del paso mientras buscaban la salida.

Al cabo de 20 minutos encontraron la preciada salida y se encontraron con tres personas más antes que ellos. Sorano se acosto en el suelo recuperando el aliento, lo de ella eran batallas cortas pero odiaba esos largos entrenamientos en los que no podía utilizar su particularidad.

- ¿¡Que Es esa marca roja Sora-Chan!? - preguntó más alto de lo normal la chica de cabello y ojos celestes. Entonces La de pelo rosado recordó que eran más de una marca las que había en su cuerpo porque Chisaki no se controlaba.

— ¡Es alergia a mi nuevo jabón! - fue la respuesta que dio más rápido de lo que debía haciéndolo parecer sospechoso. Tragó grueso y los segundos pasaban tan lentos que parecían horas.

Nadie reparó en su respuesta o su reacción haciendo que ella se tranquilizara al ver como todos seguían en sus asuntos. Otra vez la imagen de Chisaki encima de ella se instaló en su mente, hasta lo sentía y su respiración se hacía más pesada.

— ¿Estás bien?

— C-Claro.

— Es que estás roja y tu respiración sube. - Sorano se golpeó mentalmente, quería también golpear a Chisaki y moría de vergüenza porque Mirio había visto su reacción, aunque el no sabía la razón.

Su teléfono vibró "tienes que venir esta tarde" volvió a bloquear el teléfono y siguió descansando. Miro el techo del gimnasio, otra vez recordaba al jefe de los Yakuza.

Saliendo de clases decidió salir con Mirio a comer un helado, al llegar a la heladería el rubio de radiante sonrisa y hermosos ojos azules pidió un cono para el y una malteada para Sorano.

— Gracias - susurró con el rostro levemente sonrojado.

Hablaron trivialidades y bromearon como siempre lo hacían, los puros sentimientos de Mirio era algo que llenaban a Sorano de alegría; al estar con el rubio olvidaba completamente a Chisaki.

Caminaban tomados de las manos viendo a los ciudadanos, hacían su juego favorito. Hacerle frases heroicas a la gente mientras se burlaban.

— ¡Ya llegue a protegerlos! Con mi poder de regañar a mi hijo - murmuró Sorano viendo a una señora reclamándole algo a un pequeño.

Destino Entrelazado - Chisaki Kai (BNHA) COMPLETADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora