2. Capitulo 11

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Hoy por fin es el gran día, ya estamos en el cuarto de Tommy con los hermanos Gavino (estilistas), estábamos terminando de arreglarnos Lidya y yo teníamos vestidos plateados largos, y el cabello suelto.

Tommy, el estaba con un traje gris, con destellos plateados, su cabellos estaba perfectamente acomodado, todo en el era perfecto, tenía la sonrisa más linda de todas, podría iluminar todo el lugar si quisiera.

— Estas perfecto — dijimos Lidya y yo al mismo tiempo.

— Gracias, ustedes no se quedan atrás.

— Vamos, tenemos un boda a la cual asistir — tome sus manos de y bajabamos las escaleras, salimos de casa y entramos en una limusina que nos llevó al templo donde se realizaría la boda.

— Estoy nervioso, ¿qué pasa si al final se arrepiente se estar conmigo?

— Wey, por favor, el jamás harías eso, además te ama y tu lo sabes, son mates ¡por la diosa!

— Sara tiene razón, no te preocupes, wey, todo va a estar bien.

— ¿Qué haría sin ustedes chicas?

— Probablemente nada. — le sonreí.

Cuando la limusina se detuvo, Lidya y yo entramos al templo, dejando en la puerta a Tommy nos acomodamos junto a Scott y David, que estaban a los lados del autel, Matt estaba parado en el ara  esperando al amor de su vida, al tocar una pequeña campana la bruja Amelia, dio inicio a todo.

Se abrieron las puertas dejando ver a Tommy caminando hacia Matt, con la vista perdida en él, y con la sonrisa que fácilmente brillaba más que todo en ese lugar. Al estar frente a Matt este lo recibió con un beso.

— Hoy dos almas se juntaran por siempre y para siempre, no sólo físicamente sino espiritualmente, hoy sin duda hay que regocijarnos por esta valiente pareja que a decidido que juntar sus almas es lo que más desean, hoy la diosa Luna presenciara el amor de esta pareja y nosotros de igual forma lo haremos... (discurso largo que me da flojera escribir XD). — Matt Court puedes declarar tu amor.

— Cariño, desde que estás en mi vida todo se ha estado yendo como en una montaña rusa, todo es muy bueno tanto que a veces me da miedo que sea mentira y todo sea solo un sueño. — Tomo la copa y la daga, se hizo un corte en la mano de donde broto sangre que deposito en la copa. — Lo único que deseo es pasar toda mi vida a tu lado, quiero estar contigo aun sin estar físicamente contigo.

— Tomás Londo puedes declarar tu amor. — Tommy para estos momentos era un mar de lágrimas.

— Amor mío, el día en que te conocí me caíste super mal, tu amigo David quería golpear a mi amiga Sara, tu solo te veías enbobado conmigo, yo pensé que lo hacías solo por ojete — él tomó la misma daga se hizo el corte y dejó caer la sangre — Jamás en mi vida había estado tan equivocado, pues al pasar el tiempo te convertiste en mi motor, ahora ya no puedo vivir sin ti.

— La pareja ha hablado, ha jurado y ha derramado sangre demostrando así que se amarán, respetarán y pasaran el resto de su existencia juntos, la diosa Luna presenció todo y sabrá de su juramento, pueden finalizar esta unión.

Esa era la señal de servir la bebida sagrada en las copas y pasar los anillos. Ellos bebieron las copas, se pusieron el anillo y se dieron el beso más lento y hermoso del lugar, mientras se miraban con esa tierna mirada que tanto los caracterizaba. Todos aplaudimos y salimos del lugar para caminar al salón donde se celebraria la ocasión, ya que siempre se debe celebrar cerca del templo.

El lugar se veía hermoso, la mesa de los novios estaba en una esquina cerca de todo, en el centro estaba una enorme pista de baile, había un segundo piso con mesas balcones que tenían vista al bosque, al jardín y al templo.

— Gracias por asistir hoy a nuestra hermosa unión — dijo Matt llamando la atención de todos —pueden sentarse a disfrutar del banquete.

Todos hicimos caso, yo me encontré con Ian, Jane y Jordan, lo primero que hice fue darle un abrazo a mi Jordan, después salude a Ian y Jane, para que después nos sentara os en una mesa cercana a la de Neythan, Katie, Jerry, Rayden y Sofía. Al servir los plato comimos mientras todos platicaban y reían. Cuando la mayoría había terminado sirvieron los postres que eran pequeños pasteles de chocolate.

— Es momento de que la pareja corte el pastel — gritó alguien y todos posicionamos la vista en Matt y Tommy, ellos sonriendo lo hicieron tomaron un pedazo de pastel y se lo dieron en la boca al otro.

— Oww — se escucho decir a todos los presentes, después la pista de baile se abrió, junto con la barra de bebidas y la otra de postres.

— Señorita, ¿quiere permitirme el honor de bailar con usted? — dijo Jordan en frente mío, extendiendo la mano.

— Sería para mí un placer conceder ese honor — tomé su mano y nos fuimos a bailar.

En la pista empezamos a bailar un slow, el sujeto mi cintura con las manos y nos acerco cada vez más, mis brazos fueron directos a su cuello, con mi mano despeinaba ligeramente su cabello dejando ver lo guapo que era, mi ojos se posicionaron en sus labios tan sexys y dudaron de mi cordura, sin darme cuenta el me miraba con el mismo deseo, estábamos por besar nos cuando sentí el golpe de alguien, me gire para ver que pasaba y solo era Darren y la rubia molesta de la otra vez, el me miro con desapruebo y miro a Jordan furioso, pero no podía decir nada, la rubia ni siquiera se digno en disculparse.

— ¿Quieres ir a atro lugar? — tome su mano y lo lleve a uno de los tantos balcones que había — ¿Sabes? — me miro dudoso — he tenido tantas ganas de poder comer eso labios.

— Oh, señorita, no sabe que yo estoy de igual manera — posicionó nuevamente sus manos sobre mi cintura y acortó la distancia, nuestras caras estaban sumamente cerca, nuestros labios estaban a milímetros de tocarse — Señorita, ¿creé que es oportuno este momento para esto?

— No hay otro momento más oportuno que este, caballero — le sonreí, para dar paso a un apacionado beso, una lucha constante entre nosotros para vencer sin ninguna opción de perder. Al separarnos por falta de aire le miro sonrojada, estaba por volver abesarle cuando siento que algo en el vestido se desabrocha, sujeto lo que había posibilidad de caerse y lo miro asustada — Caballero, tendré que dejarlo un segundo.

Antes de que responda corro al baño más cercano, me meto adentro y reviso que todo este en su lugar y lo vuelvo a verificar. Estando más aliviada salgo del baño, pero soy azotada contra la pared por alguien que conozco perfectamente, él me tiene acorralada.

— ¿Quien es él, Sara? — pregunta muy enojado.

— Nadie que te importe, ahora dejame en paz o mejor acepta mi rechazo — le digo dura.

— Oh no cariño, tu me perteneces, no te dejaré ir tan fácil, "tu eres mia".

Hola otra vez, pues nada hoy decidí actualizar doble para compensar el tiempo perdido, yo se lo desesperante que es que te dejen con la duda, creanme, también soy lectora.

Eres MiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora