📚 Twenty-nine

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Tn despertó, soltó un pequeño quejido mientras se removía bajo las sábanas, y miró a su al rededor; estaba en el cuarto de Takeo, lo que significaba, lamentablemente, que lo que había pasado la noche anterior no había sido una pesadilla, Eto realmente le había terminado. Sollozó y secó las lágrimas que se asomaron en sus ojos, mientras sentía su corazón encogerse. Tomó aire para evitar llorar y se levantó, para salir del cuarto y buscar a su amigo.

– ¿Taki...? –llamó.

– ¡Aquí!

La castaña se dirigió a la cocina. Takeo estaba ya alistado, preparando café.

– Buenos días.

– Hola... –bajó la mirada.

– Tn...

Ella apretó los labios y comenzó a llorar. Él suspiró.

– Está bien, ven aquí.

El albino se acercó a ella y la abrazó, tratando de calmarla. La joven se aferró a él, mientras lloraba. Cuando logró calmarse, se separó un poco para secar sus lágrimas.

– Lo siento...

– No te preocupes. Yo...no puedo creer que te haya dejado, ustedes dos se veían tan felices...

– Era una mentira...sólo quería usarme.

– Tn...dudo que sea por eso, ella te quería, se la veía enamorada.

– No la conoces. Es manipuladora, misantropa, inteligente...puede fingir tranquilamente, emular sentimientos que no tiene...Sólo me engañó.

– ...De acuerdo, dejémoslo hasta aquí.

Ella asintió.

– Bebe algo de café y trata de calmarte.

– Yo...Lamento haberte molestado, es que...no sabía a quién más recurrir.

– No te preocupes. Ya te lo dije antes, ¿No? Soy tu mejor amigo, y como tal debo ayudarte y apoyarte.

– ...Gracias –lo abrazó.– Eres tan lindo...

– No debes agradecer nada –acarició su cabello.

– ...Taki...estás bien vestido, ¿Debes irte?

– Tengo que trabajar, sí. ¿Te molesta quedarte sola unas horas?

– No, no te preocupes, no quiero interrumpir tu trabajo.

– ... ¿Por qué no llamas a Akemi? Podría hacerte algo de compañía mientras no estoy.

– ¿Traerla aquí? –lo miró.– Pero...Taki, este no es mi departamento.

– No te preocupes, no me molesta. Así me quedaré más tranquilo al saber que no estás sola.

– ...Está bien. Gracias –sonrió levemente.

– Claro –sonrió.– Ten, bebe algo caliente –tomó una taza y se la entregó.

– Gracias –la tomó y bebió.

– No es nada –tomó la otra taza.– Deberías hablar con tu madre también.

– Lo sé... –bebió y suspiró.– La...La llamaré después.

– Bien.

[1 hora después]

Takeo tomó su maletín y se acercó a la puerta, pero antes de salir miró a la chica.

Sweet Escape 📚 Eto YoshimuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora