📚 Four

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– Confío mucho en ti, Tn –sonrió.– Es por eso que te he dicho mi nombre real y te he revelado mi verdadera identidad –extendió su mano a ella.– Realmente me encantaría que trabajes conmigo, de verdad.

– ...Señorita...Eto... –murmuró.

Tn tragó saliva, nerviosa. Eto sonrió de lado, con malicia.

– Está bien –asintió, tomando su mano.– Trabajaré con usted, señorita Eto...haré lo que usted me ordene.

– Gracias –sonrió.

Eto se acercó a la castaña y la abrazó. Tn se sobresaltó ante el contacto, y su corazón empezó a latir rápidamente.

– Eto... –murmuró, correspondiendo.

Tras varios segundos, ambas se separaron para mirarse.

– Mañana te presentaré en Aogiri.

– ...Está bien.

– Esta noche me gustaría que te quedes.

– ¿A...beber un café?

– A dormir.

– ...Señorita Eto, yo-

– Insisto. Me gustaría hablar más contigo, y responder a tus preguntas.

– ...Está bien –sonrió.– Llamaré a mi madre para avisar.

– Adelante. Y si duda, dile que hable conmigo.

– Está bien.

Tn sacó su teléfono celular de su mochila y soltó un jadeo de sorpresa ante las llamadas perdidas que tenía de su madre; tragó saliva con ciertos nervios y la llamó.

– Ah... ¿Mamá?

– ¡TN! –gritó.– ¡Al fin contestas hija! –suspiró con alivio.– ¿Dónde estás? ¿Qué te pasó? ¿Por qué aún no llegas a casa?

– Lo siento, lo siento. Camino a casa me crucé con la señorita Takatsuki y...me vine a su casa, me invitó a cenar.

– Hija, por dios...Me tenías con el corazón en la boca, debes avisarme si te vas a ir a cenar a otro lado.

– Lo sé, lo siento.

– ¿A qué hora vuelves? ¿Debo ir a buscarte o te traen?

– De hecho...la señorita Takatsuki también me invitó a dormir, así que...

– ... ¿A dormir?

– Sí.

– Hm. No lo sé, Tn...

– Dame –dijo Eto, extendiendo su mano.

La castaña asintió y le entregó el teléfono.

– Señora Yamazaki, buenas noches.

– Ah. Señorita Takatsuki, buenas noches.

– Lamento lo ocurrido con Tn, fue mi culpa. Y, respecto a mi invitación, realmente me gustaría que se quedara a dormir, me gustaría que me ayudase en algunas cosas de mi nuevo libro y conversar un poco con ella.

– Está bien, lo comprendo, pero de todos modos esa niña debió avisarme.

– Estoy de acuerdo, pero fue mi culpa –rió.

– Entonces...Quieres que ella se quede... ¿A dormir?

– Así es. Su hija es realmente inteligente, y me parece alguien bastante interesante. Quisiera conversar un poco más con ella, sobre todo sobre mi nuevo libro, creo que podría serme de ayuda.

– Comprendo...

– No se preocupe, señora Yamazaki. Cuidaré de su hija, y la enviaré a casa temprano en la mañana.

– ...Señorita Takatsuki, no estoy segura...

Eto continuó hablando con aquella mujer por un poco de tiempo más, luego cortó la llamada y le devolvió el teléfono a la castaña.

– ¿Qué pasó?

– Dijo que sí –sonrió.

– Oh. Gracias, señorita Takat...digo, señorita Eto.

La peliverde rió.

– Puedes llamarme simplemente 'Eto', Tn. Ya nos conocemos lo suficiente como para dejar las formalidades.

– ...Está bien –sonrió.– Gracias por la confianza...Eto.

– Por supuesto –sonrió de lado.– Ahora sí –se sentó en el sofá.–, puedes hacerme las preguntas que quieras.

– ...Está bien –se sentó junto a ella.– Primero quiero saber... ¿Por qué yo?

– Porque veo potencial en ti. Serás una buena trabajadora para Aogiri.

– No sé pelear –admitió.

– Conseguiré a alguien que te entrene, no te preocupes –sonrió.

– Uhm. De acuerdo. Y... ¿Qué se supone que haré en Aogiri?

– Primero te entrenaremos para que sepas pelear, luego te daremos un lugar y te diremos qué hacer.

– Está bien. Sólo...que no se enteren mis padres, se volverían locos si lo saben.

– No te preocupes, tus padres no sabrán de nada –sonrió.– ¿Tienes una máscara?

– ¿Máscara? –pensó un momento.– Oh, claro, los ghouls usan máscaras para ocultarse.

– Como se nota que has vivido lejos del mundo ghoul.

– Mis padres me mantuvieron lejos. Quisieron criarme como humana.

– Y lo lograron –rió.

– Eso creo... –rió levemente.

– Bien –se levantó.–, te daré el contacto de alguien que puede hacerte una máscara –dijo mientras se acercaba a un mueble.

– Bien, genial –sonrió.

Eto abrió un cajón, buscó algo en él y sacó algo de allí; lo cerró y regresó al sofá, sentándose junto a la joven.

– Ten –le entregó una tarjeta.

Tn tomó aquella tarjeta y la observó, era de una tienda de máscaras llamada HySy Studio.

– Ve ahí, te harán una buena máscara.

– Genial, lo haré –la miró.– Gracias –sonrió.

– No es nada –sonrió.

Tn se levantó, tomó su mochila y sacó su billetera, para guardar la tarjeta en ella; volvió a guardarla y cerrar la mochila, y regresó al sofá, sentándose junto a la escritora.

– Sigo sin comprender...

– ¿Hm?

– ¿Qué es...lo que viste en mí?

– Ya te lo dije, veo potencial.

– "Potencial"... –repitió, pensativa.

– Así es.

La castaña bajó la mirada, pensativa.

– ...Eto...

– Me gustas, Tn –confesó.

– ... –la miró, con los ojos abiertos como platos ante la sorpresa.– ¿Có-Cómo...dices...? –tartamudeó, sonrojándose. La confesión la tomó muy desprevenida.

– Hay algo en ti que llama mucho mi atención, algo que me atrae... –se acercó a ella.– Algo que me gusta mucho en ti...

– E-Eto... –tartamudeó, poniéndose aún más roja.

La peliverde se acercó un poco más, lo que provocó que la joven castaña se hiciese hacia atrás para alejarse un poco. La mayor rió, tomó a la chica por lo hombros y se abalanzó sobre ella; ambas cayeron al sofá, y la ojiverde besó a la menor. La universitaria abrió los ojos con sorpresa, mientras sus mejillas se sonrojaban aún más.

Sweet Escape 📚 Eto YoshimuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora