3.

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Miedo. Sí, eso es lo que sentía.

Esa mañana se daría en la corte el caso que definiría su vida, ese día pelearia por su arañita.

-Señor Stark, quiero que sepa que sin importar que digan hoy, usted siempre será para mí como un padre.

-Peter, mi apellido es lo de menos, si no puedo lograr que lo lleves para mí no importará, pues tú siempre serás mi araña favorita.

Sin decir más palabras, ambos entraron a la sala de juicio, a pesar de que ya habían hablado de que un simple apellido no definiría nada, ambos querían en serio portarlo igual, sin embargo, eso era lo que menos preocupaba a Tony, su mayor miedo era que por ser menor de edad se llevarán a su pequeño Peter.

El juicio comenzó.

La sala permanecía quieta, totalmente atenta a todo lo que decía el juez.

Tony veía el techo como si ahí estuviera alguna respuesta, contemplaba el color café con detalles leves para hacerlo parecer rústico. Feo a su parecer.

-Bien, dígame señor Stark, ¿Por qué cree poder cuidar a un menor de edad?. -preguntó viéndole-. Según tengo entendido usted no es alguien capaz, ha formado parte de bastantes escándalos, no solo aquí, sino en de más países.

Se quedó atónito, sabía que ese tema de debatiría y por eso es que se preparó.

-Yo se perfectamente de todos mis "escándalos señoría, sé perfectamente de mis errores y de todo lo demás que estoy seguro, usted me podría numerar. -dijo haciendo una pausa, para luego ver a Peter- sin embargo yo sé lo que usted no. Sé que Peter es un joven brillante por naturaleza, sin embargo también sé su historia, y quiero formar parte de ella, cuidándome como si fuese mi hijo.

El pequeño grupo de compañeros que eran legales, por no decirlo de otra manera, estaba atónito, jamás pensaron escuchar a el gran Tony Stark abriendo su corazón.

Por otro lado, Peter pensaba bien las cosas, quería abrazar ahí mismo a quien consideraba su nuevo padre, sin embargo también pensaba en como sería su vida sin él, comenzaba a de abrirse mentalmente.

-Señor Anthony Edward Stark, usted queda con la custodia legal del joven Peter Parker, sin embargo, esto conlleva responsabilidades, si usted llegase a inquebrantar una norma, no solo perderá al joven, sino que también se llevará a servicios sociales.

Sonriendo como sólo él sabe, agradeció.

-Yo sé que un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

Al terminar el caso y determinar que Peter era ahora su hijo legal, salieron a festejar, sin embargo era distinto, pues fueron acompañados por Pepper y Rodey, Peter se sentía en una familia de nuevo, Tony cómo su padre y los otros dos como sus tíos.
La tarde en aquella pizzería fue más que genial, risas y varias historias del pasado de todos, algún que otro chiste y vaya que la comida estuvo deliciosa al parecer del joven araña. Ya pasado aquello, se dirigieron a la torre, donde, sus ahora tíos, se quedaron a dormir en habitaciones distintas, mientras que él, se quedó en la sala platicando con su ahora padre.

-Señor Stark, usted...¿Cómo se ha sentido?

-Te debo de admitir niño, al principio fue difícil...la persona que más amas intentado matarte, por defender a un amigo. -dijo para ahora verle- sin embargo él estaba bien desde su punto de vista, es algo que decidí dejar atrás.

Tras aquel comentario, sólo se confundió más, defiendo mejor seguir viendo la película que tenían de frente, sólo se recargo sin pensarlo en el hombro de su acompañante, recordando tan solo lo maravilloso que fue ese día; cuando menos lo pensó, cayó dormido.

-Tony, quiero presentarte a alguien. -dijo su mejor amigo-. Él era un doctor muy reconocido.

-Vamos Rodey, sabes que yo me rendí con eso.

-Tony, eso dices para no destruirte, lo sé, tan solo confía en mí, sé que es un buen hombre. -sonriendo, hizo una señal para que luego entrará otro hombre al lugar-.

Tony se sorprendió un poco al verle, era alto y además algo guapo, cosa que al pensar intentó negar. Algo en él le daba curiosidad, ¿Sus ojos? Tal vez, era algo que en ese momento no comprendía.

-Señor Stark, mi nombre es Stephen Strange.

Y vaya que el millonario no sabía cómo ese doctor cambiaría su vida.

Gracias a Peter.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora