Extra: Hola

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Kai sentía el dolor y también como su ropa iba mojándose cada vez más de su propia sangre.

— ¡Papa! — gritó Koemi en el momento en que vio a su progenitor caer. Inhalo para así tener una mayor concentración y disparo justo en la cabeza, la de cabello rosado se acercó a su padre que no se curaba.

— ¿Estas bien?  — le pregunto a su nena. Sus ojos miel miraban a los de el con preocupación.

— papi, tranquilo.

Koemi sentía que su alma salía de su cuerpo. Su padre seguía sangrando y su particularidad no lo curaba.

— ¡Hayashi! — gritó ella llamando a su esposo quien también estaba en aquella misión. Sentía la desesperación más grande de su vida.

Airi llegó junto a su hijo, Kai tomo a Koemi y la alejo de Kai mientras que Airi le daba uno de sus venenos que ayudaba a la coagulación de la sangre.

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Koemi caminaba de un lado a otro, su padre no se curaba y ella no podía curarlo, su particularidad solo era destructiva y en ese momento ella necesitaba una que fuera de curación. Eso no había en su familia.

Miró al techo.

— Madre... por favor ayúdalo. Te lo pido. — susurro con los ojos cerrados.

No importaba si Koemi tenía siete o veintisiete años. Siempre que se sentía desesperada le hacía una oración a su madre, no a ningún Dios, a su madre que ella estaba que la cuidaba de donde quiera que estuviera.

— Koe...

— Kai... — dijo viendo a su amado. Se acercó a abrazar al albino.

— Todo irá bien. — susurró al besar su frente. Sintió a la de cabello rosado temblar. Le preocupaba su suegro.

Mientras ambos se abrazaban, Chisaki Kai estaba en la habitación contigua siendo observado con Hayashi Airi, la mujer lo veía inconsciente.

— Maldito, no te atrevas a dejarla sola. — murmuró viéndolo. La de ojos negros se mordía la mejilla por impotencia, quería poder resolver todo aquello pero no podía.

Por su parte, Kai más que inconsciente  estaba teniendo un maravilloso sueño, según el.

Estaba viendo el atardecer, desde la cima de un edificio. Aquel atardecer era idéntico al primero que vio con Sorano, lo sabía pues ese momento se quedó guardado en su memoria para siempre.

— Es un hermoso atardecer. — dijo Sorano a su lado, Kai giro su rostro y la vio ahí, vestida de negro, haciendo que su blanca piel y el rosado de su cabello y labios resaltara más.

El se quedó estático, no era real. Entonces ella sonrió  y no pudo contenerse más. La atrajo hasta el y la abrazó.

— Me estás abrazando...

— Si.

— Me has extrañado mucho entonces.

— Te he extrañado cada maldito día desde tu partida. ¿Acaso no me escuchaste llorar?

— Si... te escuche cada vez.

Chisaki miró los ojos de Sorano, esos ojos marrones que tenían un mundo dentro, por fin los volvía a ver después de todos esos años.

— Hola. — Dijo el.

— Hola. — respondió ella. — ¿estás listo?

— ¿Crees que Koemi pueda arreglárselas sin mi?

— Ambos pudieron sin mi... la criaste bien. Saldrá adelante.

— Vamos... me espera una eternidad a tu lado.

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Destino Entrelazado - Chisaki Kai (BNHA) COMPLETADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora