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El sonido del disparo resonó en sus tímpanos. Las imágenes pasaron rápido ante sus ojos. Gente gritando asustada. Connor sacando una pistola. Eirik tirando a Nicole al suelo mientras sacaba su propia arma. Un camarero con otra pistola. Tipos vestidos de negro.

Cayó al suelo.

- Métete debajo de la mesa -ordenó Jack con voz fría. Sacó una pistola de su chaqueta y empezó a disparar.

Aquello era un caos. Algunas mesas estaban del revés, los inocentes, aquellos que no tenían que ver nada trataban de huir.

Más disparos. Nicole estaba agazapada en un rincón, sus manos tapándose los oídos.

Se acercó gateando a ella. Pisó algo mojado y no quiso detenerse a ver qué era.

- Nicole -llamó.

La muchacha parecía estar en su propio mundo, murmurando algo en otro idioma.

Está cantando, descubrió. Estaba cantando una nana en japonés.

La cogió de un brazo. Nicole abrió los ojos atemorizada.

- Escúchame -susurró-, vamos a salir de aquí, ¿de acuerdo?

La muchacha asintió. Lily inspiró con fuerza y soltó el aire lentamente. Alzó el mantel y observó.

Afortunadamente, la mayoría de la gente en el restaurante había logrado escapar. Sin embargo, aquellos hombres vestidos de negro seguían disparando. Uno había pasado directamente a los puños con Derek, a quien le sangraba la nariz y se reía divertido con aquello.

- Dame la mano -le pidió a Nicole. Esta obedeció.

Salieron poco a poco de debajo de la mesa. Agarró un cuchillo que sobresalía debajo de una servilleta.

- Corre.

Sin soltarse de la mano, cruzaron el salón. Escuchó más disparos y rezó por que ninguno de ellos fueran para ellas.

Estaban justo en la puerta. Dos pasos más y estarían a salvo. Solo dos...

Un chillido rompió el aire, atravesó las balas y la hizo temblar. Helena.

Giró la cabeza. Uno de los tipos vestidos de negro, alto y rapado, la cogía del pelo con un cuchillo pegado a su cuello.

Clark intentaba ir hacia ella. Todos, en realidad, pero cada uno se enfrentaba a dos o más de los tipos de negro.

Sin pararse a pensar, Lily se volvió hacia Nicole.

- Vete.

La muchacha que también había oído el grito de Helena, parecía a punto de echarse a llorar.

- ¿Qué?

- Haz lo que te digo -le puso el cuchillo en las manos-. No dudes en usarlo.

Nicole tragó saliva, cuadró hombros como un soldado haciendo caso a su general, y asintió.

Cuando la vio salir, Lily se giró y fue a por el cabeza rapada.

- ¡Cállate, puta! -gritaba a Helena-. Te voy a dar lo tuyo.

Sin darle tiempo a reaccionar, Lily se abalanzó sobre él, haciendo que se le cayese el cuchillo de las manos.

- ¡Helena, corre! -gritó.

Vio como la pelirroja se arrastraba hacia Clark, antes de que alguien la empujase al suelo. Se volvió para ver como el cabeza rapada se abalanzaba sobre ella.

Mercenaria (Collingwoods I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora