actriz por accidente (Terminada)

1- Dios dame una señal

Exhalo el humo del cigarrillo y miro como el humo se esparce en el aire.  Miro el techo que poco a poco ha perdido la pintura y se ve agrietada por la humedad. 

Que vida tan pobre llevo.  Quisiera al menos ser alguien en esta vida,  había estudiado para nada,  me gradué como diseñadora  gráfica,  y esta es la hora que no consigo un miserable trabajo.  Me siento totalmente frustrada con mi estilo de vida.

Debí de haber seguido los consejos de mi amiga Marta cuando me dijo que estudiar diseño me dejaría más pobre que ahora.  Que con suerte conseguiría trabajo en un McDonald's,  pero ni eso señores,  no he conseguido nada,  nadita. 

Estoy pensando seriamente prostituir a mi amiga. 

—¡Levántate de esa cama,  hija de la chingada! 

Esa que oyeron es nada más y nada menos que mi abuelita Flor,  tan sutil y tan buena onda.  Vivo con ella,  aparte de que mi tía María,  tío Vinicio,  mi hermano Gabriel y mis sobrinos viven con nosotros.  Podría decir que si esta casa fuese más grande,  viviera la familia completa.  Mi madre no vive con nosotros,  está en el norte trabajando,  mientras que nosotros vivimos en la ciudad de México.  Mi tía duerme conmigo junto a mi sobrina,  eso hace que yo a mi Veinticinco  años no tenga ni un segundo de privacidad. 

—Ya voy abue —le digo levantandome pero cuando me ve con el cigarrillo en la mano no me permite chance de lanzarlo,  pues ya estoy tumbada en el suelo con la chancla en la frente. 

—Esta pendeja,  ¿cuando dejará ese hábito?  ¡Ponte a hacer algo,  no mames Juanita! 

Bien,  me dice "Juanita" cuando se enoja.  Mi abuela tiene ochenta  años y es bastante fuerte,  hace unas quesadillas deliciosas y manda a mi tía a venderla en el puesto de alante,  eso nos permite sobrevivir.  Mi abue es una mujer pequeña,  bastante chaparra,  me llega como por los senos,  sin exagerar.  Cabello largo y canoso,  siempre lleva un moño,  bueno,  si han visto la película de "coco" Sabrán que me refiero a la hija de "coco". Una mujer testaruda,  peleona y trabajadora,  sin duda eso la hace una abuela completa.  La amo. 

—Ya abue,  sólo estaba haciendo un proyecto de diseño —mentí con  agilidad alejandome de ella. 

—¿Desde cuando los proyectos se hacen con cigarrillos? 

—Desde que la era moderna nos invadió,  creelo abue...

—Juanita,  ya te lo he dicho mil veces, busca un trabajo. Estudiaste para nada y solo te la pasas en cama tirada,  eres muy hermosa y sé que con tu belleza puede lograr algo —gritó otra vez haciéndome sentir mal. 

—Es cierto,  yo le iba a presentar a mi amigo Toño,  es un viejo verde que puede ayudarla —interrumpió mi hermano y le mandé la misma chancla en la cabeza—. Oye,  pero ¿quién no quiere tener un sugar daddy? 

—¿Que es eso shugar dary? —preguntó abue toda confundida. 

—Tu Nieto preferido me dice que yo debo casarme con un viejo rabo verde y sacarle dinero,  ¿que piensas de eso abue?

Ella frunce el ceño y luego esboza una sonrisa de complicidad. 

—Para que andes estando con  moscosos estúpidos que solo  buscan una sola cosa y no te dan nada,  mejor buscate un viejo. 

La miro totalmente enojada,  me molesta que ella apoye ese acto tan inmoral. 

—¿Te gustaría a que una jovencita le hubiese quitado el dinero al abuelo? 

Eso fue la gota que derramó el vaso,  pues ya estaba encima de mi dándome chanclazo por toda parte.

—¡Pinche Juanita!