Entró discretamente, intentando evitar a los turistas que se agolpaban por todos lados. El Museo Británico era el más conocido de Londres, por lo que no le sorprendió cuando Ken la citó allí. Qué mejor que esconderse a plena vista.
Mientras esperaba, intentaba concentrar su mente en cosas que no incluyeran sangre o armas. Se fijó en la cantidad de elementos del antiguo Egipto había allí. Malditos ingleses, siempre robando.
Había dormido poco, casi nada. Su mente no dejaba de ver a aquel hombre sangrando en el suelo.
Había hecho cosas cuestionables en su vida, algunas de las que se arrepentía, otras no tanto; pero nunca había hecho nada así.
Paseó, dejando atrás la zona de Egipto, y sumergiéndose en una más discreta y menos concurrida.
Ken ya estaba allí.
Estaba de espaldas, prestando atención a una de las obras. Con unos simples vaqueros y un jersey, poseía una elegancia innata.
- Buena elección de lugar -le dijo él, fingiendo observar con atención. Luego desvió su mirada azul hacia ella-, ¿estás bien?
- Oh, bueno, casi muero estrangulada, supongo que son gages del oficio -replicó sarcásticamente.
Se movió entre las obras, observando la colección de monedas de antiguo Oriente. Ken la siguió.
- Trataré de averiguar quien ha sido. Los Collingwood tienen más enemigos que nosotros -Lily se volvió hacia él y vio que su rostro estaba lleno de preocupación-. No te expondría a más peligro del que ya estás.
Asintió levemente, se inclinó a leer una de las descripciones de moneda mientras le relataba la cena. Cuando terminó, Ken chasqueó la lengua.
- Está claro que has llamado su atención.
- Lo difícil va a ser mantenerla.
Se acercó silenciosamente a ella, ignorando las personas a su alrededor.
- Eh -la llamó susurrándola-. Lo estás haciendo bien.
Se quedaron así, los rostros a centímetros, hasta que Ken se aclaró la garganta y Lily desvió la mirada, concentrada repentinamente por una moneda de color bronce.
- Llamaré a Helena y Nicole -comentó resuelta-. Ellas idearán un plan o algo, y atacaré.
El rostro de Ken no expresó emoción alguna, pero ella ya había decidido. Era hora de pasar a la acción, sobretodo ahora que por juntarse con los Collingwood se había puesto en el punto de mira de su enemigo. Cuanto antes lograse aquello, antes se largaría.
Y pagaría su deuda.
Esa era, al fin y al cabo, la principal razón por la que estaba haciendo ese trabajo.
Ken se marchó, y ella se quedó por allí, visitando el museo. Fingiendo ser una turista más y sumergiéndose entre la multitud.
Sacó su móvil falso y escribió en el grupo que tenía con Nicole y Helena.
¿Algún plan para hoy?
Nicole contestó al instante.
Ver a mi marido Tommy Shelby. Y escuchar como Helena y Clark tienen sexo.
Esbozó una sonrisa ante esto último. Helena había estado muy asustada tras lo que había pasado, pero al menos tenía a Clark, que no era su novio pero tampoco era su amigo. Sin embargo, Nicole estaba sola y no había vuelto a mencionar nada del ataque.
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Mercenaria (Collingwoods I)
RomanceSe comportan como dioses, pero no son más que hombres. 2 poderosas familias. 1 ciudad que gobernar. Una joven que busca respuestas. Lily Lenoir siempre ha estado sola. Es algo a lo que está acostumbrada, así que no le importa vagar de un lado a ot...