actriz por accidente (Terminada)

25- escena caliente

Todos se mueven de un lado a otro, me siento para que me maquillen de nuevo, ya grabé la escena en donde me lleva hasta la escena íntima, es la que actuaré ahora. Isaías ha estado callado, tanto cómo yo,  sé que aunque él intente hacerse el fuerte, se siente mal.

No sé debería sentir así por la escena, creo que más le molesta la falta de tiempo. Ya he leído sobre parejas famosas que tardan hasta un año sin verse. No podría con ello. ¿Cómo le hacen?

Ahora entiendo porque es que tantos famosos terminan la relación, y eso por eso.

Tengo una bata blanca, me han puesto algo para ocultar mis pezones y una tanga color piel. La escena es más erótica que otra cosa.

Salgo al set, haré la escena en la habitación de Mariana.   En cuanto llego Isaías está cerca de su cámara y me mira, sonríe un poco pero luego vuelve su mirada a lo que sea que hacía.

Me siento un poco mal por eso.

—Vamos, te explicaremos cómo será la escena —me dice el director.

Me lleva de la mano al lado de Fernando quién lleva una camisa negra ajustada a su cuerpo y un pantalón azabache. Me mira y sonríe un poco.

—Fernando, tu tocas la puerta, y tú Tiana vas a estar dormida en la cama, escuchas el timbre y sale a abrir, en cuanto abre, se miran unos segundos, te sorprende y se asusta intentando cerrar la puerta, pero Fernando te toma por la cintura y te besa llevandote hacía atrás. Desde ahí ustedes van a recrear una escena un tanto subida de tono, pues eso es lo que más vende hoy en día.

Apoyo mi nalga del sofá y  respiro profundo. Ésto será mucho para lo que pueda soportar.

—Sí la carga será mucho mejor —sugiere el director y lo miro mal.

—Mínimo soy Anastasia y el grey.

Giro los ojos.

Fernando sonríe y lleva una mano a su mentón. ¿Qué planea?

—Déjeme eso a mi, yo sé lo que puedo hacer, será actuado pero se verá realista —dice él y eso me hace sentir nerviosa.

No puede ser, algo planea.

—Bien, confío en ti —dice el director yéndose.

Maldición. No salgo de una para meterme en otra.

Me brindan una copa de champagne para dejar la tensión y acepto, el espacio del set se reduce, solo hay tres camarógrafos, el director, la maquilladora, Fernando y yo.  No habrán tantas personas y por eso es un poco menos incómodo la escena.

—No te sientas tan tensa, todo saldrá bien —me dice Fernando.

—Sí, lo sé.

—No es cómo sí fuera real, no hay porque temer.

Niego, no es eso lo que me pone tensa, es Isaías.  Es incómodo hacer todo eso delante suyo. 

Debo ser profesional, no puedo pensar en Isaías cómo le prometí, porque me voy a excitar. He estado caliente todo el tiempo y no he podido estar con él. Por eso también  es frustrante. Pero puedo hacerlo.

—Ya iniciamos —dice el director.

Camino hasta la cama quitandome las pantuflas y dejándolo en el suelo. Me subo en ella y me acuesto cómo me explican.

La maquillista me acomoda el pelo y la pose, cuesta arriba, con un tiro de la bata cayendo. El cabello suelto. Retoca mi rubor y labial rosa opaco y se aleja. Miro a Isaías, y también lo hace. Se acerca a mi y respiro profundo.