Especial

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14 años atrás.

Ese día podría decirse era un día especial, ¿por qué? 

Simple, no recordaba la ultima vez que había estado sola con Mori Ougai y la pequeña Elise. A pesar de que casi todas las personas que lo conocían decían era un pedofilo, no era del todo cierto.

Estaba mas que claro que Ougai mantenía algo mas que una relación padre e hija con la rubia, pero eso no significaba que abusara de otras chances que tenia con ella.

Hazuki por su parte le gustaba pasar tiempo con ellos, ya que a cada tienda que entraban, significaba un nuevo vestido para su armario y para el armario de su amiga. El hombre ya llevaba consigo al menos mas de cinco bolsas de papel en cada mano, cada una con dos vestidos dentro.

En ese rato las dos no hacían nada mas que caminar por la acera sin pisar alguna raya, juego que todo niño ha jugado en su vida, eso hacían hasta que unos maullidos se escucharon dentro de un callejón por el que habían pasado. La menor rubia sin pensarlo al menos un poco, tomó de la mano a la castaña y la arastró hacia el callejón de donde provenían lo chillidos del animal.

Era pequeño y se veía inofensivo. Estaba sucio y  la caja donde había sido abandonado estaba completamente mojada por las anteriores luvias en los días pasados. Ambas niñas no pudieron evitar acariciar su pelaje. No era suave, era mas que obvio. El gato, quien no había recibido amor tal vez durante mucho tiempo comenzó a restregar su cabecita entre las manos de las menores.

-Rintaro, ¿podemos quedárnoslo?- Peguntó Elise al adulto que por fin había llegado al lugar donde estaban.

-Está muy sucio, y tener una mascota implica mucha responsabilidad. Ademas... Pronto te podrías aburrir de él y dejarlo abandonado hasta que encuentres algo mas que te llame la atención, Elise-chan.

-Tienes razón.

-Yo conozco a alguien que puede cuidar de él.- Dijo Hazuki mientras aun observaba al minino en la caja.

-¿De quien se trata?- Cuestionó Mori.

-Es un secreto.- Y así, después de cargar al minino en brazos hasta la sede de la Port Mafia, ambas niñas estuvieron jugando con él en la oficina del jefe hasta que Chuuya pasara a recoger a Hazuki al final del día.

Chuuya no aceptó del todo que a la casa ingresara un animal que pertenecía a la calle, pero pudo pasarlo por alto al momento en el que la pelirroja le explicó lo que iba a suceder después con él.

Después de darle un baño con un trapo húmedo, cambiarle la caja mojada por una nueva y una frazada caliente, le colocaron un moño en el cuello para que se viera mas presentable.

-¡Chuuya! Hay una bestia fétida invadiendo la entrada de nuestro hogar.- Al llegar Dazai a casa ningún miembro de su familia estaba en la sala principal para darla la bienvenida, nadie excepto la bola de pelos que su hija y pareja habían decido llevar a casa sin su consentimiento.- ¡Chuuya!

-Me vas a dejar sordo, idiota.- Regaño Chuuya mientras bajaba la escalera. 

-¿Por qué hay un gato en nuestra casa? Creí que habíamos decidido que ya no íbamos a tener mas accidentes hasta que estuviéramos mejor preparados.

-Hazuki lo recogió de la calle junto a Elise. Solo va a pasar esta noche en casa, mañana se lo va a obsequiar a alguien.

El castaño se retiró los zapatos y los acomodó en la entrada y colocó su gabardina en el perchero al lado de la puerta.- ¿A quien?- Se atrevió a preguntar con curiosidad.

-Mañana te toca llevarla a tu trabajo, ya lo veras con tus propios ojos.

.

.

.

-Luces alegre.- Comentó Dazai mientras observaba como la menor cargaba con sus pequeños brazos la caja donde levaba al felino y en su rostro se asomaba una enorme sonrisa.

-Lo estoy. Dazai, ¿alguna vez le has obsequiado algo a alguien?

-Eso es mas que obvio.

-¿Y a esa persona le gustó el regalo?

-Nunca lo había pensado. Ahora que lo mencionas... Chuuya tiene que contestarme esa pregunta.

Al llegar a la oficina de la Agencia de Detectives, Hazuki buscó a la doctora con la mirada, al localizarla en el escritorio de Doppo leyendo el periódico, se dirigió a ella, le hizo una señal para que se agachara a su estatura y le susurró algo al oído.

Ambas desaparecieron de la oficina para dirigirse a la del presidente.

En realidad, Hazuki nunca le había regalado nada a nadie que no fueran sus padres, por lo que no sabia como iba a reaccionar el hombre mayor al entregárselo. Debía de tener en su mente un pensamiento positivo ante la escena que se iba a dar, de esa manera todo podría salir bien.

La pelinegra dio dos golpes en la puerta, al obtener su pase de entrada, ambas chicas entraron al despacho.

-Buenos días, presidente.- Saludó la mujer mayor cordialmente.

-Buenos días- Devolvió el saludo Yukichi.

-Hoy una persona vino a entregarle algo que tal vez sea de su gusto.- Así, Akiko le dio una suave palmada en la espalda a la pelirroja y ella con pasos vacilantes llegó al escritorio del hombre. En ese momento era probable que ya se estuviera arrepintiendo. Colocó la caja encima del pedazo de madera y abrió poco a poco la tapadera de esta y dejó salir lo que venia dentro.

El felino se paseó como un modelo en pasarela por todo el escritorio. Dio vueltas, limpió sus patas con su lengua y a lo ultimo maulló al adulto que estaba frente a él. Fukuzawa por otra parte no cambió su expresión estoica de siempre, solo se limitó a observar cada acción que hacía el gato para al final, estirar su mano a la cabeza del animal y acariciarlo suavemente.

-Feliz cumpleaños, abuelo.- Le había gustado el regalo. Lo supo después de poder observar su sonrisa.

Por otro lado, detrás de la puerta de la oficina del presidente estaban todos los empleados de la agencia espiando lo que sucedía dentro.

-¿Alguien sabia que era su cumpleaños?- Preguntó Doppo nervioso.

-Nunca nos había dicho cuando era.- Contestó Tanizaki.

-Son los peores empleados que la agencia podría tener.- Confesó en voz baja Edgar con Karl encima de su hombro.

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Quise escribir algo con Mori y Fukuzawa ya que a lo largo de la historia no hubo mucha convivencia con ellos, y , a pesar de que no es el cumpleaños de nuestro querido Fuku, quise hacer algo con esa tematica.

No fue mucho, pero creo que me gustó.



Cambios (Bungou Stray Dogs)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora