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Un pequeño capitulo antes de la tragedia.

Frente al espejo, se mojó la frente, el cuello.

Afuera en la salita, se encontró a Jung-Kook de pie. Había encendido el estéreo y la música estaba algo fuerte. Sonaba una banda melódico que el logró reconocer. Claro, era esa banda de pop que había ido a ver en concierto hace días, con aquel pelirrojo.

Recordó entonces a Hoseok. No había pensado mucho en él desde que Jung-Kook y el habían iniciado su relación. Tenía tantas cosas en la cabeza, que había olvidado llamarle al chico para disculparse por su tonta conducta ebria y por haberse ido de su casa como una demente. Se lamentó un poco, porque a pesar de la diferencia de mundos en que ambos vivían, Hoseok realmente le agradaba. Pero no se quejaba. Sentía que había ganado mucho en ese tiempo. Un amigo como Hoseok y al amor de su vida, Jung-Kook Ya que meditaba sobre ello, se daba cuenta que era sensacional. Más perfecto aún, era ese momento, cuando él le clavó las pupilas encima.

—Ven —Le pidió el castaño, extendiéndole la mano.

Tímido le obedeció. No quería moverse demasiado, los nervios volvían a querer atraparlo y aún tenía una llamita de fuego que amenazaba con encenderle todo el cuerpo si no se controlaba.

Jung-Kook le pasó el brazo por los hombros y lo atrajo a sí, cariñosamente.

El rubor volvió a la cara del Kim y agachó la cabeza, con pudor.

—¿Estás bien? —Quiso saber él, mientras bajaba el volumen de la música.

—Sí. No pasa nada.

Levantó la cabeza para encontrarse a Jung-Kook a sólo unos centímetros. Sus ojos se engancharon y él le sonrió. Taehyung se perdió en sus labios abiertos, que mostraban una blanca dentadura. Más allá de eso, se perdió en un pensamiento, imaginándose esos suaves labios sobre los suyos, sobre su carne, sus mejillas, en su cuello.

Negó con la cabeza, pensando que todo era una locura inventada de sus hormonas.

—¿Qué pasa? —Insistió él.

—Nada, no me hagas caso —Dijo abrazándolo.

Taehyung rodeó a Jung-Kook con sus brazos también y el se sintió mejor. Levantó la cabeza para mirarlo, y lo encontró sonriéndole. Inmediatamente lo besó, con suavidad y dulzura.

Por fin, Hinata estaba en donde quería estar, pero tal vez en donde no debía estar. No quería darse cuenta de lo que no debía estar haciendo. Así que simplemente le correspondió al beso; abrió los rosados y sedientos labios, y dejó que la frescura de esa boca ajena la llenara por dentro.

Estaban en un nuevo escenario pero no en una situación distinta. Estaban solos. Jung-Kook lo apretó con el brazo a él y lo besó apasionado. El beso se extendió en una interacción de mieles y lenguas que querían atraparse. Parecía que la unión se volvería interminable mientras más presionaban sus labios. La música ruidosa los complementaba de una manera extraña.

Cuando se separó de él, todavía no quería abrir los ojos. Pero lo hizo con trabajo. Taehyung le sonrió, pensando que se veía hermoso con las mejillas coloradas, los ojos entrecerrados y los labios medio abiertos.

—Eres increible Jung-Kook —Le dijo sin dejar de verlo.

El otro chico sonrió con ternura.

Taehyung volvió a besarlo con la misma pasión que hace unos instantes, y e se dejó conducir. Ahora sí, ya no era capaz de huir de esa candente situación. Más bien era imposible.

Se besaron, nuevamente. Taehyung lo condujo hacia el sillón de piel y lo empujó suavemente para que se sentara. Él se hincó frente a Jung-Kooo para quitarle los zapatos.

Jung-Kook tragó saliva.

El pelinegro pasó ambas manos por la suave piel de las piernas de su chico,Sintió como los poros se le estremecían al subir los dedos hasta la entrepierna. Jung-Kook no se imaginaba lo que su mente le tenía planeado. Así que desabrocho sus pantalones, pasándolo seductoramente por las piernas hacia afuera.

Jung-Kook estaba totalmente expuesto y por inercia cerró las piernas, sonriendo tímidamente. Pero él no se lo permitió. Le separó las rodillas y se interpuso entre ellas.

Taehyung se quitó la playera para dejarse el pecho descubierto. Jung-Kook enrojeció, más aún cuando con un levantamiento de cejas de él, le pidió que lo imitara. Y lo hizo. El menor empezó a desabotonarse la camisa, y se deshizo de ella, para dejar al descubierto la blanca piel de su abdomen y pecho.

Se relamió los labios, admirando las cualidades de su hombre. Jung-Kook ya no quería que la mirara tanto, así que lo abrazó y empezó a besarlo nuevamente.

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En el departamento de Taehyung se dieron una ducha en la tina y allí volvieron a tener sexo. Ji-Yong no llegó jamás, así que Taehyung no pudo conocerlo. Pero poco importaba, porque realmente no quería conocerlo después de lo que el y Jung-Kook acababan de hacer en su sillón y en su hermosa alfombra de cebra. Para nada. Sólo se habían vuelto a poner la ropa, lavaron los vasos de whisky que se habían bebido y acomodaron la botella en su mismo lugar. Después de haber salido de la casa del mentor del castaño, lo único que querían era volver a repetir lo que había sucedido en ese lujoso apartamento.

Y así lo hicieron.

Taehyung se había puesto una pantalon pijama como única ropa. Jung-kook también se puso los pantalones, pero se mantuvo sin playera ni el calzado. Ninguno de los dos quería cambiarse aún. Tenían pensado pasar el resto de la noche juntos en el apartamento, así que a Taehyung se le ocurrió pedir comida china a domicilio, de un pequeño restaurante que estaba a cuatro cuadras. Tampoco para eso querían salir.

Veinte minutos después tocaron la puerta, y fue Jung-Kook quien se levantó a abrir, ya con el dinero de la comida en la mano.

Pero cuando abrió la puerta, allí no estaba ningún empleado de ningún restaurante de comida china.El que estaba parado en la puerta era Kim Seok-Jin.

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Si lo que dirán,Darío esa wea  esta muy corta >:v

¿Que creen que haga nuestro hermoso Seok-Jin?

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