IX

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Me lo tomé con mucha calma.

Admito que quería lanzarme sobre esa niña y obligarla a que borré la foto.

Por más que quisiera, no podía.

—Mira, niña —me agache a su altura, quedando cara a cara—, no es lo que parece. No conozco a ese tal “Harry” del que tanto hablas.—hice comillas imaginarias con mis dedos—.lo que tienes que saber es que todo fue un mal entendido. Nunca debiste de haber sacado aquella foto tan apresuradamente.Yo soy la amiga de Gemma, la hermana de él. Yo estaba allí porque pensé que ella también estaría allí. Pero no, me equivoqué. Ahora si te pediría si puedes borrar la foto. ¿Lo harías, sabiendo lo que realmente pasó? —intenté hacer una cara de perrito, para quedar tierna y para que esa niña malvada accediera.

—¿De verdad eres la amiga de Gemma?—asentí con la cabeza, no dije nada, para que ella prosiguiera —, en ese caso, voy a borrarla. ¡Ah! Perdona por esa acusación y por haber subido esa foto.

Suspire, estaba aliviada. La pequeña borraría la foto que me incrimina haber salido del cuarto de su más grande “ídolo”.

—No pasa nada, pequeña. Un gusto conocerte.

Me levanté del suelo y me fui a mi habitación, 123.

Entré, y me dí cuenta de que mi madre todavía no había regresado con Jason. ¿Habrá conseguido el empleo?

No importa, quería comer algo.

Mierda, si que tenía hambre.

Miré el reloj, las 6:45 p.m.

Ya era tarde.

Me fui hacia la cocina y abrí el refrigerador.

Sólo había un poco de leche y huevos.

Saqué la leche y la dejé en la mesada que había allí.

Luego, me dirigí a la alacena y me fije si había algo para poder comer.

Y ahí estaban, mis cereales favoritos.

Podía ser tarde para comer cereales con leche, pero tenía hambre.

(...)

Después de media hora, recibí una llamada de mi Mike.

*Llamada telefónica*

—¿Hola?

—¡Cassie! Bebé, te extraño. Cuentame que tal la estás pasando.

—¡Mike! Mi amor, la estoy pasando muy bien.—una sonrisa se me formó, involuntariamente, al recordar el beso que tuve con Harry. Pero al rato se me borró porque sabía que estaba mal. Me sentí mal.— Mira, mi madre se ha ido con Jason a conseguir empleo y todavía no regresa. Estoy un poco preocupada.

—Tranquila, verás que ya volverá. No te preocupes. Me encantaría estar contigo, poder abrazarte y besarte. Te amo.

Por un momento me quedé muda. Se me hizo un nudo en la garganta.

En cualquier momento lloraría.

Tenía razón.

No lo pude evitar, se me resbalo una lágrima por mi mejilla derecha.

Realmente, yo no merecía estar con él. Mike es demasiado bueno para que yo este con él.

Sólo soy una perra que se besa con un hombre que conoció al principio del día.

—No puedo seguir así. —más y más lágrimas caían sin que yo pudiera hacer nada al respecto.

Al parecer, lo dije en voz alta.

Diablos.

—¿Qué pasó, princesa? ¿Estás llorando? ¿A qué te refieres cuando dijiste eso?

—Debo colgar, prometo llamarte apenas aclare lo que me pasa. No soy capaz de contestar ahora. Adiós, Mike.— y colgue la llamada.

Tiré el celular al suelo.

No me importaba si se rompía o qué.

Me acoste, echa una furia, en la cama.

Sólo lloraba y lloraba. Hasta que me quedé totalmente dormida.

Dormida en mis propias lágrimas.

Conociendo a Harry.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora