Sueños predictores

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Todos en el mundo, al dormir han soñado con algo.

Por ejemplo, Mavi aquella noche soñaba que estaba en una playa enorme pero por alguna razón, estaba lloviendo.
Maitso soñaba que se encontraba en un enorme castillo, que era mas bien un laberinto y quería hallar la salida.
Saeg soñaba con el día de su lejana y perfecta boda, todo lucia sumamente bello.
Zouty soñaba que se encontraba encerrada en un departamento desconocido.
Y Subiu soñaba que estaba en un parque con sus amigos.

Como se debe saber, los poderes de los miembros del club se activan cada noche y desaparecen al salir el sol.
Eso significa que sus poderes continúan activos incluso cuando duermen.

Entonces, los sueños de Rout en su mayoría eran predictores.
Y lo serian completamente si tan solo su mente no comenzara a formular escenarios fantásticos y cosas imposibles.
La mayoría de sus sueños eran buenos y comunes, Mavi golpeando gente, Maitso estresada por todo, Saeg súper ilusionado, Zouty perdida en sus pensamientos, Subiu comiendo.

Pero el sueño de ese día era mas bien una pesadilla.

Primero, se encontraba en el techo de un edificio con Mavi, su amiga sostenía un gato gris entre sus brazos.

—¿Porque tienes esa cosa? —pregunto el líder mirando con un poco de asco.

—¡No le hables así! Este pequeño estaba en un callejón buscando comida —acerco el gato a una de sus mejillas.

Ambos chicos continuaban hablando de lo mismo, hasta que el gato que Mavi sostenía huyo de pronto.
La de gabardina comenzó a seguirlo y su amigo iba a paso lento tras ella.
De pronto, la vista predictoria de Rout cambio y notaba peligro, intento advertirle a Mavi, pero antes de siquiera decir una palabra, una flecha celeste se incrustó en el pecho de la castaña, aparentemente le perforo el corazón.

Rout no podía reaccionar, su amiga estaba muerta frente a el y no pudo advertirle nada.
Comenzó a llorar cuando un chico de capucha se le acercó.

—¿De verdad crees que esto es un sueño? —y soltó una risa cargada de maldad pura.

El chico era el mismo que había visto el día anterior intentar entrar al cuarto donde Maitso escondía sus libros.
Antes de que pudiera decir algo, o siquiera reaccionar, el sueño acabó y el despertó sumamente exaltado.
Su respiración era muy irregular y no podía dejar de temblar.

Reviso el reloj que estaba sobre su mesa de noche, eran las 8:30.
Era aun mas extraño, pero decidió ir a patrullar, de todos modos era domingo.

Se encontraba de nuevo en el techo del mismo edificio, pero esta ves estaba acompañado de Maitso.
El líder se mostraba inseguro y temeroso, no quería que volviera a ocurrir lo mismo pero no quería preocupar a su amiga.
De nuevo el gato gris estaba ahí, ahora miraba a ambos desde la orilla del edificio.

A Maitso no le agradaban los gatos, así que quería ir a espantarlo, pero Rout noto de nuevo peligro con su visión predictoria, así que tomo de la muñeca a su amiga.

—Mai... Se hace tarde, creo que deberíamos ir al centro de la ciudad y despedirnos —la de verde estaba confundida pero acepto lo que el líder le dijo.

Los amigos iban caminando por los tejados de los edificios, todo iba bien hasta el momento, Rout ya estaba mas tranquilo puesto que no había pasado nada.

Que mal que pensó en ello demasiado pronto.

Desde la oscuridad, un látigo salido de la nada atrapo a la chica por el cuello con la intensión de ahorcarla. Maitso luchaba por liberarse pero todo era inútil. Ya sin oxigeno y apunto de desfallecer, el látigo la jalo con mas fuerza y la tiro al vacío.

Puede que no lo parezca, pero todo esto paso en segundos y Rout, aunque quiso, no pudo hacer nada. Solo alcanzo a asomarse a la orilla del edificio, su amiga ya estaba muerta en el suelo.

Otra vez, el chico de capucha estaba ahí, pero esta vez solo se reía y Rout nuevamente despertó.

De nuevo 8:30, de nuevo el mismo domingo.

Rout salio corriendo de su casa para alcanzar a sus amigos y decirles que la vigilancia de aquella noche se suspendía.
Al primero que encontró en el camino fue a Saeg y lo tomo de la manga de su chaqueta.
El de mezclilla estaba sumamente confundido pero solo le siguió la corriente a su mejor amigo.

Ambos iban corriendo por los oscuros callejones, hasta que algo tomo a Saeg de la parte trasera de su chaqueta, Rout sin querer lo soltó.
Un chico de baja estatura y cabello pelirrojo fue quien tomo a Saeg, saco una espada con el mango de color azul y se la enterró al chico en el estomago.

Rout de nuevo despertó.

Esta vez salio un dirección contraria y a la primera que encontró fue a Zouty, la tomo del brazo y quería llevarla hasta su casa.
El líder iba tan rápido que de pronto la chica perdió el paso, tropezó y cayo.
Rout se acercaba para ayudarla a levantarse, pero un chico alto de lentes y cabello teñido la tomo del pelo y clavo un cuchillo en su espalda una y otra vez perforando sus pulmones y provocando que se ahogara en su sangre.

En líder despertó una vez mas.

Comenzó a creer que todos sus intentos eran en vano, hiciera lo que hiciera, todos morían al final.

Pero quería intentarlo al menos una vez mas.

Salio de su casa y logro encontrar a todos sus amigos, con sus predicciones, miro que algo intentaba disparar una flecha desde lo alto de un edificio.
Usando sus poderes de levitación, logro tomar la flecha justo a tiempo, la misma flecha celeste que había matado a Mavi en el primer sueño. Al llegar al suelo, la rompió y creyó que al menos ya había salvado a alguien.

Una chica de lentes, cabello corto y negro hizo múltiples cortes en la espalda de alguien con un par de cuchillos pequeños atados a sus manos, la persona a quien ataco cayo al suelo mientras se desangraba.

La chica creía que acababa de matar a Subiu, pero no era así.
En realidad, acababa de matar al líder del club, el cual solo reía ya en el suelo porque finalmente había conseguido salvar a alguien.
Y aunque sus amigos no comprendían y se encontraban sumamente mal por los hechos, fueron a atacar a la chica.

Y de pronto, Sahir despertó exaltado.
Intento conciliar el sueño después de unos minutos de meditar lo que acababa de soñar.
Pero sus sueños comenzaron a ser lucidos, el cielo lleno de colores y formas extrañas lo delataban.
Se acercaba al mismo lugar donde acababa de tener su ultimo sueño, de nuevo los chicos extraños que miraba cada noche estaban ahí.

El aparente líder de nuevo salvaba a su equipo, esta vez, una espada de mango rojo con detalles en azul lo cortaba por el estomago. El mago quería moverse pero por alguna razón no podía.

Y aquellos sueños se repetían una y otra vez.
Sahir solo miraba como el líder moría, cada vez, era de una forma distinta.
El chico de verdad quería salvarlos, quizá no conocía sus verdaderas identidades, pero un sentimientos dentro de el crecía, y le gritaba que debía ayudarlos. Por mas que intentaba e intentaba, no podía.

Hasta que despertó, su alarma sonaba y el reloj marcaba las 6:00 de la mañana. El lunes había llegado.

El Club De Las Seis NochesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora