3. FEAs

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Louise estaba tan nerviosa, tan triste. La casi rubia de nombre Abigail y la pelirroja de nombre Elizabeth, la habían denigrado hasta lo más bajo que se podía. Le habían otorgado su nuevo nombre de "ratoncillo de coladera" "ratita bigotona" entre otros desagradables comentarios como esos.

Le quedaban 5 minutos para llegar a tiempo su clase y era más que obvio que su plan de coger un asiento antes que todos, estaba arruinado.

Caminaba apresurada buscando el aula 34 de Biología cuando una chica de rizos dorados, muy bonita, se le acercó.

-¡Hola! -saludo.

Louise estaba nerviosa.

-Ho-hola.

-¿Nueva cierto? -Ella asintió tímidamente- ¿Qué aula buscas? -preguntó amable.

-La de Biología.

-¡Permíteme! Esa es mi aula favorita -rio- Es por aquí -la rubia le tomó la mano y la hizo andar deprisa hasta un aula, un poco extraña pero era una puerta y tenía la persiana cerrada, lo cual, bloqueaba la vista al salón por la pequeña ventanilla de la puerta.

-¡Mucha suerte, linda! -sonrió la niña.

Louise giró la perilla y entro insegura. Pero estaba equivocada. Su día si podía empeorar. De pronto sintió que la empujaron y la puerta se cerró completamente. Estaba atrapada.

City buscaba ansiosamente a Louise, quien no había llegado a Biología. Ella, sin querer, había dado un pequeño vistazo al horario de la chica, que al parecer tampoco había asistido a ninguna de las clases correspondientes. Ni a Literatura que según City, compartía con cuatro de sus amigas. Y mucho menos al cuarto periodo que era inglés donde volvía a estar con Mara, una chica de nombre Silvia y Nadia -quien tomaba clases en grados mayores.

Ella estaba sentada, y como Mili en Historia, ahora era ella quien no dejaba de moverse. Nadia, la menor de todas, con sus coquetos ojos cafés verdosos, su cabello castaño adornado por ocasionales mechas purpuras, estaba impaciente, pues City no dejaba de moverse y no había tocado el bote de Nutella que siempre terminaba por acabarse en un día.

-¡Demonios Cidney! Me harías un favor si dejas de moverte así y me dejas concentrar -la chica se giró algo histérica.

-Louise no apareció en ninguna de las clases, ¡nadie la ha visto!

-¿Louise? La nueva, ¿no?

-Sí, ella -mordía sus uñas y luego comenzaba a mover el pie desesperadamente.

El timbre sonó y City, sin importar que la profesora le estuviese casi gritando que se sentará, tomó a Nadia de la mano y la jaló para ir corriendo fuera del salón. Tenía que saber que había ocurrido con la indefensa Louise.

-¡City, estúpida nos vamos a caer! -Nay-Nay que casi nunca estaba enojada, lo estaba ahora.

Nuevamente, a causa de las suelas de la chica comenzaron por resbalarse y luego por caer de la manera más idiota posible frente a unas Vans rojas, unas zapatillas gris-azulado y unos Supras color negro.

-Ew, color gris -dijo Nadia- ¡Quítate antes de que te golpe con mi nunchaku!

-Miren chicos, una especie desconocida.

-City, quítate para que pueda romperle lo que se llama cara a esa estructura amorfa de nombre Benjamin.

-Es Hayes, loca -respondió este.

-¡Nunca llames a Nay-Nay loca en mi presencia! -grito una chica de cabellos morados, así es, todo su cabello era morado y liso, con unos ojos marrones claros- ¡Becka! Ven a partirles el trasero.

❝F.E.A.❞ |matthew espinosa| EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora