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Todo había sucedido demasiado rápido. La distracción, el rapto, el ataque, la manipulación y la casi perdida. Absolutamente todo.

Vamos a retroceder un poco en el tiempo. La hora... Ese mismo día en la mañana.

Me desperté a la misma hora de siempre, 6:00 en punto. Busqué mi uniforme y me dirigí al baño para tomar una ducha antes de bajar a desayunar con mis padres.

Al terminar de bañarme tomé mi mochila y coloque los libros y cuadernos que me tocaban ese día en la escuela. Bajé las escaleras y me dirigí a la cocina para empezar a desayunar.

-Buenos días.- Saludé cuando crucé la puerta.

-Buenos días.- Me respondieron papá y un Dazai zombie. Papá colocó un plato con cereal frente a mi y a un lado otro con fresas y trozos de manzana, mientras a Dazai le acercaba una taza de café.

-Hoy yo voy a pasar por ti. Anne-san y Mori-san no tenían nada programado para mí el día de hoy, así que voy a poder salir un poco temprano.

-Esta bien. Te voy a esperar en la entrada.- Desde que papá decidió cambiarme de escuela trata de recogerme la mayor parte de los días para evitar cualquier desastre que pueda llegar a suceder.-

-¡Dazai despierta!

-Ya lo estoy... Kunikida-kun.

-Ya está alucinando con el tío Kunikida. Ya sabe lo que siente.

-Es hora de irnos. Dazai, levántate de la silla o te voy a llevar a rastras al auto.

Ya en el auto, dejamos a un Dazai medio dormido en la Agencia y papá me llevó a la escuela para poder retomar su viaje al trabajo.

El día en la escuela tomó su curso normal: Literatura, matemáticas, química, economía, ética, historia y música. Profesores normales, compañeros que mejor trataba de evitar y materias. Después de que papá decidió cambiarme de escuela, traté de evitar lo más que podía a todos mis compañeros de clase, no era lo mejor, pero tampoco me quería volver a arriesgar.

También, pienso que mis calificaciones bajaron. No quería demostrar que era inteligente, eso fue el principal problema con mis otros compañeros. Sabía que papá me iba a regañar, pero tenía todo planeado ya.

Al salir de clases me dirigí a la entrada del edificio a esperar a papá.

-Hey, Hazuki.- Me llamaron unos compañeros de mi clase.- Vamos a ir a una librería-café aquí cerca ¿Quieres acompañarnos?

-Gracias. Pero en un momento va a llegar mi padre por mí. Será a la próxima, pero gracias.

-Esta bien.- En realidad ni siquiera sabía que debía de contestarles para rechazar su oferta. Nunca antes nadie me había invitado a salir con ellos. Parecía divertido.

Pasaron 10 minutos y yo seguía esperando en la entrada de la escuela. El cielo azul se había nublado completamente, avisando que iba a caer la lluvia en muy poco tiempo. Eso iba a ser un problema ya que no llevaba un paraguas y no había ningún techo que me pudiera proteger por el momento.

15 minutos y aún no llegaba papá. Estaba empezando a chispear y la escuela ya estaba completamente cerrada. Si iba a casa en ese momento, cuando llegara papá se iba a enojar porque no me encontró donde se suponía debía estar. No se podía hacer nada.

-Parece que una linda señorita necesita ayuda de un caballeroso hombre.- Sentí como algo lograba colocarse arriba de mi cabeza cubriéndome de la lluvia.

Volteé a ver al dueño de la voz que se había dirigido a mi. Era un hombre alto, rubio y vestía como si perteneciera a un circo o fuera el maestro de circo. Utilizaba una máscara con dibujos de una carta en su ojo derecho y en el izquierdo utilizaba un poco de maquillaje. Parecía raro. Estaba acostumbrada a la gente rara.

Cambios (Bungou Stray Dogs)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora