El Club De Las Seis Noches

Esa desesperación

Y con aquella llamada, el mundo y la felicidad de Dhaka se acabó. Nico la amenazó de muerte si no le entregaba enseguida a Suru.

Igualmente, Dhaka no se iba a quedar de brazos cruzados, así que planeó atacarlo en cuanto llegaran ambas al laboratorio subterráneo, sin contar que claramente Nico se esperaba eso, así que en cuanto llegaron, la tomó de la mandíbula y la obligó a tomar la pócima que le brindaba sus poderes y su fuerza.

—¿Estas completamente segura que dejarías esta cosa tan magnifica solo por los estúpidos sentimientos que tienes por una niña muerta? —Suru no entendía lo que pasaba. ¿Niña muerta? ¿De quien estaba hablando?

—Nico... Escúchame —jadeaba Dhaka del dolor, la pócima se sentía mucho mas fuerte y estaba comenzando a perderse a si misma —Suru merece vivir en paz... Déjala ser feliz... Puedes tomarme a mi si quieres... Pero a ella simplemente déjala vivir por segunda vez —se encontraba en el suelo suplicando y tratando de mantenerse cuerda.

Baray aprovechó toda la distracción para poder acercarse a Suru y recibirla con el gran abrazo, a lo que ella amablemente correspondió. Estaba apunto de preguntarle que es lo que estaba sucediendo, pero Baray usó su poder en su lugar, leer la mente y los sentimientos de una máquina como si de un libro se tratase.

—Se que estas confundida por todo esto, pero créeme que estaremos bien y nuestra relación durara mas tiempo gracias a esto —se separó un poco para darle un beso en la mejilla y acariciar su largo cabello negro —¿Lo ves? Ahora puedo leer tu mente como cualquier mensaje escrito —Suru no estaba convencida de que eso fuese del todo bueno, así que se separó del pelirrojo y en sus ojos había algo de miedo.

—Dhaka, creo que aun no has comprendido bien, ¿cierto? —Nico se agachó para estar casi a la altura de la de verde que aún se encontraba en el suelo —lo que yo necesito es un equipo fuerte, todos unidos gracias al odio, la sed de venganza y el rencor, llegare a esa meta de una forma u otra, aprovechando todos los medios a mi alcance —la tomó del mentón —y una rata de laboratorio como tu jamás podría detenerme.

Nico chasqueó los dedos, era la señal para que Lusnia y Verrat sujetaran a Suru y se acercó hacia la robot, ella aun no entendía nada de lo que sucedía, pero presentía que nada bueno podía estar pasando.

—Y dime, ¿Cuál es el ultimo recuerdo que tuviste cuando recuperaste la memoria? —Suru comenzó a recordar.

—Nos encontrábamos en casa de Lusnia como cada fin de semana, estábamos en el patio principal y la noche comenzaba a caer, Sakiro y yo acabábamos de arreglar nuestros problemas por una discusión que habíamos tenido un día antes. Sunji y Zouty cargaban bolsas llenas de frituras y se las daban a Dhaka, tu y Lusnia estaban abrazados felizmente, todos nos sentamos juntos mientras mirábamos el cielo anaranjado... Fue un bellísimo día —agachó la mirada y sonrió —necesitamos mas días así antes de ser demasiado viejos o antes de que tengamos mas problemas entre nosotros, ¿no lo crees?

—Si, definitivamente fue un grandioso día... lastima que estés muerta —Suru se exaspero.

—Estoy... ¿que?

—Me sorprende mucho que no recuerdes que Sakiro te mató, dijo el que fue por accidente pero todos sabemos el odio que se tenían entre ustedes.

—No... ¡Eso no es posible! —comenzó a temblar debido a que los recuerdos de aquel día empezaron a llegar a su mente.

—Entonces... ¿No te haz visto en un espejo? Dhaka y yo usamos nuestros conocimientos en las ciencias y en la magia negra para regresarte a la vida, por eso mismo ahora eres una robot.

—Pero, ¿Por qué me pasó esto? ¿Qué fue lo que le hice a Sakiro? —Nico agachó la mirada, ni a él le agradaba recordar eso.

—... Aquel día habíamos terminado de comer, así que nos quedaríamos en el patio de enfrente. Pero Sakiro se encontraba jugando con una pequeña pistola que acababa de conseguir y tenias mucha curiosidad por ella, querías usarla para ver que tan buena puntería tenias, así que no dejabas de insistirle y el no dejaba de negártelo. Comenzaron a forcejear por el arma, Sakiro jaló el gatillo y la bala acabó en tu estomago, por lo que quedaste malherida y comenzaste a desangrarte, moriste a los pocos minutos después de que Zouty ayudara a Sakiro a huir. Todos los demás no podíamos creer lo que había sucedido, intentamos llamar a la ambulancia y a la policía, pero nunca llegaron.