11.

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– Mustang, ¿puedo hablar contigo un momento a solas?– pregunté bajo la atenta mirada de todos, sobretodo bajo la atenta mirada de Luna.

–Claro pequeña–dijo con su voz ronca.

Me di la vuelta y salí de la sala común en la que nos encontrábamos, Mustang me siguió. Nos metimos en una de las habitaciones y cerré la puerta detrás de mí.

–¿Cómo estás? Estuve muy preocupado por ti–me dijo.

Me senté en una silla, me crucé de brazos y suspiré.

–¿Qué hace ella aquí?–pregunté.

Mustang se tensó, se acercó a la ventana y la abrió.

–Necesitábamos ayuda nena–me dijo mirando por la ventana y encendiendo un cigarro.

–Por favor, no me llames con más motes de ese estilo, empiezan a repugnarme.–añadí seria.

Se hizo el silencio, estábamos tensos.

–¿Tu idea de ir a buscar ayuda es dejar de lado a tu organización, dejarme pudriéndome en la cárcel y traer a la persona más tóxica que jamás he conocido?–dije enfadada.

–No te he dejado pudriendo en la cárcel porque sabía que ibas a escapar–dijo molesto. –Tampoco he dejado de lado a la organización, es más he traído a lo que creía que más podría ayudarnos a todos.

Enfadada me levanté rápidamente de la silla y me acerqué  encarándome a mi jefe.

–¿Y cómo se supone que Luna puede ayudarnos a todos?¿Eh?–mi voz se puso algo temblorosa y mis ojos empezaron a picar, estaban acumulando lágrimas. –Eres un cerdo egoísta. Ella no puede ayudarnos. Ella es tu debilidad, es tóxica, lo único que va a hacer es debilitarte y ¿a qué precio? a que todos los estafadores caigamos solo porque tú quieres unos momentos de falsa felicidad mientras Luna te debilita y te hiere.–dije.

Estaba muy cerca de él, mirándole fijamente y muy seria. Sus ojos verdes rasgados me miraban nerviosos.

Luna es la única persona de este mundo a la que quiere Mustang más que yo. Luna es la única persona de la que Mustang se ha enamorado y también la que más daño irreparable le ha causado.

Luna antes era una estafadora, una de las mejores, incluso quizás  mejor que yo. Desde que entró en la organización hizo muy buenas migas con Mustang, él se enamoró de ella, pero ella solo lo utilizó para gozar de un alto nivel de vida dentro de la organización, ella se encargaba de vivir toda clase de lujos y de abusar de estafadores de un escalafón más bajo, riéndose de ellos, pegándolos incluso torturándolos psicológicamente.

Mustang no era capaz de ver nada de esto, estaba perdidamente enamorado de ella hasta que un día ella dejó la organización porque había encontrado otro pez gordo que le podía dar su excesivo estilo de vida y mucho más de lo que Mustang le podía ofrecer jamás. Lo dejó tirado por otro básicamente.

Todo esto ocurrió mucho antes de que yo entrara en la organización; pero según me han contado después de que Luna le rompiera el corazón yéndose de la organización, Mustang no volvió a ser el mismo hasta que yo llegué.

Cuando Luna lo abandonó Mustang parecía no tener corazón, valores o vida en su interior, empezó a adoptar una vida de excesos, de hecho muy parecida a la que ha estado teniendo estos últimos días. Y es que Luna se había aprovechado tanto del jefe y su amor ciego por ella, que cuando ya no formaba parte de su vida Mustang se quedó totalmente vacío y roto, se sentía usado y dañado porque habían jugado con sus sentimientos. Luna le arrebató todo.

La CarteristaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora