Narra Géminis.
Ha llegado el momento, es ahora o nunca.
Respiro hondo y doy golpes en la puerta que tengo ante mi.
Una eternidad después siento la puerta abrirse y levanto la mirada.
Lo primero que veo son sus ojos azules mirándome curioso, estos están hinchados, indicando lo reciente que es su despertar.
Se hace a un lado y me deja entrar, un olor varonil y a alcohol me invaden rápidamente cuando entro en su pequeño apartamento.
Una botella de whisky medio vacía permanece en el suelo, lo miro buscando una explicación y el solo se encoge de hombros.
—¿que quieres Géminis? — lo miro buscando fuerzas para lo que haré.
Respiro hondo y lo intento, pero las palabras no salen.
Me siento en el sofá y trago saliva, no puede ser tan difícil esto. Cuando te confiesas a una chica no es tan difícil, supongo que no es igual que confesarte a tu mejor amigo.
Escucho un ruido que no identifico, estoy tan concentrado en mi mente que ahora nada importa.
—CREO QUE ME GUSTAS.
Me sorprendo al comprender que lo he gritado, con rabia, con ansiedad, como si la realidad fuese que esas cuatro palabras me quemaban, necesitaban salir de mi. Necesitaba tanto esto, aunque no me sirviese de nada.
Tengo los labios y los ojos apretados, negándome a ver el rostro de Sagitario, negándome a la realidad de lo que viene ahora.
Abro poco a poco los ojos y no está frente a mi, abro los ojos del todo y lo encuentro petrificado con la mano con intención de abrir la puerta.
Frunce el ceño y examina mi rostro, luego sus ojos se abren como platos.
Dios santo, estoy en la friendzone.
Él parece tan petrificado que ni parpadea, si digo ahora que es broma pasaría algo?.
—Sagitario..
Sigue en shock, NO VOLVERÉ A HACER CASO A ARIA O A LAS CHICAS.
—Sagitario, joder.
Esa voz la conozco, el rostro de Sagitario cambia, sus ojos se iluminan, puedo verlo aun estando algo alejado de él y eso, me rompe.
El abre la puerta rápido y grita eufórico, no puede ser verdad, tantas veces me lo dijo, tantas veces lo intento.
No quise escucharlo...
Veo su sonrisa de felicidad y algo dentro de mí se hunde, extrañaba a esta chica, quiero sonreír, quiero abrazarla y quiero que esto deje de ser una competición, porque la realidad es que nunca lo fue, ella había ganado.
—Géminis, estúpido — Capricornio llega hasta mi y me abraza, inconscientemente me aferro a ella, ella fue una persona muy importante en mi vida, ganas de llorar me invaden y la apretó mas fuerte.
—Mi idiota preferido. —se une al abrazo Sara.
Pero yo estoy ausente a todo, intentando acallar mi cabeza y mi corazón.
Duele.
Duele mucho.
—¿Que cojones? — el grito de Sagitario me hace reaccionar y es cuando lo veo.
Es redondo, grande y ... acojona.
¿Eso es un embarazo?
Pues claro que si Geminis, ahora el chico que quieres será padre y lo perderás para siempre, no a él, a la posibilidad de tener algo con el.