Yassir.—¿Porqué se demoran tanto?—miré el reloj por tercera vez.
—Son chicas, ellas siempre se demoran hermano—dijo Said con obviedad y doblé los ojos mirando el reloj.
—Estamos esperándola hace quince minutos.
—¡Yassir, por Alá...! intenta relajarte, haz algo con tu paciencia por una vez en tu vida— dijo Said ya un poco desesperado—¡Eres la copia idéntica de papá!— lo fulminé con la mirada.
—Iré encendiendo el auto— Said bufó y me aseguró que esperaría por las chicas.
Sentí unos pequeños pasos seguirme y no tuve que voltear dos veces para saber que esa persona era Tommy.
—¿Señol Yassil puedo il con usted?— me detuve a esperarlo y luego me agarró de la mano, miré su pequeña mano con la mía, tenía una gran sonrisa en el rostro, desde que conocí a ese niño jamás lo había visto triste o aburrido.
—Vamos...—estacioné el auto en toda la puerta del edificio con Tommy en el asiento trasero mirando cada movimiento que hacía.
—¿Me puede enseñal a conducil?—preguntó como si se le hubiese ocurrido una espléndida idea.
—No, aún eres un niño Tommy.
—¿Y cuando sea adulto?— eran muy bajas las posibilidades de que aún estuviera con nosotros hasta la adultez, pero no pensaba explicarle algo por lo cual me seguiría preguntando.
—Sí, cuando seas mayor de edad te enseñaré—sonrió y comenzó a mirar por la ventana satisfecho.
—Ya vienen todos...— dijo casi saltando en el asiento.
Miré rápidamente hacía la entrada del edificio y pude ver a mi pequeña con un vestido color lila y su cabello envuelto en una coleta alta que llevaba un bonito lazo blanco, Said la traía con él y la pregunta del millón, ¿Dónde estaba Amaranta?. De pronto ví que venía casi trotando hasta posesionarse al lado de Said quien la miraba embelesado. Mientras caminaban hacia nosotros ví su ajustado atuendo que no rayaba a lo vulgar, pero definía cada curva que su cuerpo tenía, quizás por eso el idiota de Said estaba chorreando la baba como un menso. No podía negar que Amaranta era muy hermosa, pero definitivamente Said no era su tipo, ella se veía incluso más inocente y él era todo un mujeriego y no me gustaría que le hiciera daño, más que todo porque había sido una buena niñera y no sería justo que Michelle perdiera a su cuidadora por culpa de ese idiota.
Todos se subieron al auto en completo silencio.
—¡Gracias por traernos papá!— Dijo de pronto mi hija haciendo que mi semblante no luciera tan duro, creo que todo el mundo lo había notado y por eso estaban en silencio una vez entraron al auto, pero toda persona tenía una debilidad y la mía era esta pequeña rubia con carita de ángel.
—Siempre será un placer pequeña, ahora coloquense los cinturones.
Said no dejaba de hablar con Amaranta y ella sonreía por cada cosa que él decía, incluso hubo un momento en dónde se estaban hablando en un tipo de clave y eso fué verdaderamente molesto. Tommy no dejaba de decirle a Michelle que parecía una princesa con el vestido y yo ya estaba algo celoso, el estaba coqueteando en mis narices con mi hija.
Apreté el volante un poco molesto, en realidad esa situación no debería de molestarme, ¿Qué mierda pasaba conmigo?, Pero que ni crean que así la pasarían toda la película como dos pequeños tórtolos.
—¿Qué película veremos?— pregunté tratando de interrumpir una de sus molestas charlas en clave, la observé por el retrovisor y noté su mirada en mí dulce y genuina, abrió su labios pintados con un rosa pálido sin dejar de verme.
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A Través De Su Sonrisa
RomanceAmaranta Mejia es una linda y torpe madre soltera que quedó embarazada cuando fue con su novio a la fiesta de graduación, su novio... André a las pocas semanas se marchó sin despedirse para estudiar fuera del país, Amaranta se enteró un mes después...