Cuando uno está rodeado de tinieblas, la Única alternativa es permanecer inmóvil, hasta que tus ojos se acostumbren a la oscuridad.
-Tokio Blues
Después de hablar con sus hermanas, que todo se pudo resolver en cierta medida, los cinco se dirigieron a las afueras del cementerio y siguieron a las gemelas que estaban buscando su auto y cuando lo encontraron, una de ellas se subió de piloto y la otra chica a su lado mientras les indicaba que entran a los chicos, cosas que estos entendieron bastante rápido e de inmediato se subieron en la gran camioneta negra.
—¿todavía los pueden ver? —les pregunta Thaiel a Carol y Gareth, el chico asintió, mientras los cuatro ya estaban sentados.
—pónganse el cinturón. —Habla Sofia encendiendo el motor—llegaremos en unos minutos.
—voy a dormir...—informó Polo recargando su cabeza en el vidrio.
Con toda la adrenalina que habían vivido lo más normal es que si, estuvieran cansados. Solo basto unos minutos para que el chico cayera en un profundo sueño, Gareth miraba a sus hermanas con cierta nostalgia, sabía que después de todo ellas si estaban más aliviadas se les notaba en la cara, porque después de todos estos años pudieron decirle a su hermano todo lo que soñaron, pudieron sacarse un gran peso de sus hombros. Carol solo quería llegar a ver a los demás estaba preocupada, quería decirle que visitó las tumbas, que pudo ver todo el amor que todavía les tenían, mostrarles las fotos de sus lápidas, que supieran que por lo menos fueron despedidos como se merecían.
—así que son médicas...—menciona él pelinegro.
Ellas asintieron de inmediato.
—Sofia cirujana de trauma y yo de pediatría. —Le contestó Antonella mirando por el retrovisor. —Dios...Mamá y papá no nos van a creer cuando les contemos esto.
Estaban seguras de que eso no pasaría.
—va a querer venir mañana mismo, te lo aseguro— siguió la otra gemela. Mirando por la ventana, bien no había nada más que ver que una siniestra oscuridad.
La chica trataba de no llorar, pero este era uno de los mejores momentos en toda su vida.
—solo díganle que estoy en paz. — Habló Gareth no queriendo preocuparles —que estoy en paz— repitió, aunque sabía que eso era mentira.
Gareth estaba tan conmocionado que solo quería abrazar a Lizzie, ella siempre lograba calmarlo y consolarlo, la necesitaba ahora mismo. Era como si rayo de luz, lo hacía sentirse protegido y en calma.
Le hubiera gustado poder tener la oportunidad de que su familia le conociera, de seguro la iban a amar. Es que Gareth de eso estaba seguro, ¿quién no amaría a Lizzie?
—¿puedes creer que no ha entrado a tu cuarto? — le comenta Antonella nuevamente —Después de tantos años, nadie ha entrado. Esta tal y como lo dejaste la Última vez.
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𝐈𝐧𝐭𝐞𝐫𝐧𝐚𝐝𝐨 𝐀𝐢𝐠𝐧𝐞𝐫 ▪︎Z
Mystery / ThrillerUna trágica y macabra historia persigue al Internado Aigner desde el año de 1990. Fueron los homicidios de cuatro estudiantes y las desapariciones de dos de ellos, que marcaron una generación. Sus cuerpos aparecieron esparcidos por los alrededores d...