Una trágica y macabra historia persigue al Internado Aigner desde el año de 1990. Fueron los homicidios de cuatro estudiantes y las desapariciones de dos de ellos, que marcaron una generación.
Sus cuerpos aparecieron esparcidos por los alrededores d...
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Thaiel seguía desmayado.
Y no se veía a que fuera despertar pronto.
Los demás lo dejaron recargado en la muralla, mientras exploraban y trataban de buscar todas las pistas posibles. Para sus adentros, casi podían sentir quien fue la persona que falleció en ese lugar. Como una especie de presentimiento, que sin saberlo era más que acertado.
Con la ayuda del celular de Polo, sacaron cuantas fotos la memoria de este pudo abarcar. Se encargaron exclusivamente de no mover nada, era peligroso contaminar una escena como esa. Y aunque los fantasmas, al ya estar muertos no podían dejar rastro algunos de huellas, prefirieron aun así no mover ni tocar ninguna cosa regada por el suelo.
Carol y Gareth se paseaban por la celda, atentos a cualquier movimiento de Thaiel, mientras que Polo estaba en el pasillo atentos a cualquier señal de ruido.
Aquel joven de piel morena y ojos castaños se sentía nervioso, con un miedo de procedencia desconocida. Polo jamás se había sentido así, era como si el ambiente y el aire fueran raros, sentía frío y un muy mal presentimiento.
Bien trato de que los demás no lo notaran, ya era suficiente con un desmayado.
Polo en verdad no fue capaz de durar más de dos minutos en el lugar y salió, y bien su objetivo se cumplió. Ni uno solo de los fantasmas se dio cuenta de que se sentía mal.
—según por lo que dijo Thaiel, yo fui quien dejo la mochila en medio de unos pasillos. — Comentó Gareth mirando a hacia su alrededor— alguien debió traerla a este lugar.
Podría ser que tuviera razón.
—nos tenemos que ir— dijo Carol de inmediato— se nos está haciendo tarde, recuerda que todavía tenemos que encontrar alguna salida que nos lleve hacia el cementerio.
Todos dudaron de que pudieran encontrarla, por lo menos ese mismo día. El subterráneo era demasiado extenso, propagado de pasillos que te llevaban a otros, era un laberinto sin salida. Además, estaban preocupados de no encontrar el camino por el cual vinieron.
Eso sería un enorme problema.
—mierda mi cabeza...—todos pegaron un pequeño salto.
Thaiel había despertado tan repentinamente que asusto a los demás. El joven que hace unos minutos estaba desmayado, sobaba su cabeza con una expresión de incomodidad en su rostro. Lo quedaron mirando fijamente y se acercaron a ayudarlo, a Gareth le pareció extraño que el muchacho no se fijara en ninguno de ellos, si no, en su amigo.
Estaba mirando hacia la salida de la celda, buscando a Polo.
Y él joven de los cigarros noto aquel detalle mucho antes que los otros.
