Sorano caminaba junto a Hari en el supermercado comprando comida, el albino tenía el carrito mientras que la chica escogía que poner ahí. Ambos usaban cubrebocas.
— No puedo creer que esto esté funcionando. - susurró el albino.
— Es temporada de gripe, muchas personas los usan - explicó con una lata de frijoles en la mano y leyendo - ademas, tú usabas máscara completa aquella vez. Es imposible que te reconozca alguien que no sea Aizawa-sensei.
— ¡Por los Dioses! ¿Cuando creciste así?
— Hace tiempo, Hari. Hace tiempo.
Continuaron haciendo compras para la casa y para el apartamento de la chica, también le mostraba a Hari algunas cosas que debía escoger por encima de otras en el caso de que alguna vez ella no pueda acompañarlo a realizar aquellas compras. El albino la veía sumida en su tarea de escoger los productos más apropiados para comprar. Y un recuerdo llegó a su mente.
La pequeña niña de aproximadamente unos 10 años de edad caminaba de la mano con un albino de unos 20, La Niña tenía el cabello rosado y los ojos marrones y saltaba de un lado a otro.
— ¡Mira Hari, Mira! - dijo pegándose al cristal.
— No uses mi nombre. - exigió el hombre a La Niña malcriada, nunca escuchaba y siempre saltaba de aquí para allá.
— ¡Hari mira, míralo! - repitió ignorando la petición del mayor. El albino se acercó y buscaba lo que la chica le señalaba.
— Es bonita ¿es lo que le quieres regalar a tu hermanita?
— ¡Si, si! ¡Eso quiero Hari!
— ¿Me dejas de llamar Hari? - la chiquilla negó con la cabeza mientras sonreía.
Entraron a la tienda y compraron la muñeca que La Niña había escogido, salió saltando de aquella tienda mientras abrazaba el paquete perfectamente envuelto. Cuando de pronto volvió a pegar su rostro a otro cristal.
— ¡Mira, Mira, mira! Hari quiero comprar eso para Kai, mira se que le va a gustar. ¡Miraloooo! -zarandeaba al albino mientras señalaba aquella caja que contenía dos cubre bocas de color negro, uno de seda y el otro de algodón.
— El ya tiene muchos cubre bocas. ¿Y te digo un secreto? Solo tiene una boca.
— ¡Pero no tiene negros! Quiero hacerle un regalo para que cuando yo crezca nos casemos.
— ¿Que? - preguntó con algo de burla, hacer reír a Hari era casi imposible pero para esa niña era fácil.
— ¡No te rías! Yo voy a crecer y seré muy bonita.
— Eres bonita - le dijo como siempre, Hari acostumbraba a hacerle cumplidos a la pequeña que ya sentía como hermana menor o quizás hija.
— ¡Seré más bonita! Y Kai se va a enamorar de mi, vas a ver. También nos casaremos y vamos a tener dos hijos, quizás tres... ¡tantos como el quiera!
— Tienes mucha imaginación.
— ¡Los incrédulos no irán a la boda!
El leve empujón despertó al albino de su junte con el pasado.
— ¿Que te tiene tan risueño? - murmuró la chica entrado una bolsa de maíz para palomitas y dejando las de microondas en su lugar ya que Chisaki no era amante a la comida con conservantes.
— No vas a querer saberlo.
— Dimeeeeeee - Hari volvió a reír, ella nunca iba a cambiar.
— La vez que dijiste que te casarías con Kai. - al mencionar esas palabras la sonrisa de Sorano se borro totalmente, Hari tomó una foto del momento. - ¿cuantos hijos tendrán? Espero que me inviten a la boda.
— ¡No me casare con ese idiota!
Hari siguió atosigando a la de cabello rosado hasta que terminaron las compras y saliendo se encontraron con un par de compañeros de la chica.
— ¡Fairy! - gritó Nejire acercándose a la chica.
— Hola - Mirio se acercó a darle un abrazo a la pequeña chica el cual correspondió bajo la atenta mirada de Hari.
— ¡Hola amigo de Sora-Chan - Nejire se acercó a Hari pero Sorano la movió con su brazo, de ellos ninguno reconocería a Hari si no hablaba.
— ¡Es un primo de America! Es mudo, no le hables de cerca que se ofende.
Hablaron unos cortos minutos y después se despidieron, Hari siguió en silencio mirando a la de pelo rosado que trataba de ignorar la mirada que le taladraba la nuca hasta que la chica preguntó.
— Nada, miraba al rubio que dejamos sin Kosei.
— Son unos idiotas.
— Kai se molestará cuando se entere de que salen. - Sorano paró en seco al recordar como el día de su primera cita con Mirio el castaño entró a su habitación.
— No salimos. Solo somos compañeros de escuela.
-.-.-.-.-.-.-.-
Chisaki veía de reojo a Sorano que estaba a su lado, trataba de concentrarse en el camino frente a él pero, la risilla ocasional de la chica lo sacaba de su mente. Miraba que se mandaba mensajes con alguien y seguro que era el torpe héroe lemillion que siempre la invitaba a lugares. Vio como la chica se mordió el labio para contener la carcajada y esa fue la gota que rebasó el vaso. Estiró la mano y le arrebató el teléfono guardándolo en su bolsillo.
— ¿Cual es tu problema? - se cruzó de brazos luego de remover su cubre bocas, le gustaba sentir la brisa de la noche.
— Tus risas me distraen.
— Te distrae que esté bien.
El castaño no respondió, no iba a discutir más con ella y menos mientras conducía. Por lo menos tenía claro que Sorano no lo odiaba ya que ella en las madrugadas le pedía a él que la llevara a su casa aún cuando podía pedírselo a Kurono, pero claro que el castaño también podía negarse y no lo hacía.
Llegó al apartamento de la chica y ella aún no bajaba, pero tampoco decía nada y el chico recordó que ella esperaba por el teléfono que no dejaba de vibrar en su bolsillo. Se lo extendió y en el momento en que ella lo tomó el de ojos dorados se acercó a besarla aún con la tela cubriendo los labios del chico. Sus mejillas se pusieron rosadas y se mordió el labio indicando que estaba nerviosa.
— Deja de robarme besos - le exigió con el sueño fruncido.
— Deja de corresponderme.
La chica salió del auto y se adentró al edificio, Chisaki se quedó observando a su piso hasta que la luz parpadeó dos veces, esa era la señal de que ella había llegado.
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Destino Entrelazado - Chisaki Kai (BNHA) COMPLETADA
Fanfic"Mientras mas te acercas a la luz... más grande se hace tu sombra." No puedes escapar de lo que eres, todos tienen el destino escrito en el cuerpo y no importa que tanto le huyas, SIEMPRE vas a volver al mismo camino. Porque el destino tiene un jueg...