Capítulo 32

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Amaranta.

Nuevo mensaje.

Árabe loco: Descansa bonita.

Suspiré al ver la pantalla y susurré "buenas noches mis amor"

Mire hacia el techo, ¡Árabe loco y bipolar! ¿Qué me haces? Coloqué la almohada en mi cara totalmente enrojecida, mi corazón no dejaba de latir desenfrenado.

¿Habría una relación formal entre Yassir y yo? luego de tanto pensar, el negativismo que como siempre hacia parte de las personas me abordó.

¿Sería feliz construyendo mi felicidad en base de una familia destruida? Porque incluso sin querer he aportado mi granito de arena para que se derrumbara. Miré al otro lado de la cama, Tommy me hacía mucha falta.

Dicen que todos somos libros, quizás la persona que escribe mi historia no debe estar pasando por un buen momento porque me encuentro aún en una encrucijada entre hacer lo correcto y no, además que siempre me están sucediendo cosas y estoy envuelta en algún lío, sea quien sea parece que se divierte mucho conmigo.

No me creía capaz de estar con Yassir inmediatamente se divorcie, parecería una oportunista, no quería que Tommy escuchara malos comentarios sobre mi, no quería crearle esa falsa imagen que me he estado ganando y que ha hecho que las personas que tenía a mi lado huyeran, me refiero exactamente a tía Clarisa.

Colocando en una balanza lo negativo y positivo me quedé dormida.

Al día siguiente me vestí, fui a la universidad, hicimos un parcial y de ahí a la cafetería en la que trabajaba medio tiempo, Tommy se quedaría hoy con André ya que este estaba descansando, me lo llevaría cuando estuviera en casa, ya me hacía demasiada falta.

La campana detrás de la puerta se hizo notar y una mujer alta, delgada, con su cabello negro ondulado y sus lentes oscuros, me sonrió a medio lado y se sentó en la mesa de enfrente, fui hasta ella.

—Buenas tardes, bienvenida al...

—¿Tantos años han pasado desde que nos vimos que no me reconoces?— esa voz...

—¿Mamá?—quitó sus lentes oscuros y reconocí esos hermosos ojos color miel que tanto nos identificaban.

No sabía si sentirme feliz o triste, creía que me daba igual, ella y yo nunca habíamos sido unidas y las dos éramos completamente indiferentes una con la otra... tanto que no la había extrañado ni una sola vez, pero quizás a alguien si le alegraría que estuviera aquí, Tommy.

—¿No dirás nada?—le sonreí ante su pregunta.

—Claro, ¿Cómo desea su café?— alzó una ceja y sonrió.

—¡Qué frialdad!—dijo sonriendo irónicamente.

—No más que la tuya cuando me dejaste con mi tío y Clarisa—si, sentía rencor.

—Fue lo mejor, aunque te embarazaste aún sigues siendo muy bonita, la subida de peso se puede arreglar, ellos ni siquiera pudieron hacer bien su trabajo, dejaron que te embarazaras y echaras a perder tu vida.

—Ajá —la analicé de arriba abajo—tú sigues luciendo tan hermosa como siempre, sin preocupaciones, ni responsabilidades en tu camino, tal como te gusta.

—Gracias, hago lo que se puede.

—¿Qué te trae por aquí?— dije yendo al grano ella no vendría a mi sino necesitara algo.

—Vine a visitarte y darte la noticia de que me casaré en unas semanas—respondió entusiasmada.

—¡Wao, felicidades!— la abracé secamente, era puro sarcasmo.

A Través De Su Sonrisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora