𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 ⁴¹𝑈𝑛 𝑣𝑒𝑧 𝒉𝑎𝑐𝑒 𝑡𝑟𝑒𝑖𝑛𝑡𝑎 𝑎𝑛̃𝑜𝑠²/²

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No nos damos cuenta, que la vida pasa, y un día cualquiera, al ser querido, al ser amado, la muerte tan fría, lo aparta de nuestro lado, y en un segundo, todo a terminado.

No nos damos cuenta, que la vida pasa, y un día cualquiera, al ser querido, al ser amado, la muerte tan fría, lo aparta de nuestro lado, y en un segundo, todo a terminado

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—¿qué mierda estarán haciendo esos dos para demorarse tanto? — me dije a mi mismo mientras estaba estirado sobre mi cama.

Azael todavía no llegaba, lo que se suponía que debían ser unos cinco minutos máximo. Se transformó en una espera de unos quince a veinte minutos. Apenas termine de fumar tire la colilla al basurero, me puse de pie tan rápido como pude dirigiéndome hacia el armario. Me estaba aburriendo solo en la habitación, esos imbéciles por lo menos hubieran dicho que se iban a tardar para ir a darme una vuelta por el campus.

Al terminar de cambiarme mire nuevamente por la ventana, pero no logre ver mucho, todo estaba oscuro. Sin más salí hacia el pasillo con cuidado de que el guardia no pudiera escucharme, aunque bien este jamás lo hacía.

Se la pasaba dormido.

Recorrí el pasillo con suma tranquilidad, hubiera ido por la ventana si no fuera porque no me sentía de ánimos como para saltar por esta. Como supuse el guardia estaba durmiendo sentado en su gran silla negra. Miré hacia mis costados, no vi a nadie; Sali hacia el exterior.

—mierda...— la enorme ventisca chocando con mi rostro solo hizo que me arrepintiera de no traer conmigo otro abrigo.

La noche estaba extremadamente fría y muy silenciosa.

Esperaba que Azael no se haya quedado nadando, como solía hacer algunas veces que estaba aburrido. Sin querer tomar el camino de tierra, fui por el sendero de los edificios, por el cual iba a llegar aún más rápido.

No tome el mismo camino que recorría.

Supuse que Leo debía estar con Valery, y para nada me atrevía a molestarlos. La rubia le iba a contar que estaba embarazada, cosa que era más que obvia, para mi gusto se había tardado demasiado.

Y si, yo lo sabía desde hace prácticamente dos semanas.

En realidad, fue una casualidad haberme enterado, simplemente las escuche a Lizzie y Carol hablar de eso en una de las clases, no eran muy discretas que digamos. Pero decidí que sería mejor no contarle a el italiano, después de todo eso le correspondía a Valery. Incluso Leo literalmente había logrado un nuevo rango de despistado.

Mire la hora en mi reloj.

01:10am

Si no me apuraba algún profesor iba a pasar por las habitaciones y no nos iba a ver, y de nuevo como siempre hacíamos; Nos meteríamos en problemas.

Literalmente estaba por llegar, el camino estaba muy oscuro y no entendía muy bien porque todas las luces estaban apagadas. Al escuchar un par de voces me quedé de pie inmóvil, pensé rápidamente que se podría tratar de un guardia o de el mismo director.

𝐈𝐧𝐭𝐞𝐫𝐧𝐚𝐝𝐨 𝐀𝐢𝐠𝐧𝐞𝐫 ▪︎ZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora