📚 Twenty-seven

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– Kanae, si deseas ser apreciado por la gente, sólo quítale lo que más le importe a esa persona. Compartiré un hueso contigo. No te preocupes, esta vez serás apreciado, ya verás. Sólo mírate a ti mismo –sonrió.– Luces tan dulce y tierno.

Kanae jadeaba, tenía los ojos y la boca cocidos. Eto la observaba, casi desnuda al haberse quitado la mayor parte de su vendaje.

[Noches después]

[Operación: Exterminio de la familia Tsukiyama]

Haise se encontraba de pie, cabizbajo. Había peleado con Shuu Tsukiyama y Kanae, y les había ganado.


Por ninguna razón en absoluto fui vencido por una profunda tristeza. Y recordé a aquellos de un linaje que una vez conocí. Mi querido prometido, tus padres...fracasaron al criarte.

—"El Huevo de la Cabra Negra" by Takatsuki Sen.


El investigador giró, viendo acercarse a él al Búho de Un-Ojo. El kakuja lanzó a un investigador por el borde de la terraza y luego atacó a Sasaki. Eto rió, mientras salía de aquel enorme monstruo.

– Mwajaja ese pequeño golpe allí en la frente...Arima Kishou lo hubiera evitado –se burló.– Mi querido Haise Sasaki. Tú. Tan sólo amas que te golpeen, ¿No es así? –se acercó a Kanae.– ¡Ahora bien! Mi pequeño y querido inconsciente, baila para mí lo suficientemente salvaje para destrozar esa vejiga tuya.

– Gah...agha...

– ¡Vamos! ¡Sabes que no tenemos mucho tiempo! ¡Estás por encontrar a tu creador! ¡Mostrémosle al Maestro Shuu lo que tienes!

– Gah... ¡Graaaarrrrgghhhhhh!

Kanae se levantó y comenzó a pelear con Haise, tratando de matarlo. Mientras, Eto observaba todo con una pequeña sonrisa.

[Madrugada]

[Residencia de Takatsuki Sen]

Eto entró al cuarto, se desvistió y se metió a la cama, abrazando a su novia por detrás. Tn se removió, despertando.

– ¿Hime-chan...? –murmuró, adormilada.

– Lo siento, no quise despertarte –se disculpó en voz algo baja, acurrucándose y ocultando su rostro en la espalda de la menor.

– Está bien, no te preocupes.

– ...

– Eto, ¿Sucede algo?

– Lo hice –sonrió.– Mi plan salió bien.

– ¿Pero...?

– ...Noro está muerto.

– Oh... –giró.– Cariño, lo siento –acarició su cabello, quitándoselo de la cara.

– ...Está bien –la miró.

– Huele...a sangre.

– La pelea. Me daré una ducha si te molesta.

– ¿Te hirieron?

– Ese chico...Kaneki...me partió a la mitad –rió.

– ¡¿Qué?!

– Tranquila, estoy bien.

– ¿Segura? No quiero que te ocurra nada.

– Segura, cálmate –tomó su rostro.– Me encanta cuando te preocupas por mí, eres taaan linda~ –rió.

Sweet Escape 📚 Eto YoshimuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora