Capítulo 29

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Yassir.

Me miró asombrada, pude ver qué sus ojos se tornaron sombríos, caminó decididamente hasta los muebles y tomó su bolso, en ese preciso momento Noha salió de la habitación y nos observó a ambos nervioso.

—¿Qué pasó? ¿Ya te vas?— preguntó desubicado.

—Llámame apenas termines—me volteó a mirar con indiferencia luego miró de nuevo hacia él—y planeamos para mañana, hoy no tengo ánimos.

—Está bien Amaranta, conduce con cuidado— asintió y sin mirarme tan solo una vez más se despidió.

Una vez la puerta hizo eco en la sala Noah bajó su mirada y las ganas por golpearlo me inundaron, pero iniciar una pelea en estos momentos solo retrasarían mis ganas de conocer la verdad.

—Siéntate por favor...—dijo ansioso y nervioso, me quedé de pie, inmóvil porque sentía que si me movía lo mataría.— está bien no lo hagas— se sentó él.—¿Qué haces aquí?—su tono era conciliador, resignado, supo qué quería saber desde el primer momento que entré a su casa.

—Solamente la verdad-dije apretando mis puños en manera de contención—no quiero saber de tu traición con Katherine o si se han vuelto a ver de nuevo—caminé hacia él—lo único que me interesa saber es...

—¿Si Michelle es hija mía?— terminó diciendo él. Que él lo dijera hizo que mis huesos se sintieran frágiles, no podía ser cierto, esa no debería de ser una posibilidad, asentí ante su pregunta.—Yo tampoco lo sé, pero mañana debo ir al laboratorio, logré conseguir un cabello suyo.

—¿¡Cómo te has atrevido!?—preguntó furioso, dando dos pasos hacia él.

—Porque al igual que tú, necesito saberlo...—se defendió.

—¡Claro! ¿para ser al fin una hermosa familia no?— pregunté con sarcasmo—No quiero que te acerques a mi hija—le advertí señalando justo en sus narices.

—No sabemos si realmente lo sea, no me interesa Katherine, no he vuelto a verla desde que despertó...—se levantó del sofá y caminó cómo león enjaulado.

—Te dije que no me interesa tener detalles de sus encuentros furtivos. Quizás si Amaranta no hubiese estado aquí te hubiera matado, pero no puedo ensuciarme las manos con alguien como tú. ¿Cómo tuviste el descaro de entrar a mi casa siendo su amante?—sonreí.

—¿Me hablaras tú de descaros?— preguntó con sarcasmo.

—Es completamente diferente y lo sabes, sin embargo ya no me siento tan culpable por haber sido infiel cuando ustedes dos se revolcaban mientras yo, cómo un idiota enamorado bajaba el cielo por ella... Ahora me doy cuenta que nunca me amó, quizás en otro momento me hubiese afectado lo que había descubierto, pero no... Solo espero con todo mi corazón que Michelle sea solo mía.

—Creo que al fin y al cabo terminó enamorándose de ti...—sonreí con ironía ante la estupidez que acababa de decir Noah.

—Te dije que no me interesa... Lo que si me causa curiosidad, es que siempre intentes quitarme a las personas que amo.

—No te vayas por ahí viejo...—dijo negando y trató de acercarse.

—Claro, primero fue Katherine, Amaranta y ahora Michelle...—sonreí con ironía.

—Fuiste tú quien me quitaste a Katherine sin siquiera saberlo, pues yo era su novio. Quedé en ridículo con mi familia y amigos cercanos que conocían nuestro romance, sufrí como loco porque la amaba y acepté verla de ese modo porque sentía que no podía vivir sin ella.

—¿Ahora eres la pobre víctima? ¡Por Ala! Hamilton... Eres tan culpable como ella.

—Quizás, pero todo cambió.

A Través De Su Sonrisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora