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150 mil kilómetros recorridos. Dicen que la perdió. Pero también dicen que en realidad se está escapando de ella. Que corre porque tiene miedo. Que huye porque no quiere que lo alcance. Que levanta la velocidad porque mirá si anda cerca. Que sufre porque a veces parece que se la vuelve a encontrar.

Por eso anda por los caminos. Por eso anda por la vida, mate y guitarra a mano, aunque a veces cebe lavado y desafine casi siempre. Por eso recuerda y por eso además anda escribiendo. Porque no la quiere muy cerca que digamos.

Porque no la desea.

A veces, piensa, ella lo desea a él. 

Por eso se escapa. Para que entienda que no es correspondida. Para que aprenda, como aprendió él cuando vio ese cartel en La Paz que decía:

Que la mala suerte se vaya a cagar. 

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