XXII

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No sabía lo que Harry trataba de decirme hasta que, de sus tejanos azules, quitó una cinta roja y con ambas manos la sujeto para, así, colocarlas detrás de mi cabeza.— Esto es para que no adivines a donde iremos. No te la quites, no hagas trampa. —Me dijo él. Despfués de hacer el nudo sobre mis ojos, me cogió por la mano. Yo tenía miedo a tropezar pero estando a su lado me sentía más segura que nunca.

—Harry, sabes que confío en ti, espero no desepcionarme. ¿Sabes? Tener una quebradura no es nada lindo.— Solté de una provocando que saliera una gran carcajada de su garganta. Podía sentir que ya nos habíamos alejado unos cien metros, como mínimo.

No decíamos nada. Tampoco era un silencio incómodo. Nos gustaba disfrutar de la cercanía del otro, al menos así era para mí. En una casi me caía. Si no hubiera sido de la mano de Harry, que me sostuvo, seguro habría de haber caído. Seguimos caminando por unos, aproximadamente, quince minutos.

—Aquí es. No te quites la venda aún.

—Bueno.—Pude oír cono él abría una puerta y ésta chirriaba al hacer ese movimiento a la vez que Harry maldecía por lo bajo. Reí. —Quédate quieta.

—Claro que lo haré. No quiero caer.

Harry tomo mi mano y me guió a un lugar que yo desconocía completamente. Este chico es todo un misterio.

Es totalmente increíble como las cosas cambian en un abrir y cerrar de ojos. Hace un par de días era una chica más que se dedicaba a estudiar y a sus amigos y, también, a su... novio. Y ahora no soy una chica más. Soy la chica de Harry. Al menos, así me siento yo. Soy una chica que ama Londres. Soy una chica que esta enamorada. Soy una chica... feliz. Creo que pedir más en esta vida sería demasiado. Me siento con suerte de tener a un chico como él a mi lado. No quiero apresurarme antes de tiempo, quiero que él me ame, que él me piense de la misma forma que yo lo hago. Yo lo amo. Yo amo a Harry. ¿Qué les digo? Es un chico de lo más dulce que exista. Creo que todas las directioners se merecen a un chico como Harry en sus vidas. Lo más importante es que le gusté por lo que yo soy. Le gusté aun sabiendo que tenía novio. Eso hace que mi nivel de admiración por él crezca. Yo no amo a “Harry Styles de One Direction”, yo me enamore de “Harry el chico común”. Lo que menos me importa es la fama. Por él soy capaz de soportarme el odio de todas las directioners alrededor del mundo. Soy capaz de soportarme todo.

Luego de un par de minutos, Harry me quitó la venda. Me quede sorprendida, estábamos en una cabaña, bastante acogedora, decorada con pétalos de rosas y en el medio había una mesa para dos, con un candelabro que iluminaba la habitación.

Habían dos platos, cubiertos y dos copas de cristales alargadas. Esto era demasiado hermoso. Me giré para verlo mejor. Él estaba pendiente en mí; todo lo que hacía. Harry se percató de mi emoción ya que se corrió de la puerta por donde habíamos entrado y se acerco más a mí. Me miraba con una sonrisa asomándose por su rostro. Y un hoyuelo. Solo nos mirabamos. No había nada más que hacer. No me contuve más y me acerque a él y lo abracé con todas mis fuerzas.

—Esto es demasiado. —Le murmure sobre su hombro.

—Todo para ti, princesa.— Hizo una pequeña pausa, dándole un beso a mi cabeza, y luego prosiguió— ¿Qué te parece si cenamos? Estoy que muero de hambre.

Me reí por su comentario.— Claro que sí.

Nos acercamos a la mesa y me iba a sentar cuando Harry me detiene, corre mi silla y me da una señal para que me sentara. Lo hice. Luego, él me acercó al borde de la mesa. Le dedique una sonrisa tímida.

Después de que se haya sentado, apareció un señor, bastante elegante, para anotar lo que iríamos a comer.

No sé lo que pedí ya que toda la comida en el menú se encontraba en francés. Harry pidió lo mismo que yo. El señor lo anoto todo en una pequeña libreta y se fue.

Conociendo a Harry.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora