Después de pasar juntos un rato más en el parque, se dirigieron a comer y luego Sakiro acompañó a Zouty a su casa.
—Ya sabes, solo lo aceptaré a esa hora —dijo Sakiro mientras se agachaba para mirar fijamente a la otra.
—Si tonto, ya lo se —estaba a punto de cruzar el portón de su casa pero recordó que otra vez pasarían muchas y muy largas semanas sin verlo —Me alegró mucho el que pudiéramos salir, por mas corto que sea el tiempo, creo que fue muy agradable y me hizo ir a un ritmo más lento.
Sakiro sonrió y se sonrojó un poco pero apartó la mirada.
—No te pongas de cursi jajaja —se acercó para darle unas palmadas en la cabeza —Te prometo que nos veremos muy pronto.
—Más te vale cumplir tu promesa —comenzó a reír y se abalanzó hacia el contrario para darle un abrazo, a lo que él correspondió.
Una vez dentro de su casa, Zouty comenzó a sudar frío y sobrepensar, había olvidado por completo que la caja que contenía los poderes de Sakiro estaba vacía, ¿que se supone que haría ahora?
Rápidamente se puso su típica ropa para salir a vigilar la ciudad, en cuanto comenzó la noche a caer, salió por la ventana a la mayor velocidad que podía, dirigiéndose al escondite subterráneo.—Según lo que se, estos tipos no se reúnen hasta la media noche, por lo que no tengo ningún problema —se decía a si misma mientras jadeaba.
Cuando llegó, sacó su bate y con todas sus fuerzas, comenzó a dar golpes al suelo donde estaba la entrada, golpe tras golpe hasta que se formó un espacio por donde pudo entrar.
Ahí dentro, comenzó a buscar por todos lados algo que le dijera en donde estaban los poderes de su mejor amigo, estaba tan desesperada que comenzó a hacer un desastre de papeles sueltos, libros y líquidos, pues no encontraba pista alguna. Hasta que tuvo la idea de tomar la caja, llevársela a Sakiro y explicarle que sucedió, tal vez el lo entendería... Tal vez.
En el camino a su casa fue pensando en cuáles serían sus palabras para poder explicar lo ocurrido, pensó en todas las posibles cosas que su amigo le diría, por lo que formuló todas las respuestas.
Estaba a un par de calles de la casa de su amigo, hasta que, de la nada, un látigo café la atrapó de un pie y la detuvo estrepitosamente. La chica comenzó a ponerse muy nerviosa, no sabía cómo enfrentarse ella sola contra Dhaka.
Así que se le ocurrió tomar una de las nuevas municiones y distraerla, necesitaba todo el tiempo posible para poder hablar bien con Sakiro.Una vez frente a la ventana de su cuarto, comenzó a tocar desesperadamente.
—Zou, ¿podrías no hacer tanto ruido? Me asustas —la chica ni siquiera escuchó completamente lo que le decía su amigo, solo se adentró a su cuarto y cerró rápidamente la ventana.
—Saki, necesito explicarte esto muy rápidamente, así que ponme toda la atención que puedas —le entregó la caja —en esta caja estaban contenidos tus poderes, pero por alguna razón que desconozco, ahorita que fui estaba completamente vacía. Y la verdad es que no tengo ni la menor idea de en donde estén, pero tu juro que no descansaré hasta encontrarlos, ¿de acuerdo? —Sakiro solo la miró algo espantado.
—Está bien pero... ¿Qué ocurrió para que estés así? —oh rayos, preguntó algo que no estaba dentro de sus posibles respuestas y ahora se tardaría mucho en formular que decir.
—Ahh... Pues... ¡No es de tu incumbencia! Yo solo venia a darte esto y... —vio pasar por la ventana a Dhaka siendo transportada por sus ramas.
—¡Espera! ¿Esa era Dhaka?
—¡No! ¡No lo era! Ahora, debo irme porque mis amigos me estarán esperando en el centro de la ciudad y sabes que odio llegar tarde. Así que, adiós, cuidate —y salió por la ventana.
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El Club De Las Seis Noches
AventuraUn día, un grupo de chicos comenzó a presentar anomalías y cosas extrañas que solo les sucedían cada noche. Ahora, deberán usar con provecho sus habilidades para salvar su ciudad.