Aria.
Miro atentamente a Virgo, ella frunce el ceño ante el papel que minutos antes le di.
Inquieta busco una respuesta, ya que últimamente todo el mundo parece no querer darme ninguna.
Nunca me interesó la vida de los demás, pero habían pasado 4 meses desde que 2 de las que solía llamar mis mejores amigas, en especial Sara se fueron a otro continente.
Podían estar dolidas conmigo, y yo podía hacerme la dolida y hacer pensar a todos que no me importaba.. pero no era cierto, pensaba en ellas cada día, casi todo me recordaba a ellas.
Las echaba mucho de menos.
Virgo y Escorpio ahora eran mi pilar más importante, eran esas personas que a día de hoy me protegían de mis locuras.
Son tan diferentes, pienso de inmediato.
Sara y Cáncer me animaban a hacer locuras, las hacían conmigo. Me había parecido un chico guapo en el autobús y ellas lograban descubrir nombre, apellidos y donde vivía. Entonces se hicieron pasar por repartidoras y me hicieron colar en su casa como un regalo. Recuerdo luego como todos nos regañaban, menos Aries, él nos seguiría al fin del mundo.
Necesitaba a mi hermano de vuelta, con sus dramas, siendo un pesado que solo quiere lo mejor para mí.
Yo conocía su interior, su verdadero interior, yo sabía que mi hermano mostraba ser un chico despreocupado al que no le afectaba nada. Pero Aries, el verdadero Aries si lloraba, él era un chico sentimental que daría todo lo que dispone por ayudar a quien quiere.
Yo lo había visto llorar durante meses por Cancer, lo había visto perdonarle la primera vez que ella le fue infiel, y se que estaba tan cegado, tan enamorado, que si Cancer no lo hubiese dejado para comenzar una relación con Sagitario él hubiese seguido con ella.
Quise matar a Cáncer, quise golpearla por jugar con los sentimientos de la persona que más quería en este mundo. Pero la quería, quizás Aries y yo no éramos tan diferentes como yo creía.
Cuando Escorpio me contó que estaba teniendo citas con él me enfadé, conocía el lado malo de Escorpio, no quería que otra vez dañaran a Aries. Pero pasaron los meses y ellos parecían muy locos el uno por el otro.
Pero pasó, tuve que pasar por el mismo proceso, pero esta vez Aries era otro, el ya no lloraba casi, él no perdía su dignidad, y era lo que necesitaba Escorpio.
Ella entre sollozos me había dicho que lo amaba, que solo se estaba poniendo excusas así misma, que solo necesitaba un mínimo acto de Aries para convencerse a ella misma que debía perdonarlo. Ella quería a Aries de vuelta, pero ambos eran muy orgullosos y ninguno hacía un movimiento, pero para eso estaba yo.
—Wow Aria, eres buena con esto. Jamás pensé que escribirías una carta tan... romántica.
Le sonrío orgullosa a Virgo.
—Lo que no entiendo, es como sabes tantos detalles morbosos de Escorpio, ella no es tan explicita, cuando le pregunto sobre algo va directa al grano.
Virgo parece muy confundida.
—Digamos que leí su diario y apunte lo importante porque sabía que se me olvidaría.
Ambas nos reímos ante mi mala memoria. Siempre me juega malas pasadas.
—Espero que funcione, o Escorpio te arrancará la piel a tiras.
Suspiro, tiene razón. El lado sadico de Escorpio da mucho miedo.
—Dejare la carta de "disculpa" en su escondite de Dulces, ese lo revisa a todas horas, por si le robo algo.