18.

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Lily se vio apretada contra el cuerpo del muchacho, los labios de Ken suaves y dulces contra los suyos. Sus manos colocadas en su cintura, atrayendola hacia él.
Se había visto tan desprevenida por el beso que no se dio cuenta cuando Ken la soltó y se separó varios centímetros. Una sonrisa tímida iluminó su semblante.
Lily la borró de una bofetada.
- No vuelvas a hacer eso -advirtió.
El muchacho suspiró.
- No parece molestarte cuando Jack lo hace.
Oh, he hecho mucho más que besarme con Jack, pensó la chica pero simplemente se encogió de hombros:
- Es para lo que me contrataste.
- Te has acostado con él, ¿verdad? Ahora eres suya.
- No tienes derecho a juzgar lo que hago con él, Ken. No cuando estoy tan cerca del anillo y de acabar con vuestro estúpido juego.
- No es un juego, Lily.
Alzó una ceja, irónica.
- Entonces, explícame lo de Konstantina S.L.
El rostro de Ken parecía sorprendido. Se acercó a Lily y le puso el dedo índice en los labios, a modo de silencio.
- No es seguro hablar tan alto.
Lily apartó su mano.
- Explícame -repitió.
Ken pensó en ese momento que nunca había visto a nadie con tanta pasión en los ojos como aquella chica. Era única, en todos los sentidos.
Se aclaró la garganta y miró al suelo antes de alzar la vista y hablar:
- Como ya sabes, Jack y yo íbamos a la misma clase en el instituto. Pero no éramos los únicos, Gunnar y Emiliya estaban con nosotros. Los cuatro éramos las personas más importantes de la escuela, y por tanto, peligrosos.
>> Nosotros no somos niños, Lily. Nunca lo hemos sido y lo sabíamos. Estábamos perfectamente enterados de los chanchullos y negocios de nuestros padres, y debíamos ayudar pues heredariamos esas empresas algún dia. Decidimos que marcariamos nuestro territorio, cada uno en nuestro país de origen. Para ello, creamos Konstantina S.L. una sociedad que nos permitiría blanquear nuestro dinero y permanecer en la cima, mientras nos cuidabamos las espaldas.
- Pero Rod Ketterdam os descubrió.
El rubio suspiró y se pasó una mano por el pelo. La máscara negra sencilla que llevaba no ocultaba el remordimiento en sus ojos.
- Fue un error. Propuse sobornarlo pero Jack, Gunnar y Emiliya decidieron que lo mejor era quitarlo de en medio. Eran tres contra uno, así que ya te puedes imaginar.
Pudo imaginarse a un Ken más joven e inocente, creyendo que con dinero arreglaría las cosas.
Se quedó un minuto en silencio, una idea que había tomado forma en su cabeza queriendo ser palabra.
- Konstantina, ¿tiene relación con Constance?
Ken palidecio tanto que por un momento Lily pensó que se desmayaria. Su mano se agarró al lavabo para estabilizarse. Con la otra se quitó la máscara.
- ¿Estas bien? -preguntó Lily.
Pero el muchacho parecía haberse trasladado en el tiempo, al pasado.
- Konstantina era su verdadero nombre, pero le gustaba que la llamasen Constance -empezó a contar-. Fue la chica nueva aquel último curso. Deberías haberla visto, era alegre, divertida y hermosa. Simplemente su presencia conseguía alegrarme los días más oscuros. Sin embargo, Jack se fijó en ella también.
Lily trago saliva, mientras en su estómago se empezaba a formar un nudo.
- Como ya te conté, vivía en una competición diaria con Jack Collingwood. Quien era más importante, más poderoso, más listo. Jack siempre las ganaba todas; excepto a Constance. Por primera vez, yo gané. Constance me quería y yo la quería a ella. Ya no hacía falta nada más.
- Pero Jack no iba a dejar que eso ocurriera, ¿verdad?
Ken negó con la cabeza, los hombros caídos.
- Se puso furioso, Lily. Imaginate negarle algo a quien nunca se le ha negado nada, y ver como el objeto de su deseo se iba con su rival -meneó la cabeza-. Las cosas se pusieron feas: a cada sitio que iba me encontraba a un Collingwood. Incluso Emiliya y Gunnar le dieron la razón. Constance no tenía una familia influyente y cuando un profesor la amenazó con suspenderla y echarla del colegio, decidí que debíamos escaparnos. Por supuesto, Jack se anticipó.
El joven se quedó callado y Lily esperó, nerviosa.
- ¿Qué hizo, Ken? ¿Qué hizo Jack?
- Se la llevó. Hace casi ocho años, Constance desapareció sin dejar rastro. Y a día de hoy sigo sin saber dónde está. Jack me sigue amenazando sobre ello, pero ni siquiera estoy seguro de si sigue viva.
Qué horror, pensó Lily viendo la tristeza en el rostro de Ken, quien carraspeo y dijo:
- Es por eso que te contraté. Jack tiene un anillo que pertenecía a Constance.
- ¿Crees que podría llevarte hasta ella?
- No solo a ella -Ken miró a su alrededor y susurró-. Antes de desaparecer, Constance averiguó algo que podría derrocar a los Collingwood, pero no sé el qué. El anillo es la clave, sino ¿por qué tanto interés de Jack en llevarlo consigo?
Tenía sentido. Jack no solo habia secuestrado a Constance por su rivalidad con Ken, sino porque había descubierto algo que hacía peligrar su posición.
- Sólo quiero justicia, Lily.
Lo observó, encorvado y pálido, sintiendo compasión por él. Porque si Jack no había dudado en matar a un tipo por un simple fraude, era muy probable que hubiese matado a Constance.
- Constance 47 -soltó. Cuando Ken frunció el cejo, explicó-: eso es lo que pone en el anillo.
Se le quedó un regusto amargo nada más decirlo, e intentó no pensar en ello.
- Tengo el portátil de Constance y la carpeta está blindada. Puede que esa sea la contraseña -la miró-. Gracias, Lily.
La espía asintió, pero cuando Ken fue a abrazarla para despedirse se alejó.
- Lo siento -dijo el muchacho apenado, se puso la máscara-. Una cosa más: tenemos a Nadia.
- ¿Cómo?
- Killian se quería vengar por lo de Connor. No le hará nada, te lo prometo, Killian no es capaz de hacerle algo así a los Collingwood.
Lily se llevó la mano a la frente y suspiró. Aquello cada vez se ponía peor.
- Estás muy guapa, por cierto.
Le embargó una sensación extraña que se quedó cuando Ken se fue.
La traición, pensó. Se sentía una traidora por haber delatado a los Collingwood, pero a la vez aquello era lo que había venido a hacer. Se suponía que lo estaba haciendo bien, ¿verdad?



Salió del baño y se dirigió al centro de la pista donde se encontró con una nerviosa Nicole.
- ¿Has visto a Nadia?
Fingió sorpresa y negó con la cabeza.
- ¿Ha pasado algo?
- Ha desaparecido -Clark llegó. Un gesto en su rostro advertía que se avecinaban problemas-. Las cámaras han parecido ver a La Víbora.
Recordó a la muchacha del tatuaje. Llevaba ese animal.
- Putos McAllister -Eirik apareció, unas llaves en su mano-. Derek ha convencido a Jack de que él se encargaba de la situación. Scar quería venir pero se va a quedar aquí para sosegar las aguas. Connor y yo lo acompañaremos.
- ¿Y Beatrice? -preguntó Clark, anotando todas las posiciones en su mente.
- Con los Castillo. Son buenos amigos y los necesita.
- ¿Dónde está Jack?
Los ojos frío y huecos de Eirik se giraron para mirarla.
- ¿No se supone que lo debes saber? ¿Acaso no eres su especie de novia?
Antes de que Lily pudiese responder y mandarlo al infierno, Nicole dijo:
- Eirik, cállate -se giró hacia Lily y los demás, ignorando completamente al primo-. Creo que me iré a casa y esperaré a que Clark traiga noticias sobre Nadia, ¿vienes?
Quiso buscar a Jack, pero tras recordar lo que había vivido con Ken hacía sólo un momento, simplemente asintió.

Mercenaria (Collingwoods I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora