Amanecer entre sus brazos y recordar todo tan detalladamente, de como su cuerpo y el mío danzaron entre la llama del deseo que amenaba nuestra piel. Sus labios recorriendo mi cuerpo, sus besos pausados y cada movimiento que danzaba con nuestro gemidos.
Nah, eso fue muy romántico, de hecho me dio como bate a la pelota, como martillo al clavo, como taladro a la pared, pero ustedes entienden, je, je.
Ahora he despertado antes que él y vaya, no puedo dejar que éste semental me descubra despeinada, porque créanme, tengo tremendo pajón, aliento matutino.
Así que lentamente salgo de la cama y corro al baño en donde empiezo a lavar mis dientes y peinar mi cabello.
—Vaya, que horror —me digo quitando el delineado que ahora está hecho mierda.
En cuanto termino regreso a la habitación pero ya él está despierto y me sonríe.
—No tienes que arreglarte para que yo te vea bonita, lo eres —me dice y me hace sentir avergonzada.
—Ya me andas exhibiendo, pendejo.
Me lanzo en la cama y beso su nariz.
—Pero tienes razón, a nadie le gustaría andar besándose con aliento mañanero.
Sale de la cama envuelto en risa y no evito mirar su trasero.
—Al momento de Dios repartir el culo, tu hiciste la fila diez veces, bebé.
—Gracias.
Se pierde en el baño y me oculto la cara con la almohada un poco avergonzada.
Esto parece un sueño pero fue real, al fin lo hice con él.
¿Y que pasará ahora? ¿Que haré con Fernando? ¿Que haré con Isaías?
—Me lleva la verga —grito.
—¿Por qué? —pregunta y me quito la almohada, lo veo cepillando sus dientes.
—Ah no, es que perdí la cuenta de cuantos condones usamos.
Se ríe.
—Tres.
Y vuelve al baño.
—¿Tres? Wao, si que tenía ganas —susurro para mi.
Él sale del baño limpiando su rostro con una toalla pequeña y la otra cubre su cadera.
—Estabas muy caliente anoche —murmura sentándose a mi lado y cubro un poco mi desnudez.
—Pues tú no te quedas atrás, eh.
—Es que me gustas y contigo no me cansaría.—me sonrojo—. Me encantó estar contigo y no dudaría en repetir estos momentos a tu lado.
Ay Dios, me enamoro, detenme, que me enamoro.
—Oh, pues yo también la he pasado bien a tu lado —murmuro.
Se acuesta a mi lado y acaricia mi mejilla. Nos miramos un momento y se acerca juntando sus labios con los míos. Nos besamos lento, y siento el dulzón mentolado de su saliva y labios suaves. Se sube encima de mi separando mis piernas y besa mi mentón mientra me enciende nuevamente.
Quito su toalla y puedo sentir con mi mano la erección presente entre sus piernas.
—¿Un rapidito? —inquiero.
—Hasta una eternidad.
Lo hicimos nuevamente, con el único preservativo que quedaba, él que tenía dos y yo tenía dos en mi bolso, así que si hubiésemos imaginado esto, traíamos más.
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actriz por accidente (Terminada)
RomanceTiana Villalba, una una chica de 25 años que no cuenta con un trabajo para sustentarse. Cansada de la agonía del día a día que la aflige en la misma rutina, le pide a Dios que le conceda un buen empleo en donde ella se adapte fácilmente. Y como...