Capítulo 20

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Yassir.

Era un sentimiento extraño y muy tranquilizante el que me estaba recorriendo, sentía como si el alma me hubiese vuelto al cuerpo, frente a esta gran fogata rostizado malvaviscos con Said tocando muy bien la guitarra y todos prestando sus oídos para escuchar tan melodiosas entonaciones, mirando todo de forma panorámica me sentía bastante bien como en mucho tiempo no me sentía.

Las personas compartían chistes, los niños hablaban entre ellos tranquilos, me sentía bastante relajado, sin estrés, por primera vez en dos años me sentía tranquilo, pero pasado unos minutos no entendía porqué empecé a sentirme de otra manera, es decir, no soy un voluble ni nada de eso, pero me sentí un poco culpable porque era con Kate quien me sentía así y una vez disfrutaba un día sin ella era incómodo y raro, sabía estaba siendo bastante egoísta conmigo y con mi hija quien en este momento la tenía con su cabeza en mis piernas completamente rendida, se había dormido y en medio de mis divagaciones no me había fijado, lo mejor sería seguir disfrutando de estas pequeñas cosas que tenia en la vida, de las sonrisas compartidas, de los abrazos genuinos, de los chistes sin gracias y... Mis ojos se encontraron con los de Amaranta y suspiré al verla, claro... ¡Cómo lo olvidaba! De sus miradas azucaradas.

Brisaba mucho, pero el calor del fuego nos mantenía tibios. Clarisa se refugió en los brazos de su esposo buscando su calor corporal y Stefany en Said una vez dejó de cantar. Amaranta que estaba a mi lado abrazó a Tommy quien estaba bobo de sueño y André, el padre de Tommy quien era la única piedra en el camino intentó abrazarla en varias ocasiones ya que Tommy y ella estaban en medio de ambos.

A simple vista podría decir que el imbécil de André era un patán, que no merecía ni siquiera respirar el mismo aire de Amaranta, pero aunque me muriera de celos por los estúpidos y fallidos intentos de acercarse más a ella, no podía decir nada.

Quise hacer la tregua con Amaranta porque quería que Michelle y Tommy se divirtieran, no quería traer conflictos de ningún tipo y Amaranta y yo nos conocimos en medio de uno, así que quería hacer las cosas bien por asi sea una vez, estaba respetando nuestro acuerdo aunque no negaba estar tentado en varias ocasiones con darle así sea un pequeño beso, me di cuenta lo divertida y madura que es Amaranta. La estaba conociendo de otra forma y de ésta también me agradaba, era muy parlanchina y sentirla tan fresca y sonriente por cada tontería me contagiaba, me reía a través de su sonrisa.

—Marte llamando a tierra o tierra llamando a marte ¡Ash! Cómo sea...— lo miré confundido—¡Por Ala! hermano, te estoy preguntando algo y tienes una boba sonrisa en la cara, hoy has estado diferente. ¿Dime quién es la culpable de esa sonrisa bobalicona?, ¿que tienes? ¿Acaso es Sira?— bromeó y todos rieron, menos Amaranta y yo.

—Sabes lo que pienso respecto a ella—solo mencionarla mis tripas se retorcieron.

—¿Quien es Sira?—preguntó Clarissa.

—Una chica alta y guapa por la que Yassir está encantado—le respondió Said con burla.

—¡Te felicito hijo!—dijo Clarissa sin entender el sarcasmo y yo negué haciendo que ella se confundiera.

—Si hasta nadaron juntos...—Amaranta se movió algo incómoda.

—No empieces Said—le dije serio.

—Entonces porque tanta felicidad y sonrisas juntas—mis ojos instintivamente buscaron los de ella y todos la miraron.

¡Yo mismo me había echado la soga al cuello!

—¿Acaso lo sabes tú?—le preguntaron a Amaranta quién se puso roja como tomate y negó repetitivamente con la cabeza.

—Porque mi niñera con tanto golpe en la cabeza me ha cambiando el chip, ahí tienes tu respuesta Said.— recompuse para que la dejaran en paz.

A Través De Su Sonrisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora