4.

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Correr. Justo eso hacia. La mañana comenzó agitada, él despertando tras una pesadilla, pero esta vez había sido diferente, había soñado con que su pequeño Peter se desmoronaba -en el sentido literal- frente a sí. Decidiendo ignorar el sueño comenzó su rutina, sin saber que el día terminaría así, pero, ¿Cómo comenzó?

1:00pm. Torre Stark.

Peter se encontraba ya en casa, pues había salido temprano. En ese momento disfrutaba de una película que a él le gustaba, sólo disfrutaba un poco de un día normal, hasta que una alarma sonó en la torre y él decidió investigar al no ver a su ahora padre.

Por instinto, el primer lugar al que se dirigió fue el taller del otro, en donde le encontró, sin embargo, lo vio raro; decidiendo acercarse, le tocó su hombro.

—Señor Stark, ¿Se encuentra bien? .-al no recibir respuesta, sólo decidió ver a dónde veía el otro, al fijarse bien, este veía las cámaras de seguridad-. Ay no, mierda!

Decidiendose a correr, tomó el brazo del otro, jalandole con él, no entendía como pero el super solado, anteriormente Capitán América, estaba invadiendo la torre.

—¡Viernes! Cierra todos los accesos para ellos, ¡evitales llegar pronto!

En cuanto la orden fue dada, fue ejecutada, los pisos anteriores se cerraron. Al llegar al hangar tan solo se puso de manera rápida su traje, luego vio al otro.

—Señor Stark, si no nos vamos ahora nos podrán hacer algo.

—Lo sé Peter, necesitamos irnos.

Peter había notado la decepción en la voz del otro, sin embargo ya no dijo nada al ver como se ensamblaban la armadura del otro.

—¿Crees poder seguirme?

—La pregunta correcta es, ¿Usted podrá seguirme? .-preguntó olvidando el tema anterior al ser retado-. Discúlpeme señor Stark, pero no por nada es que siempre llego puntual.

Y así comenzó lo que parecía una carrera, Peter no sabía a dónde ir, así que simplemente hizo lo que otro haría en su lugar. Seguir a Iron man. Ahora que se detenía a pensarlo, era la primera vez en bastante tiempo que hacía una aparición el hombre de hierro, sabía que no era para pelear, pero aún así la armadura reluciente estaba presente.

Al parecer se dirigían al cuartel vengadores, en donde anteriormente estaba el equipo reunido, desde aquel encuentro entre el capitán y su padre había sido desalojado.

Al entrar al lugar se sorprendió, se encontraba en perfecto estado, todo limpio y ordenado, parecía niño pequeño ahí.

Mientras esto pasaba por la cabeza de Peter, Tony no dejaba de pensar en el bienestar de ambos, en el como le podría proteger sin si quiera ser detectado, eso sería un reto, Peter no era tonto. Se dispuso a recorrer las instalaciones, asegurando ya que no había ningún otro presente salió de su armadura, para luego ver como el otro intentaba que no cayeran unas cosas apiladas.

—Al parecer la curiosidad mató a la araña. -dijo riendo, viéndolo intentado no tirar las cosas-.

Ya estando a su lado, este apiló de manera correcta las carpetas, luego lo vio.

—Jovencito aquella -dijo señalando- será tu habitación, ve a darte un baño, te espero en la cocina con la comida lista.

—Si papá.

Fue lo último que escuchó del otro, parecía un quejido, sin embargo al escuchar "papá" no pudo evitar sonreír.

Una vez ya en la cocina del lugar, tan solo comenzó a preparar una pizza. ¿A quien engaña? Se puso la armadura y fue por una. Ya al llegar con ella la dejó en la mesa, donde se sentó a esperar a su pequeño. En el tiempo que esperaba se puso a pensar en que es lo que querían los otros, el si acaso sería algo importante, sin embargo fue sacado de sus pensamientos, cuando un portal raro se abrió frente a él.

—Señor Stark, necesito refugio. -dijo aquel hombre-. Estoy huyendo de algunas personas, ¿Me puedo quedar aquí?

Sorprendido, solo negó, ni siquiera sabía quién era ese mago.

—A ver mago de segunda, ¿Quién eres? Segundo, ¿Cómo entraste aquí?

Recibió una pequeña risa, luego el portal se cerró y la capa del otro desapareció, quedando solo el simple y ordinario doctor.

—¿Stephen?

—Si, Tony. Si quieres siéntate mejor, es algo difícil de contar.

Y así lo fue, no entendía bien sobre lo del mundo mágico y de los sueños y quién sabe que más le decía, muchas cosas llamaron su atención, ¿Cuánta ciencia no podría descubrir gracias a aquel hombre?

El tiempo comenzó a pasar de manera rápida para ambos, estaban metidos en su plática, contaban sus orígenes, el que los marcó, porque cambiaron, y miles de cosas más que no cualquiera entendería.

Volviendo al otro lado, el chico araña sonrió al ver a su padre tan feliz, no comprendía bien la situación entre ellos dos pero le agregaba verlo con esa sonrisa que en ese momento portaba.

—Buenas tardes doctor Stephen.

—Buenas tardes, Peter.

Y así comenzó una charla entre los tres, al parecer a Peter le estaba comenzando a agradar demasiado el sujeto, ya le conocía, pero no de esa manera en que se abría con Tony.

Todo iba tan bien, hasta que una explosión se hizo presente, y así es como volvemos a dónde comenzó este capítulo.

Él corriendo, tomando a su pequeño de la mano, guiandolo por los escombros. El joven araña traía puesta la armadura de su padre, no comprendía ni en qué momento fue que se la puso el otro, sólo sabía algo, Tony lo estaba protegiendo.

Stephen por otro lado, ya estaba con su traje listo para la batalla, este les seguía por detrás, asegurándose que no hubiera nada tras ellos.

Y es que al parecer el quipo necesitaba a Tony, aunque él no quisiera.

—Tan sólo queremos hablar Tony, si nos escucharás no tendríamos que hacer todo esto. -dijo apareciendo frente al recién nombrado, el capitán-. Escúchame, el mundo nos necesita y te guste o no tú fuiste de los que inició esto.

—Y tú lo terminaste cuando lo elegiste a él en vez de a mi.

Sin duda ahí estaba pasando algo, algo que a Peter no le gustaba, ni a su sentido arácnido que ya había enloquecido.

Gracias a Peter.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora