Han llegado

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El sol comenzaba a salir poco a poco, asomándose a través de los ventanales de los edificios. Aquel típico salón no hacia tanto ruido como otras veces, quizá por el hecho de que varios alumnos estaban en el patio. Dentro del salón, se encontraba Maitso dándole a leer uno de sus libros a Subiu, aprovechando que no habían tantos compañeros cerca, segundos después, Mavi y Zouty entraron riendo, saludaron a sus amigas como cada mañana.

—¿En donde están los otros dos idiotas? —Preguntó Mavi.

—Afuera, fueron por comida pero Saeg iba de amargado como siempre.

—Alguien debería conseguirle una novia — dijo Zouty mientras acomodaba su mochila.

—Solo recordemos que nadie se le quiere acercar, además de que con Rout tiene mas que suficiente —hablo Subiu sin apartar la vista del libro, las cuatro amigas rieron. El profesor entro y todo el mundo regreso al salón. De pronto entró una maestra para dar un aviso.

—Alumnos, solo vengo a informarles que esta semana se estarán integrando estudiantes de intercambio como el año pasado —miro un momento por todo el salón y prosiguió —aunque como son el grupo 6, no tendrán compañeros nuevos, nadie soportaría estar aquí —salio del salón.

Finalmente, el receso había llegado, el grupo de amigos salio del salón dirigiéndose hacia la cafetería, platicaban, reían.
Parecía todo en orden hasta que Subiu volteo hacia atrás un momento, miro fijamente a una chica pelinegra de lentes y miro a Zouty.

—Zou, ¿esa chica no es la que esta en una de tus fotos de tu diario? —señalo la chica que caminaba rápido, acompañada de otros tres chicos, los mismos dos de aquella noche pasada y un chico mas bajito pelirrojo. Zouty comenzó a temblar y salio corriendo en dirección del salón de clases, sus amigos fueron tras ella.

—Tranquila Zou, ¿que ocurre? —hablo el líder mientras la chica no dejaba de buscar su diario dentro de su mochila.

Hasta que finalmente lo encontró, lo puso sobre su banca y lo abrió justo en donde se encontraba esa foto, seis personas en aquella imagen, incluida ella misma. Sus antiguos amigos, su antigua familia.

—Era ella, ¿cierto? —Mavi señalo en la foto una chica de coletas con lentes, con una sonrisa de lo mas tierna y ojos brillantes llenos de inocencia, Zouty solo se limito a asentir con la cabeza.

—¿Porque estaría aquí? —Maitso se llevo una mano a la barbilla y continuo mirando la foto.

—No creó que sea un peligro, calmense —sonrió el líder.

—No lo se, pero no esta sola, esos 3 vienen con ella —Zouty no alzaba la mirada.

—¿Y eso que? —pregunto Saeg.

—El chico castaño, de lentes, esta interesado por la magia desde hace tiempo. Pero conociéndolo, no creo que quiera ocupar esa magia para el bien —finalmente alzo la mirada y miro al líder.

—Magia negra... —continuaba meditando la de cabello corto. Rout se llevo una mano a la cabeza y cerro los ojos, ese fuerte poder de nuevo estaba ahí. Mavi lo sostuvo de un brazo para que no cayera y el se apoyo sobre una banca.

—Maitso, vigila bien a esos cuatro hoy por la noche —hablo Rout con algo de dificultad, la chica tan solo asintió —Hoy no abra reunión en el club, necesito que todos estén a salvo.

Pero los chicos no se dieron cuenta de que alguien los están escuchando, se encontraba escondido detrás de la pared que estaba justo a lado de la puerta. Si desde el primer día de clases, aquel grupo de amigos le causaba intriga, esto hacia que su curiosidad creciera monstruosamente. El chico pelinegro de lentes solo continuó escuchando lo mas que podía, no quería acercarse demasiado y ser descubierto.

Las eternas horas de clase pasaron, la hora de salida llego y cada chico se fue a su casa, el grupo de amigos se fueron juntos hasta cierta calle donde Mavi y Zouty se separaban. Ambas chicas solían siempre ir riendo camino a casa, pero esta vez, el ambiente era de lo mas callado, hasta que Mavi decidió preguntar algo.

—Estas preocupada, ¿verdad? —se agacho para ver a la chica.

—Si, es mi culpa que ellos estén aquí, me están buscando —miraba fijamente el piso, la contraria solo negó con la cabeza.

—No lo creo, debe ser otra cosa —puso una mano sobre el hombro de la chica —tu tranquila, aquí estaremos y nos protegeremos mutuamente —sonrió.

El cielo comenzó a oscurecer, las luces en la ciudad comenzaron a brillar y el transito de autos aumentaba considerablemente. Una sombra corría de edificio en edificio, su corto cabello castaño oscuro, con las puntas coloreadas en verde, se movía de un lado a otro y finalmente, se detuvo en la terraza de un viejo edificio, miro atentamente al rededor y al no encontrar nada continuó su camino.

Del otro lado de la calle, la misma sombra amarilla de todos los días trepaba los edificios, finalmente llego a la misma pizzería que había estado observando, y al no encontrar a los sospechoso ahí, se dirigió a otro sitio.

La chica de lentes y cabello corto se acerco a un callejón y miro a unos sujetos golpeando a un inocente, rápidamente saco su boomerang lleno de cuchillas y lo lanzo, atrapo a ambos sujetos contra la pared gracias a su arma. Logro ayudar al herido, se encontraba con los ojos cerrados por lo que no podría verla, lanzo a otro lado a los sujetos y rápidamente se fue de ahí.

La de cabellera negra finalmente llego a su destino, esperando encontrar a los sospechosos, hasta que su amigo de cada noche apareció.

—¡Saludos! —dijo sonriente el mago, Zouty sólo alzo la mano sin dejar de mirar aquella pequeña casa —¿Vigilas si aquel chico de la noche de ayer saldrá?

—No, aquí vive alguien muy cercana a el, solo quiero ver que hace —la chica continuaba mirando atenta.

—De acuerdo —el chico vio una calle algo transitada, lucia perfecta para ir y hacer algo de su magia —En breves momentos regresaré — Zouty asintió, el chico se envolvió en su capa y desapareció.

Después de unos minutos se escucho una risa muy familiar para la chica, esa risa que hace dos años escuchaba a diario, saco su pistola y de entre la oscuridad de la calle apareció ella acompañada de un chico alto, pelinegro con una capucha, justo uno de los chicos que la acompañaba en la mañana de ese día. La de ojos amarillos se exalto un poco al mirar a ambos tan de cerca, hace unos meses que no los veía.
Apunto su pistola en dirección del chico, la adrenalina recorrió su cuerpo en forma de escalofrío y en un abrir y cerrar de ojos disparo. De manera rápida se escondió detrás del edificio donde se encontraba mirando y escucho un quejido.

—¡Nico! —una voz dulce y algo aguda grito. La chica que se encontraba escondida se asomo un poco y miro al chico con su mano detrás de su nuca y la chica que lo acompañaba lucía espantada.

—Estoy bien, solo algo me golpeo —alcanzo a escuchar, la puerta de la casa se abrió y muy rápido fue cerrada. La de mascarilla por fin salio de su escondite una vez que el peligro había pasado.

El Club De Las Seis NochesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora