Sweet Escape 📚 Eto Yoshimura

📚 Two

Tn y su abuela fueron a una cafetería tras la conferencia, a beber algo y conversar un poco más. Pidieron cafés.

– ¿Qué te dio la señorita Takatsuki? –preguntó con curiosidad.

– Un ejemplar de su nuevo libro –lo dejó sobre la mesa.– Y escribió algo dentro, pero aún no lo leí –abrió el libro y leyó.– Lo firmó para mí... –sonrió.– Y...me dejó su tarjeta –la tomó.– Así que esto es lo que sacó de su mochila.

– Déjame ver.

– Sí –le entregó el libro, mientras examinaba la tarjeta.

La anciana tomó aquel objeto y leyó la dedicatoria.

‹Para mi más fiel admiradora, Tn Yamazaki.
Espero que disfrutes mucho el libro. Y gracias por apoyarme desde el principio.

Con cariño,
Takatsuki Sen›

– Que dulce de su parte –sonrió y le devolvió el ejemplar.

– Es como un sueño... –tomó el libro y lo abrazó.– Takatsuki Sen firmó un libro para mí, estoy tan...agradecida y feliz –rió.– Muchas gracias por llevarme, abuela. Y por haberme regalado aquel primer libro cuando era niña.

– Oh cariño –sonrió.–, no es nada. Me alegra verte tan feliz.

[Días después]

[Seinan Gakuin University]

Habían pasado días desde aquella conferencia. Aquella tarde, Tn estaba sentada en medio de una clase; no podía prestar atención a lo que el profesor decía, pues sus ojos y mente estaban fijados en aquella tarjeta de contacto y la escritora cuyo nombre figuraba en ella.

«Me encantaría contactarla, pero ¿Realmente debería hacerlo? No quisiera molestarla...pero si me dio su tarjeta es por algo, ¿Verdad? ...Ngh. No sé qué hacer, dios. Quiero hablar con la señorita Takatsuki, pero... ¿Qué debería decirle...? Ugh. Esto es tan complicado...», pensó.

Soltó un pesado suspiro y bajó la mirada. Sacudió la cabeza y volvió la vista hacia adelante, al profesor.

Tras sus clases, salió de la universidad y se compró un café, para luego caminar por la ciudad. Mientras andaba, observaba la tarjeta en su mano.

– ...Ya qué, lo intentaré.

Se sentó en una banca de una plaza y dejó el café sobre este, para luego sacar su teléfono y marcar el número escrito en la tarjeta, luego presionó la opción de "llamar" y lo acercó a su oído. El tono de marcar comenzó a sonar, poniendo cada vez más nerviosa a la joven a medida que los segundos pasaban.

– ¿Hola? –habló una voz femenina.

La joven se paralizó. Tragó saliva y tomó aire, tratando de calmarse.

– H-Hola –tartamudeó.– ¿Señorita...Takatsuki?

– Sí...Eres Yamazaki, ¿Verdad? La nieta de la señora Shikibu.

– Así es –dijo con cierto entusiasmo. La risa de Takatsuki se oyó.

– Te recuerdo bien. ¿Puedo saber para qué me llamas?

– Ah...Usted dejó su tarjeta de contacto en el libro que me regaló, tenía curiosidad.

– Oh, eso –rió.– Sí, yo la dejé. Me causaste cierta curiosidad, así que decidí dejarte mi tarjeta y esperar a que me contactaras.